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Visto para sentencia el asesinato por decapitación de Jesús María Baranda

Hasta ahora no han podido acreditar la causa de la muerte, indicando que los restos óseos estaban en "malas condiciones".

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Visto para sentencia el asesinato por decapitación de Jesús María Baranda
11-11-2022

 Imagen publicada hace varios meses por El Correo, en la que aparece la acusada, que que ha declarado en la primera sesión.

Mañana viernes, 18, se espera -si todo transcurre con normalidad-, conocer si Carmen Merino asesinó a Jesús María Baranda, así como la pena si, como parece, es condenada como autora del asesinato 

JORNADA DEL VIERNES

En la quinta jornada de juicio, se ha apuntado que la autopsia del cráneo de Jesús María Baranda, ha indicado que el cuerpo fue "extraordinariamente manipulado" y, aunque no han podido determinar la causa de la muerte, los forenses se han decantado por una muerte violenta.

La médico forense que examinó el cráneo ha señalado que los restos óseos estaban en "malas condiciones", por lo que ha advertido de que el estudio forense ha tenido una "gran limitación". "No hemos podido acreditar la causa de la muerte", ha señalado la forense, quien ha detallado que el resto de lesiones que presentaba el cráneo podrían haberse dado tras fallecer. Sin embargo, según los indicios que han podido hallarse en el cráneo, el criterio de la perito forense es que se produjo una muerte "altamente sospechosa de criminalidad".

 La autopsia ha determinado también que Jesús María Baranda tomó Diazepam antes de morir, aunque los forenses han advertido de que, debido a la "extraordinaria" manipulación que sufrió el cráneo y las "malas condiciones" del tejido analizado, podría haber más sustancias en el cuerpo pero éstos no se han hallado.

Según lo expuesto por los forenses, "muy probablemente" la víctima ingirió "una cierta dosis alta" de este ansiolítico, que produce un estado cercano al coma o un sueño profundo si se toma en exceso. 

EXISTENCIA DE HUELLAS Y ADN

La práctica de la pericial forense no ha podido determinar de quién son los 37 pelos adheridos al cráneo de la víctima. También han declarado los peritos que analizaron las huellas dactilares de las bolsas que envolvían el cráneo y el ADN hallado en la vivienda de la pareja.

En las bolsas que envolvían el cráneo -siempre según los forenses- solo se han encontrado siete huellas en la parte de abajo, pertenecientes a Carmen Merino, aunque según han detallado los peritos, había "fragmentos de huella" con calidad insuficiente para ser estudiada. 

JORNADA DEL JUEVES.

Los vecinos del bloque de pisos donde residía la víctima del crimen de Castro Urdiales y la acusada de asesinarle y entregar su cráneo a una amiga en una caja, han asegurado este jueves, en el juicio con Jurado Popular de esta causa, que no oyeron ruidos extraños. Varios vecinos han respondido a las preguntas de la defensa en la cuarta sesión del juicio contra Carmen Merino que llevaba varios años residiendo en la localidad castreña, más de siete de ellos con la víctima, y para quien la Fiscalía pide 25 años de prisión por asesinato.

La Fiscalía apunta en su escrito de acusación, a que el crimen se cometió en el domicilio de la pareja sobre el 13 de febrero y que en los días posteriores la acusada descuartizó el cadáver en esa misma casa. Según las declaraciones de los vecinos, en el bloque de edificios residen todo el año "cuatro o cinco" personas y ninguno tuvo conocimiento, ni directa ni indirectamente por parte de otras personas, de oír ruidos ni ver comportamientos extraños. 

De los cuatro vecinos que han declarado, dos han dicho que no es su vivienda habitual ni recuerdan haber estado en el domicilio en esas fechas, y las otras dos, que residen todo el año, han señalado que trabajan fuera de casa.

Todos han confirmado, a preguntas de la defensa, que la Policía no se ha puesto en contacto con ellos para preguntarles por estos hechos.

También ha declarado, en una sesión que ha durado no más de una hora, otro de los guardias civiles que atendió la denuncia de desaparición de la víctima, Jesús María Baranda, quien, como sus compañeros, ha dicho no tener constancia de que Carmen Merino acudiera al cuartel semanas antes de esa denuncia ni les trasladara sospechas de que alguien entraba en su vivienda.

El juicio contra Carmen Merino continua este viernes, con la práctica de cuatro pruebas periciales, entre ellas, la autopsia del cráneo de la víctima, ya que el resto del cuerpo no se ha encontrado.

 JORNADA DEL MIÉRCOLES

Nuevos testigos, entre ellos guardias civiles y el técnico de ambulancia que asistió a la hermana de la mujer que encontró el cráneo declaran en esta tercera jornada, indicando que la acusada,  Carmen Merino, estaba "tranquila y medicada" cuando se descubrió el cráneo de la víctima, Jesús María Baranda, en septiembre de 2019. 

Del estado en que se encontraba la presunta asesina ha dado cuenta este miércoles, en la tercera sesión del juicio contra ella, uno de los sanitarios que acudió al domicilio donde se produjo el macabro hallazgo, y que fueron requeridos para asistir a la hermana de la amiga por un ataque de ansiedad.

Este profesional ha relatado además, ante el jurado, que dentro de la ambulancia se produjo una situación "un poco violenta" entre ambas, cuando la mujer que precisó la atención recriminó a la enjuiciada: "¿Cómo has podido hacerme esto?", conversación ante la que él se mantuvo "al margen" y "callado".

De la primera, este testigo ha precisado que estaba "agitada", y de Merino --natural de Sevilla y de 64 años, que se enfrenta a 25 de cárcel-- ha dicho que presentaba un "perfil tranquilo" y que "era evidente que estaba medicada", por ejemplo con ansiolíticos u otros fármacos derivados, de ahí que decidieran llevársela también al centro de salud del barrio castreño de Cotolino.

Concretamente, tomó la decisión su compañero, que también ha declarado en la vista oral, quien ha detallado que la acusada tenía las pupilas "dilatadas", extremo compatible con los medicamentos que les indicó que estaba tomando -tranquilizantes y para dormir-.

Este testigo también presenció la conversación entre las entonces amigas en la ambulancia: "Valiente amiga, en menuda situación me has metido", son las palabras que él ha rememorado, sin recordar que la acusada contestara: "no dijo nada", pues iba "con la cabeza gacha" y "mirando al suelo".

Su compañero, en cambio, declaró en instrucción que creyó oír un "lo siento" como respuesta, aunque ahora ha dicho no estar seguro de ello pues tiene un "vago" recuerdo por el paso del tiempo. Lo que sí pensaron los dos en ese momento es que igual tenían que haber pedido una segunda ambulancia para que no fueran juntas.

Pero como no lo hicieron, iban sentadas una frente a la otra, según ha ilustrado uno de estos testigos, que no vio el paquete en cuestión ni la cabeza hallada en la vivienda, en la calle Santa Anta de la localidad, y en la que ya estaba una pareja de la Guardia Civil cuando ellos llegaron.

Así, fueron los agentes quienes les pusieron "al corriente" de la paciente a la que tenían que atender, que estaba "sentada" en la cocina y "asustada" por lo que se había encontrado, ha indicado el sanitario. Ha agregado que aunque ella les decía que ya estaba "mejor" y que no precisaba asistencia, la convencieron para que fuera a urgencias, pues había sufrido una "crisis muy fuerte".

 

SEGUNDA JORNADA DEL JUICIO

En esta segunda jornada del juicio con intervención de testigos que han seguido a la declaración de la acusada, todos han salido al paso de las afirmaciones de Carmen Merino, apuntando a su autoría del crimen; en concreto, la amiga, Carmen Mendoza, que tuvo el cráneo en su casa, ha declarado que Carmen Merino "miente". Igualmente, los familiares de Jesús María Baranda, decapitado en este crimen, han afirmado que las relaciones de la pareja se habían "deteriorado".

ABIERTO EL JUICIO A PARTIR DE LAS 10,30 HORAS.

La presunta autora de la decapitación del conocido como 'crimen de la cabeza' en 2019 ha declarado este lunes en la primera sesión del juicio. Carmen Merino ha negado los hechos y que entregara en una caja la cabeza de la que era su pareja en ese momento.

La acusada solo ha respondido a su abogado y ha explicado al jurado cómo era la relación con Jesús María, su pareja y asesinado en 2019. Sobre el tema principal de la sesión, si entregó la cabeza de su pareja a una amiga, ha negado los hechos.

"No le entregué un paquete con la cabeza de Jesús. Sí le di un paquete", ha expresado sobre este punto. De esta manera, Merino ha insistido en su versión de que lo que contenía la caja que dio a su amiga eran juguetes sexuales y ha explicado a que se los entregó por vergüenza a que la Guardia Civil los descubriera en el registro de la casa, una vez denunciada la desaparición.

"Había comprado cosas íntimas que había ido guardando, lo metí en bolsa de basura... eran juguetes sexuales. Lo metí en bolsas de basura, en un neceser, en papel de periódico y en la caja para cuando viniera", ha detallado. Después, ha asegurado que su amiga se lo guardó y que los juguetes sexuales fueron, en realidad, un regalo que se hizo a ella misma por su cumpleaños.

Niega haber entregado el cráneo a su amiga

 

La acusada del asesinato en 2019 en Castro Urdiales y entregar después su cabeza en una caja a una amiga ha negado en el juicio contra ella haber entregado el cráneo y ha insistido en que le dio a su amiga juguetes sexuales en un neceser.

Además, ha negado haber buscado en internet “cuánto tiempo tarda en descomponerse un cadáver” ni preguntas sobre cobrar la supuesta herencia, y ha indicado que la amiga que halló el cráneo y el hermano de la víctima tenían acceso a su casa y ordenador.

Carmen Merino ha declarado durante casi una hora y media a preguntas de su abogado ya que ha dicho que “no se fía” de la Fiscalía y la acusación particular, y su declaración continuará este martes a partir de las 9:30 horas.

 

El juicio ha comenzado en la Audiencia Provincial de Cantabria pasadas las 10.30 horas con las cuestiones previas, en las que la defensa, el fiscal y la acusación particular -que representa a los hijos, un hermano y al primo de la víctima- han resumido al Jurado Popular cómo se desarrollará el proceso.

La acusada ha iniciado, tras un breve receso, su declaración recordando que conoció a Jesús en octubre de 2011 cuando ella trabajaba en un bar de Castro Urdiales y que empezaron a "tontear" y al poco tiempo se fueron a vivir juntos.

En sus primeras palabras, a preguntas de su abogado, la acusada ha dicho que fue víctima de violencia de género por parte de su marido y padre de sus dos hijos, y los problemas que tuvo con él, y ha apuntado que Jesús Mari no tenía relación desde hace años con sus dos hijos, que "solo discutía" con su hermano y que tampoco tenía buena relación con su primo. 

DECLARACIONES DE LA ABOGADA DE LA ACUSACIÓN PARTICULAR

Por su parte, la abogada de la acusación particular del crimen del cráneo de Castro Urdiales, que ejercen los hijos de la víctima, el jubilado vasco de 67 años Jesús María Baranda, ha declarado que considera que existen pruebas «más que suficientes» contra Carmen Merino como autora de un delito de asesinato con alevosía con la agravante de parentesco.

Así lo ha dicho la abogada, Ana Quintana, antes de entrar al juicio que comienza este lunes en la Audiencia Provincial de Cantabria con la declaración de la acusada, para la que pide prisión permanente revisable y, con carácter subsidiario, la pena de 25 años de prisión.

«Esperamos una sentencia condenatoria», ha recalcado Quintana a preguntas de los medios de comunicación, reiterando que, aunque la procesada niega los hechos, «hay pruebas más que suficientes para una sentencia condenatoria».

Tras constituirse el jurado popular el pasado viernes, el juicio por el 'cráneo de Castro' seguirá este lunes con las cuestiones previas y la declaración de la acusada de decapitar a su pareja en Castro Urdiales.

Está previsto que el juicio se prolongue durante diez jornadas más programadas a lo largo de dos semanas, hasta el viernes 18, cuando esta se llevará a cabo la deliberación y el veredicto del jurado, que está conformado por un hombre y ocho mujeres más dos suplentes.

EXPECTACIÓN NACIONAL

Hoy, lunes, 7 de noviembre, se inicia en la Audiencia Provincial de Cantabra el juicio por la muerte de Jesús María Baranda, empleado de banca jubilado. Su cabeza -como se recordará- apareció por casualidad en la casa de una amiga de la acusada en Castro Urdiales. Según se ha sabido en las últimas horas ha sido rechazada la petición de la defensa de que se celebrara a puerta cerrada.

Ya se ha constituido el jurado popular en la Audiencia de Cantabria, y serán ocho mujeres y un hombre los encargados de juzgar si ella es la responsable del crimen. Durante un total de quince sesiones se escuchará el testimonio de testigos, forenses y psiquiatras.

La presunta asesina, que siempre se ha declarado inocente, declarará el primer día de la vista, es decir, este mismo lunes. La Fiscalía pide para ella una pena de 25 años de prisión por asesinato con alevosía y la acusación particular, ejercida por sus familiares piden la máxima pena, además de la prisión permanente revisable.

Los hechos que se juzgan

La mujer se desplazó a la vivienda de esa mujer y le entregó una caja que supuestamente contenía juguetes sexuales. Meses después y debido al olor que desprendía la abrió. Dentro estaba el cráneo que comenzó a ofrecer luz sobre los hechos que habían provocado su desaparición. 

La amiga que recibió la caja indicó a raíz del mácabro hallazgo que se encontraba asustada y que se mareó cuando descubrió el cráneo. El descubrimiento precipitó la detención de la mujer que entregó la caja. Sin la menor duda, la cabeza pertenecía a su pareja, que llevaba meses desaparecido. Concretamente desde febrero de 2019, cuando ella misma denunció su desaparición.

Un móvil económico

 El atestado de la Guardia Civil apunta como principal hipótesis el móvil económico para cometer el crimen. La mujer se encontraba en una situación de morosidad con diversas entidades bancarias y de crédito y con "una necesidad apremiante" de disponer de efectivo. Tenía, al parecer, deudas por un importe superior a los 20.000 euros.

Conversaciones de WhatsApp con sus hijos indican que estaban necesitados de aportes económicos regulares de su madre, superiores a sus ingresos. 

El informe de la Guardia Civil señala que solo con las aportaciones a sus hijos tenía un gasto medio de 600 euros al mes, cantidad que solo con la pensión de Carmen no se podía asumir. Por ese motivo la investigada debía retirar efectivo de la cuenta de la víctima.

SE DECLARA INOCENTE

La presunta asesina siempre se ha declarado inocente pero la Guardia Civil ha documentado sus búsquedas en internet, algunas inquietantes. Compró una motosierra y buscó también cómo desatascarla o cuánto tiempo tarda en descomponerse un cuerpo. Además encargó una desinfección general de su domicilio.

En la investigación se buscaron restos del cuerpo, sin éxito, en una finca que el hombre tenía en Llodio, Álava. En la casa de la acusada sí se encontraron restos de sangre pero nunca se ha encontrado el resto del cadáver. Se desconoce el móvil de su asesinato, pero la acusada tenía deudas. En el testamento figuraba como heredera junto a los hijos de José Mari.

ASÍ LO ANALIZA LA SEXTA

Arranca en la Audiencia Provincial de Cantabria el juicio a Carmen Merino, la mujer acusada de decapitar a su pareja en Castro Urdiales (Cantabria) y cuyo cráneo apareció en una caja que ella misma había entregado a una amiga en 2019.

La acusada se enfrenta a 25 años de cárcel por el asesinato de Jesús María Baranda, un jubilado de 67 años que llevaba varios años conviviendo con la acusada y que desapareció sospechosamente en febrero de 2019 y cuyo cuerpo todavía no ha sido localizado.

El caso se destapó cuando la amiga de Carmen abrió un paquete que ella le entregó meses atrás alegando que contenía juguetes sexuales. La mujer abrió la caja por el mal olor que desprendía y descubrió una cabeza humana en una bolsa de plástico.

La compra de una motosierra

Según el informe, a mediados de febrero de 2019, cuando los investigadores consideran que Jesús María ya se encontraba sin vida, Carmen realizó la compra de una sierra de calar con hojas de sierra variadas, así como un martillo de grandes proporciones y un ladrón de corriente eléctrica.

No fue hasta tres días después cuando adquirió a través de internet una motosierra de marca Bosch, un modelo de menor dimensión que las conocidas para uso de tareas de jardinería.

Un historial web macabro

El informe policial también muestra el historial de búsquedas en Google que la acusada realizó en las fechas previas y posteriores al crimen.

Entre esas búsquedas figuraba "cómo montar una sierra eléctrica", así como "cómo desatascar una motosierra Bosch". Unos indicios que llevan a los investigadores a plantear la hipótesis de que durante la ejecución de la destrucción del cadáver de Jesús María, a la investigada se le atascó la motosierra ya que "la consistencia de tejidos y partes óseas del cuerpo humano con una máquina de mediana potencia puede derivar fácilmente en esa consecuencia".

Remarcan los investigadores que "el hecho de que la investigada, en primer lugar, adquiera una sierra de calar y un martillo pesado, para después, pasados dos días, adquiera una motosierra, viene a indicar que la investigada se encontró con la evidencia de que la sierra de calar, con sus sierras de corte, no eran suficientes y eficaces para el fin deseado por ella, por lo que decidió adquirir una máquina más potente y con mayor proyección de corte".

A pesar de todo, en el registro de su vivienda "no fue hallada ninguna de las herramientas adquiridas por ella", algo que demuestra que "se deshizo" de ellas "una vez finalizado el uso" y con "clara intención de no dejar vestigios sobre su utilización".

Además de las búsquedas sobre las herramientas, la acusada también introdujo en Google búsquedas sospechosas como "si mi marido desaparece sigo cobrando la pensión" o "cuánto tiempo tarda en descomponerse un cuerpo".

Una frase que "supone un preludio de lo que ocurriría meses después, siendo evidente que la motivación económica prevalece sobre los actos que motivarían la muerte de Jesús María".

Habría destruido el cadáver ebria de whisky

Las investigadores apuntan que Carmen destruyó el cadáver de su marido en el propio domicilio de la víctima, donde se localizaron "numerosas muestras de origen biológico en el domicilio compatibles con sangre": había manchas en las escaleras, en zonas superiores como la moldura del techo y también en las paredes del distribuidor de la casa

Una tarea, la de destruir el cadáver, que habría hecho bajo los efectos del alcohol. La mujer habría comprado en más de cinco fechas distintas botellas de whisky, lo que supondría un consumo de una botella cada dos días.

"Puede llegar a ser comprensible si tenemos en cuenta que la ejecución de los actos que conllevan la destrucción de un cuerpo mediante las herramientas adquiridas previamente, requiere no sólo una insensibilidad para abstraerse de esa realidad sino también una desinhibición ante los actos que se halla ejecutando, para lo cual, puede ayudar efectivamente la ingesta exagerada de alcohol", indica el atestado

La limpiadora retiró bolsas de basura "pesadas"

La investigación también señala que durante las fechas en las que se produjeron las adquisiciones de las herramientas de corte, también compró "productos de limpieza agresiva como lejías, quitamanchas, amoniaco y guantes reforzados".

 

Además, solicitó a su trabajadora del hogar que "llevara a cabo una limpieza general en el domicilio". Esa testigo llegó a declarar que al acceder a la vivienda se encontró "apiladas numerosas bolsas de basura llenas" que, según la sospechosa, contenían tierra.

Ella le pidió que las bajara por el interior de la residencia hasta el vehículo que se encontraba en el garaje para que "las tirase a un contenedor". La testigo aseguró que "las bolsas pesaban considerablemente".

Carmen se quería marchar a Cádiz

Los investigadores se plantean la hipótesis de que Carmen tenía previsto marcharse a Cádiz, "circunstancia que se basa en las conversaciones mantenidas por la investigada con sus hijos y las consultas realizadas en páginas web inmobiliarias respecto a la búsqueda de viviendas en esa ciudad".

Unido a esto, la investigada "mantenía escondido en su vivienda, procedente de continuos reintegros extraídos a través de cajeros" en una cuenta de la víctima, una importante cantidad de dinero.