SUPERSTICIONES Y NUEVAS AVENTURAS (XVIII). “CON LA VENIA DE MIGUEL”
Por JOAQUÍN CUETO OTÍ
SUPERSTICIONES Y NUEVAS AVENTURAS (XVIII)
Por Joaquín Cueto Otí
“CON LA VENIA DE MIGUEL”
O EL QUIJOTE EN VERSO
Por Joaquín Cueto Otí
SUPERSTICIONES Y NUEVAS AVENTURAS
Narrador._ Rocinante está ensillado,
Sancho, dormitando está
y el can, tras del amo va
con el rabo levantado.
Relajado está el jumento
y estudiando está, a mi ver,
pues canso ya de pacer
el relajarse un momento,
es el mejor linimento
para al currelo volver.
Con gesto preocupado
el buen Don Quijote está:
¿En qué locura estará
pensando este condenado?
Barrunta alguna aventura
o entuerto que desfacer,
mas piensa en una mujer
que al borde de la locura,
le tiene, a mi parecer.
Hoy galopa al infinito
picando espuela al rocín,
pues divisa en el confín,
el más bello monolito
que hecho de noble granito,
cincelara un serafín.
Don Quijote confundió
al monolito citado,
con un blandengue soldado
que allá en lontananza vio,
y a batirse le retó,
sobre el caballo montado.
D.Q. ._ <<¡Qué pena que Dulcinea
no presencie esta aventura!
pues en una sepultura
va a terminar la pelea.
¡Dulcinea de mi amor!
Esta aventura te brindo
y antes muero, que me rindo,
ante un ruin depredador.>>
Narrador._ Al llegar al monolito,
que él creyó ser un soldado,
lanzó un grito desgarrado
cuyas palabras omito,
porque soy muy recatado.
Tomó en su mano la espada
y al monolito insultó,
mas cuando le estoqueó,
el arma saltó quebrada
porque en la piedra pinchó.
D.Q. ._ Mi espada se habrá tronchado,
mas en mi haber, ¡otro muerto!
¡Desfecho queda el entuerto
y fenecido un soldado!
Narrador._ No se lo podía creer
un pastor allí presente:
Pastor._ << Aqueste hombre, o está demente
o es hijo de Lucifer.
Bien se ve que está chalado,
pues confunde a un monolito
hecho de recio granito,
con un valiente soldado.
Y le da un tajo a la roca,
creyendo que a un hombre daba
y a los cantos desafiaba
con su insultadora boca.
Amarremos al momento
a este pobre desgraciado,
pues quizá se haya escapado
de un miserable convento,
saltando desde el tejado>>.
D.Q. ._ Lance es éste, que me crece
y me hace más respetable;
a un recluta miserable,
o más bien un mequetrefe
como al vulgo es bien palpable,
he dado cual se merece.
Noble tengo la cabeza,
recto, mi ilustre espinazo
y cuando doy un abrazo;
si lo doy a una belleza,
sólo pienso en Dulcinea
que allá en alejada aldea,
por su Don Quijote reza.
Rostro de ninfa tenéis,
¡mi Dulcinea querida!
pero acabáis con mi vida,
si presta no me queréis.
¡Rocinante! ¡Galopando!
que Sancho estará impaciente
y de nosotros pendiente,
quizá nos esté buscando.
S.P. ._ ¿Cómo le fue caballero
en la reciente aventura?
D,Q. ._ Abierta la sepultura
dejé, y enterrarlos quiero
tan pronto un sepulturero,
pase aviso al Sr, cura.
S.P. ._ ¿Son muchos los fenecidos,
heridos o macilentos?
D.Q. ._ Dejé en el campo tendidos:
de muertos, más de doscientos,
heridos, unos quinientos;
y al resto dejé prendidos
como si fueran ¡jumentos!
Uno tras otro cayeron,
por mi espada atravesados
fallecieron desangrados,
o del susto se murieron.
S.P. ._ Eso, es muy grave pecado
y Vos, buen desfacedor,
no podéis ser pecador
como un ladrón de ganado.
D.Q. ._ Nunca, noble caballero
pecó por haber matado;
por lo tanto, ¡no he pecado!
ni ser condenado espero.
S.P. ._ Que usted no ha pecado, es cierto,
porque mató a un monolito
y según Dios dejó escrito,
por un monolito muerto
nadie será condenado.
D.Q. ._ Razón tenéis, no he pecado
ni los infiernos he abierto
y si queréis comprobarlo,
aquí estoy para probarlo.
Sancho Panza de la Nada
con ésta, mi ilustre espada,
te lanzaré un espadazo
y dos fragmentos te haré;
El uno, lo comeré
y con el otro pedazo
lo que hacer, ¡ya lo pensaré!
S.P. ._ ¡Al mismo diablo estoy viendo!
que éste, no es un caballero;
necesita de un loquero,
pues por lo que estoy oyendo
en manicomio durmiendo,
estaba bien ¡prisionero!
D.Q. ._ ¿Me habláis noble monumento
y mofaros de mí, hacéis?
Pues quien soy yo, lo veréis,
¡en este mismo momento!
Me tomáis por un jumento
y sois Vos quien, hasta pacéis,
conque ganado tenéis
de mi parte, ¡un escarmiento!
De un buen golpe, el corazón
con mi espada, al pronto rajo
y asimismo, de otro tajo;
si no me dais la razón,
el infierno por mansión,
os arriendo a precio bajo.
S.P. ._ Tenga calma, su merced
y eche de morapio un trago
que si con mi vida pago,
¿Quién le va a servir a usted?
D.Q. ._ Me ofendió la sillería
de aquel noble monumento
y sin pensarlo un momento,
creyendo que me ofendía,
le di de tajos, un ciento.
Y no me pesa la acción,
ni mi conciencia me grita,
ni mi corazón palpita,
ni pienso que es sinrazón
lo que hice en la dicha cita.
Un pleito solucionado
y ya desfecho otro entuerto;
¡que descanse en paz el muerto!
por mi espada ajusticiado
y si en pecado murió,
¡disculpas le suplico yo!
S.P. ._ ¿Dónde estáis mi buen Señor,
que no venís a comer?
D.Q. ._ ¡Pensando en una mujer
que es causa de mi dolor!
mas te juro, por mi honor,
que es dueña de mi querer
y como no, de ¡mi amor!
¡Cenemos, mi Sancho amado!
Aunque un caballero andante,
tiene obligación tajante,
de velar; pues es pecado,
a las armas darle un plante.
Narrador._ Sancho duerme, cual lirón.
Don Quijote sigue en vela
mientras la lechuza vuela,
buscando quizá un ratón
que presuroso se cuela,
a esconderse en un rincón.
D.Q. ._ ¡Recórcholis, maldición!
¿Es lechuza lo que veo
allá donde yo paseo,
o será algún viejo halcón,
ave rapaz, según creo?
Lechuza y superstición
Sancho Panza, van unidos,
lo mismo que los bandidos
se funden con el ladrón.
S.P. ._ ¡Canso estoy de sus lamentos!
de lechuzas y de halcones,
de cabras y de castrones
y también de encantamientos.
La iglesia, Quijote amado,
creer en brujas prohíbe
y quien las cree, recibe
castigo por tal pecado.
D.Q. ._ En un castillo encantado,
estás buen Sancho durmiendo,
y el caballero, cumpliendo
la palabra que ha jurado.
Lo que yo decirte quiero,
es secreto de guardar
y me tendrás que jurar,
(palabra de caballero)
que te lo vas a guardar.
Narrador._ Sí, ¡lo juro! (respondió
Sancho Panza sin pensarlo)
y Don Quijote, a contarlo
en el momento empezó:
D.Q. ._ Anoche estaba velando
sin ningún molesto ruido,
cuando percibió mi oído,
que alguno me estaba espiando.
Ruido apenas perceptible,
mas nunca tuve temor,
porque un hombre con honor
al miedo no es asequible.
¿Quién vigila a un caballero,
que cumple su obligación
cual si fuera un artillero
de guardia en su batallón?
Si es una mujer ¡perdón!
mas si fuera un majadero
yo te digo, mi escudero,
que le ¡rajo el corazón!
Dar un paso al frente, os pido
que aclarar quiero una duda.
Viuda._ ¡Mi Don Quijote, querido!
De Vos necesito ayuda,
pues soy pobrecita viuda
y preciso de un marido.
D.Q. ._ Explicaos nuevamente,
desconocida doncella,
si sostenéis ruin querella
con algún intransigente,
pues yo defiendo a mujeres
con mis uñas y mis dientes;
de truhanes y mercaderes
más cobardes, que valientes.
Viuda._ ¡Su merced, no me entendió!
lo que le pido, es ¡amor!
para paliar el dolor,
de quien ayer falleció:
Dos noches llevo sufriendo
sin mi difunto marido,
que si mucho le he querido,
que le olvidé voy diciendo.
Olvidad ya a las espadas
y el socorrer a las viudas
que si precisan de ayudas,
pidiendo están, ¡ser amadas!
A una mujer se le ayuda
con unos toques de amor,
nunca hablándole de honor,
sobre todo, si está viuda.
D.Q. ._ A pérfida viuda ¿Amar?
Villano me volvería
y a mi Dulcinea haría,
con dicho amor, ¡despreciar!
¡Señora! con Don Quijote
no contéis para ¡yacer!
Sois prostituta mujer
que bien merece ¡un azote!
Viuda._ Tenéis fama de valiente,
de viril y de arrojado,
mas parecéis apocado
y según dice la gente,
en amores, inocente:
Dulcinea de El Toboso,
a quien decís mucho amar,
quizá esté en algún pajar;
con su futurible esposo,
cual si lagarta vulgar.
D.Q. ._ ¡que sois mujerzuela advierto!
porque si fueseis varón ,
jamás mejor ocasión,
para contar ¡otro muerto!
¡Me detengo, no sé el por qué!
No desfago aqueste entuerto ,
con tu corazón abierto
por donde a tantos rajé.
Idos, do no vuelva a veros,
aunque sea al mismo infierno,
porque me importan ruin cuerno,
tus amores traicioneros.
Llevaros pues, mi desprecio,
que yo quiero a Dulcinea
y nunca le tuve aprecio
a mujer cual Vos, ¡tan fea!
Viuda._ ¡Qué decepción, Don Quijote,
la que esta noche he sufrido!
Si tuviera aquí un garrote,
muerto por mí, hubieras sido;
porque eres un reprimido
y una nada de machote.
D.Q. ._ Antes la muerte prefiero,
¡que adulterio cometer!
Sólo quiero a una mujer
y es tanto lo que la quiero,
que gustoso doy mi ser,
por ser siempre prisionero
de su amor y su querer.
Narrador._ Esta vulgar aventura
de Don Quijote y la viuda,
fue certeza clara y cruda,
que parece ruin locura
y sucede a cualesquiera.
Sin embargo, no es normal,
que silencio sepulcral
a Sancho Panza pidiera
un hombre de fama tal.
¿Era culpable, el querer
que Don Quijote profesa
a quien tiene por princesa
y es belleza de mujer?
¡Tan cierto como la luz
que nos alumbra de día!
y cierto como la cruz,
en la que ¡Cristo, sufría!
Era tan grande el amor
por la gentil Dulcinea
que aunque Vos no se lo crea,
en ello le iba el honor.
Y por ella suspiraba,
vagaba pensando en ella
y para él, era tan bella
como el sol que le alumbraba.
Como un jardín florecido
en primavera lluviosa,
o la bellísima rosa
que una ninfa haya cogido.
Con las estrellas del cielo
a Dulcinea coteja
y besa el bendito suelo,
pidiendo a Dios, la proteja
y la tape con su velo.
¿Estaba loco de amor
tan grotesco caballero,
y aqueste era tan sincero
como decía el Señor?
¡Era sincero y leal,
como un perro de pastor!
y era un querer tan real
que sólo era ¡amor y amor!
Cabalgan entrambos dos
en el jaco y el jumento
y llevan el pensamiento,
tras de una mujer en pos:
Don Quijote, en Dulcinea,
y en la suya, Sancho Panza.
La de éste, un mucho fea,
es extraña mezcolanza
de un peludo orangután
y dos bueyes de labranza,
que van detrás de un sarruján.
Dulcinea es un primor
que al caballero enloquece
como el pájaro cantor,
que entre las ramas se mece,
le enloquece al cazador.
S.P. ._ ¿Esa historia que me cuenta
sobre la viuda del diablo
es cuento que usted inventa?
D.Q. ._ Aquello que contigo hablo,
es certeza y es verdad
porque nunca jamás ¡miento!
Es pura sinceridad
y no, ¡picaruelo invento!
S.P. ._ Pues Señor, ¡Cuánto lo siento!
Porque si a mí se insinúa
aún la juerga continúa,
en cualesquier aposento.
y si “la gruesa” se entera
de la lívida aventura,
me llamará “calavera”
pero hacer mi sepultura;
no creo que hiciera.
D.Q. ._ ¡Sancho! ¡Tú eres un malvado
sin alma y sin corazón!
Yo, siempre te he apreciado,
mas las cosas como son:
El adúltero es un necio
que no merece perdón,
sólo merece desprecio
y un algo de compasión.
S.P. ._ Quedaos con la honradez
y con la lagarta yo,
que la sobaré, “pardiez”
como nadie la sobó:
Calva pintan la ocasión
y quien la deja escapar,
es un completo babión
que no mereció mamar.
D.Q. ._ Dejemos ya la disputa,
que no es discordia siquiera:
Ni tú eres tan calavera
que con cien furcias disfruta,
ni comes cual caballar
pienso en cualesquier cocino
sin barrer y sin fregar,
ni estás borracho de vino.
Narrador._ El cielo se está nublando
y la oscura noche llega:
Pisando tierra manchega
van dos hombres cabalgando.
Don Quijote, va pensando
en su sin par Dulcinea,
mientras Sancho, daque hogaza
con sus dientes atenaza,
sin que su dueño le vea.
Un mozo manchego siega
bajo el sol abrasador
y a su lado una manchega
brota ríos de sudor
con los que a sus prados riega.
S.P. ._ ¡Señor! ¡Ardua es nuestra andanza!
Sin buen vino y buen tasajo,
todos vamos al “carajo”
y el primero ¡Sancho Panza!
Si Vos tuviera valor
y pidiese a la manchega,
la bota que en mano lleva;
¡ay que trago, mi Señor,
de tan goloso licor
echaría a mi talega.
D.Q. ._ Pedir vino a un labrador,
aunque éste sea manchego,
es algo a lo que me niego
pues mermaría ¡mi honor!
jamás pediré favor
a un plebeyo cualesquiera,
aunque muriendo me viera,
tras rajarme algún traidor.
S.P. ._ ¡Buenas tarde segador!
¡hola, gentil segadora!
Este sol abrasador,
concluyó mi cantimplora
y la fuente salvadora
para nuestra sed saciar,
escondida debe estar
¡pues no la encuentro, Señora!
Manchega._ La fuente que Vos buscáis
a dos palmos la tenéis,
y si del agua bebéis
la sed al pronto saciáis:
¡Bebed cauto peregrino
de la fuente, su agua pura!
S.P. ._¡El agua es puerca basura!
Sancho prefiere ¡buen vino!
pues sería desatino,
mandarle a la sepultura
como si fuera un gorrino,
que sólo bebió agua pura.
El agua, ¡bébalo usted!
mi querida mancheguita;
después rece a Santa Rita
y a beber agua otra vez.
Narrador._ No cesa de preguntar
Don Quijote, al segador,
sin clara respuesta hallar
de tan parco informador:
Por un jinete pregunta
que flotando en su magín,
por dicho lugar, barrunta,
que cabalga en un rocín.
D.Q. ._ ¿Ha visto usted algún noble
por este lugar vagando,
sobre un jaco cabalgando?
Segador._ A la sombra de aquel roble,
estuvo anoche velando
las armas, tal caballero.
D.Q. ._ Pues averiguarlo quiero
y si me está suplantando,
su sepultura cavando,
veo yo al sepulturero.
Segador._ ¿Sois quizás el caballero
de la muy triste figura?
D.Q. .- ¡Sí! Y mandé a la sepultura
de un espadazo certero,
a quien doncellas burló,
a ancianos no respetó,
o se olvidó, traicionero,
de pagar a quien pidió.
Segador._ ¿Tenéis propio cementerio
para enterrar los difuntos?
D.Q. ._ ¡No se meta en mis asuntos!
pues respondo al vituperio
con la espada y la razón,
desfaciendo tal misterio
¡rajando su corazón!
Segador._ ¡Perdonad señor mi vida!
pues soy un vulgar villano
que si le asienta la mano,
será usted un homicida.
Y tendrá remordimientos,
con su límpida conciencia
que al menos en apariencia
tiene ajados los cimientos.
D.Q. ._ ¡De mí, nadie se burló!
ni a chistosos perdoné,
pues todo el que me insultó
si ante mí, no se humilló,
¡con mi espada lo maté!
Narrador._ Y levantando la espada
para matar al manchego,
como si fuera un borrego,
quiso darle una estocada;
mas la manchega ofuscada,
asestó innoble pinchazo
a Don Quijote en un brazo,
y en el culo, ¡una patada!
Por dicho brazo sangraba
nuestro noble caballero
como si fuera un cordero,
tras villana puñalada.
S.P. ._ ¡No le matéis, por favor!
ni le hagáis una trastada,
que está loco mi Señor
como una cabra enjaulada.
Traedme pronto un brebaje
para a mi señor curar,
pues no cesa de sangrar
y aunque le puse un vendaje,
se lo acaba de quitar.
Y asimismo, necesito
para mi panza acallar
un suculento yantar,
al que yo solo me invito
como os podéis figurar.
Narrador._ La meseta castellana
está de sangre teñida.
¿Quién ha sido el homicida
que la mató esta mañana?
¿Por qué calla la campana,
si está en peligro una vida?
¡La campana está callada
porque ha sido ruin rasguño,
que le hicieron con el puño,
a Quijote en la quijada!
Y de nuevo cabalgando
sobre el penco Rocinante,
nuestro caballero andante
mil hazañas va contando:
D.Q. ._ Voy por el orbe matando
y a cuántos más mataré
pues, ¡ni yo mismo lo sé!
S.P. ._ ¡Señor! ¡Estáis delirando!
y me estáis avergonzando,
como el auditorio ve.
Vos, necesita un galeno
que le cure el frenesís.
Un médico sabio y bueno,
provisto de un bisturí,
para hacerle una sutura
que le cure la locura;
pues ¡me está matando! a mí.
D.Q. ._ A lo lejos, muchos cuernos
Sancho Panza diviso yo.
S.P. ._ Demonios de los infiernos,
que el fuego eterno expulsó.
D.Q. ._ Agravios que desfacer,
injusticias que vengar,
burlas hechas a mujer
que no puede defender
ni el honor, ni su yantar.
Narrador._ Con cuernos, una aventura
a Don Quijote enardece,
mas no llevarlos procura
o al menos eso parece:
D.Q. ._ ¡Portar retorcidos cuernos,
que los porte Satanás!
adentro de los infiernos,
yo, Don Quijote ¡jamás!
S.P. ._ Dos cuernos bien retorcidos
dan nobleza y distinción
a los cornudos maridos,
víctimas de ruin traición.
D.Q. ._ Demonios o diablos son
el ejército que veo,
y está leyendo un tebeo
el furriel del batallón.
Nunca mejor ocasión,
para decirle a mi espada
que de una sola estocada,
mande al infierno, a un millón.
S.P. ._ Son vacunos holandeses
y de berrendo color,
que palían el calor
en las espaciosas mieses,
donde no sufren reveses
si las cuida un buen pastor.
D.Q. ._¡Demonios digo que son!
y no lo discutas más,
pues conozco a Satanás
y, o tú me das la razón
o cual viniste, te vas.
¡Ved Sancho la cornamenta
que llevan en la cabeza!
y es de maridos afrenta,
que a ser honradez empieza.
S.P. ._Son vacas de un montañés
afincado aquí, en Castilla,
mas con ganado holandés:
Ved su dalle y su rastrilla
y su banco de ordeñar
carcomido de polilla,
como podéis comprobar.
D.Q. ._ ¡Que son demonios, te he dicho!
y la vista no me engaña,
ni se me ha mostrado huraña,
ni me ha puesto en entredicho.
Yo los echaré de España,
sin contar nunca contigo,
que me basta mi bravura
para abrir la sepultura,
de quien se meta conmigo.
S.P. ._¡Don Quijote! ¡Son cien reses!
de un honrado ganadero.
Mirad su viejo caldero,
del caballo, los arneses,
terneros de pocos meses
y un birriagas ratonero.
Ved también la ganadera
con la falda arremangada,
dejando ver la pernera
que parece torneada
por artesano tornero,
de fama bien contrastada.
D.Q. ._ Que me taches, no tolero;
lo que atisbo, no es vacada,
ni montañesa agraciada
esposa del ganadero.
¡Al galope, Rocinante!
que tengo mi lanza a punto
y no tolero el insulto
de un cualesquier mendicante.
A ese ejército derroto
sin dilatar más la apuesta
y una vez deshecho y roto
satisfecho, echo la siesta.
Narrador._ Contra un toro arremetió
cual si fuera un maniquí
y en su torpe frenesí,
al pijón despanzurró.
Furioso, gritó el vaquero,
al ver el desaguisado:
Vaquero._ Al semental ha matado
ese loco caballero;
¡Socorro! ¡Auxilio! ¡ay de mí!
un loco ha llegado a aquí
y precisa de un loquero.
Narrador._ Esto es para nos ¡la ruina!
(la vaquera se lamenta)
“Con nuestro vivir termina
y los males acrecienta.
¡Al semental ha matado
el infausto criminal!
¡Pobre toro semental
por un loco degollado!”
Vaquera._ ¡Marido! Coge la horquilla
que yo cogeré el rozón,
y cual si fuera un castrón
de endemoniada perilla
le afeitamos la barbilla,
tras ¡rajarle el corazón!
Narrador._ Con la horquilla en el cogote
y el rozón en el trasero,
dejaron a Don Quijote
para ir al desolladero.
D.Q. ._ Creo estar muy malherido,
pues sangro por la nariz.
S.P. ._ ¡Usted es un infeliz!
y un caso a mi ver ¡perdido!
Hacia El Toboso vayamos,
que allí esperan dos mujeres
a las que entrambos, ¡amamos!
Conque no nos detengamos,
pues no somos mercaderes
que del trapiche comamos.
Continuará…