Expectativas: las previsiones sobre el futuro, en el actual marco de incertidumbre, se orientan hacia el pesimismo, pues 2 de cada 5 jóvenes destacan que en tres años la situación del país será peor y casi un tercio considera probable tener que recortar gastos. Sobre la situación futura del país, un 40,7% de jóvenes cree que será peor en los próximos años y únicamente un 21,7% considera que será mejor.

Hábitos durante el confinamiento: las actividades de tipo comunicativo se han incrementado sustancialmente durante el confinamiento gracias a las potencialidades de las TIC, principalmente con familia, amigos y pareja, así como el uso de redes sociales, en prácticamente 2 de cada 3 jóvenes. Frente a esto, las actividades relacionales de tipo presencial son las que más se han echado en falta. Asimismo, también se han incrementado los hábitos de vida saludables, como hacer más deporte (en la mitad de los casos) o llevar una mejor alimentación (en 2 de cada 5). Entre los hábitos no saludables destaca el consumo de alcohol y tabaco, que se ha incrementado entre el 15% de los y las jóvenes.

Entre las experiencias positivas durante el confinamiento, destacan la introspección, el autocuidado y las relaciones con el entorno social cercano (familiares, amistades, pareja), derivadas de contar con mayor tiempo libre que antes de la pandemia. La restricción de movimientos, sin embargo, es la principal experiencia negativa.

El desconfinamiento supuso temores de contagiar a alguien de su entorno familiar para el 43% de los y las jóvenes. Además, únicamente 1 de cada 10 afirma no haber sentido miedo en ningún momento, porcentaje que aumenta en el caso de los hombres y entre los y las jóvenes de menor edad. Las mujeres muestran una actitud más precavida, pues han tenido más miedo de contagiar a la familia, de que se dé un repunte, de contagiarse o de que haya un nuevo confinamiento.

Tienen ansiedad por el futuro, aunque destacan que se aburren por no ser muy entretenido el confinamiento. Mejoran según ellos las relaciones familiares y con los amigos, pero se sienten restringidos en su capacidad de movimiento, lo que les hace sentir la pandemia como una amenaza, especialmente por la posibilidad de contagiar a sus mayores, pues no están muy preocupados por su propia salud, pues no tienen miedo ya que afecta según la creencia general sobre todo a los mayores . El sexo hace a las mujeres más responsables respecto al contagio.

Tienen razón pues ya vamos por los 80.000 muertos, el 95% mayores de 65 años, en una sociedad que con los confinamientos ha reducido las actividades productivas con el consiguiente deterioro económico del PIB, no se si les preguntaron sobre eso, pero lo que es seguro es que su futuro está comprometido por ello, ya que ellos son la próxima generación en entrar en el mundo del trabajo.