LO MAS CASPOSO DEL “PROCES”
Por FERNANDO LUCAS RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
Desde ésta tan sentida Cantabria nuestra, apreciamos como parcialmente ciertos lo que los medios prodigan referente al llamado “procés” catalán.
Barcelona, tierra de promisión
para los que iniciábamos nuestra formación como arquitectos en el 1968
del mayo francés, significaba una Escuela de Arquitectura puntera, un
urbanismo en la ciudad y su area metropolitana regido por el visionario
Plan Cerdá y sus ulteriores desarrollos. Esa Barcelona, significaba una
formación más cosmopolita y más europea que la central Escuela de
Madrid. Posteriores circunstancias personales imposibilitaron mi
formación en la misma.
La actual Cataluña, desde hace
tiempo busca identidades en “Paisos Catalans” que nunca fueron sujeto
político, en Revoluciónes del Textil del ochocentismo finisecular y en
ese catalanismo culto que dio lugar a la Renaixenca y el Modernismo, ese
Modernismo que admiramos en nuestra Comillas, elegida como veraneo por
alta burguesía catalana, mientras en otra silenciosa Cataluña, se gesta
un movimiento síndico-anarquista que se rebela contra el ya endogámico
empresariado y da lugar a la mal llamada “Semana Trágica” de Barcelona.
Esta Cataluña, es heredera de su
pasado y de sus circunstancias y decidirá, en marco legal pactado, su
“statu quo” español y europeo, al que siempre estuvo, está y estará
vinculada.
Pues bien, en ese “procés”, lo
más casposo, no es un presidente de la Generalitat que en vez de huir a
un ignoto refugio del Pirineo leridano, una recóndita casa payesa, una
cueva en la Garrocha o un anónimo apartamento en multipropiedad en
Sitges, elige Flandes para desde allí, remedar y reconstruir sus
huestes.
Tampoco, lo más
casposo del fracasado “procés”, es una sollozante presidenta de
Asamblea, que miente a la justicia y después es recibida por un
funcionariado agradecido delante de una nube de reporteros.
Igualmente, tampoco lo más
casposo del “procés”, son políticos independentistas, que abandonan y
olvidan la hoja de ruta marcada para El Raval, antigu?o Barrio Chino de
Barcelona, por sus antecesores políticos, implantando el MACBA, el CCCB,
Oficinas de la Seguridad Social o la APU Barcelona Video Digital, así
como actuaciones rehabilitadoras de gran calado, que han dejado a la CUP
una “estrámbotica okupación” del número 43 de la calle El Robador,
donde buenas intenciones mancomunadas, dan paso a centros de
drogadicción ó embriones de prostíbulos.
Tanta dedicación, esfuerzos y
medios económicos perdidos en multitudinarias manifestaciones
teatralizadas, paralizan y congelan planes de ravales y arrabales en
donde otra clase silenciosa, mora, trabaja y lleva a sus vástagos el 2-O
al público colegio del barrio, cuando horas antes, en el mayor privado
colegio del Raval se forma una larga cola de votantes con complicidad de
mozzos .
De ambas realidades, mi cámara y yo, fuimos testigos.
Esta clase política catalana,
deja hondas cicatrices en su camino, aún a sabiendas, de que en un
futuro cercano, esa población de ravales, mejorará su pirámide
poblacional y la sostenibilidad de sus pensiones.
No, no, para mí y mi generación,
hija de aquel mayo, lo más casposo del “procés“ es un señor de esa misma
generación, llamado Lluis Llach, que tanto admirásemos en su día, ha
pasado de cantar “L’estac” de Campanadas a Mort, para llevar
permanentemente sobre su cabeza un gorro que quiere parecer una
barretina.
Esa barretina, ha quedado
estampada en esa estelada, y costará muchos años borrarla para que
Agencias Europeas de Medicamentos se fijen en nuestra querida Cataluña.