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El Crepusculo de Santander II

Por Alfonso del Amo Benaite

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Señalaba en la primera parte de este artículo algunas de las cuestiones que, básicamente en los últimos ocho años, han contribuido al desplome de Santander como referente regional, reflejando por un lado una  pérdida lamentable de población, mientras que por otro, municipios que jamás lo hubieran soñado superan en renta a la en otros tiempos pujante Capital de Cantabria.

Esta situación ha llegado como consecuencia de utilizar la Ciudad para proyectos de promoción personal desde la soberbia de quien entiende que todo lo anterior, lo ejecutado por anteriores Alcaldes y Corporaciones, debe ser enmendado.

Así, producto de este  no se sabe que, nos ha llevado al profundo deterioro de algunos servicios municipales  que afectan clara y directamente la imagen que trasmite la Ciudad, socavando la percepción que de la misma tenían hasta no hace demasiado tiempo unos orgullosos santanderinos.

La realidad es que aquí han ocurrido cosas muy lamentables que han deteriorado la solvencia santanderina. En este sentido podemos recordar el incendio del Museo Municipal, con la lamentable pérdida de importantes fondos documentales y bibliográficos (continuamos sin saber lo realmente ocurrido). La edición de un folleto pretendidamente de promoción turística con una traducción que nos ridiculizó internacionalmente, la locura instalada en el Metro TUS que continúa causando molestias a la gente, sin olvidar el derrumbe del edificio en la calle del Sol con las amistades peligrosas por medio.

En estos momentos nos encontramos con una Ciudad sin nuevo Plan General de Ordenación Urbana, situación que provoca paralización en la actividad empresarial  ya que nadie se puede atrever a afrontar proyecto alguno para la Capital dada la incertidumbre que como proyecto de Ciudad se tiene o quiere tener en lo residencial, comercial o industrial.  )

Muy relacionado con lo anterior en cuanto a un desarrollo futuro que afecta a la imagen de Santander, su mejora de oferta exterior y calidad de vida de los vecinos, son la integración ferroviaria y la utilización de espacios ferroviarios. Nada se ha finalizado, todo continúa con infografías, declaraciones, reuniones sin sentido, humo político en definitiva, mientras los hipotéticos beneficios para la Ciudad no se concretan contribuyendo al crepúsculo que padecemos.

Hemos perdido población, otros municipios de la Región nos superan en  niveles de renta, no tenemos un Plan General de Ordenación Urbana, la integración ferroviaria no se concreta en nada y la ocupación de espacios ferroviarios no tiene visos de ser una realidad definitiva, sin contar el purgatorio fiscal que en materia de tributación municipal padecen los ciudadanos y empresarios. Cual es la situación …? pues una Ciudad que se queda antigua  a pasos agigantados, que sustentada sobre los sueldos de las administraciones públicas y los pensionistas solo ofrece una lánguida actividad comercial o un turismo estacionalizado en donde el impulso municipal en pro de otros ( alguno, el que sea ) tipos de actividad empresarial es inexistente.

Ante este desierto municipal que tenemos …? parece que nada, esto sin contar con el deterioro de los servicios municipales de cuya situación me ocuparé en próximos artículos.

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