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EL DIOXIDO Y EL OZONO

Por JOAQUÍN CUETO OTÍ

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Porque “Los libros hablan, cuentan cosas, guardan las voces de los muertos”

Gustavo Martín Garzo

 

EL DIÓXIDO Y EL OZONO


Unas veces por el calentamiento,

otras  por el ozono y su agujero

y  otras por el dióxido puñetero,

la  vida en esta  Tierra es un tormento.

En  occidente, huracanado viento

da  trabajo al albañil y al tejero

y  en oriente, el chaparrón traicionero

deja  al todo, destruido y macilento.

¡Estamos masacrando  el universo!,

con tanto humo y tanta puerca basura,

lanzada  desde el anverso  y el reverso.

Y afirmo, que este mal no tiene cura,

porque  aún no ha nacido sabio galeno

que  recete eficaz contraveneno.

 

Diariamente quemamos muchos millones de barriles de carburante, infinidad de toneladas de carbón, cigarrillos que contienen mil sustancias nocivas para la salud y al mismo tiempo esquilmamos montes, cuyo arbolado produce  parte del  oxígeno  que respiramos los terráqueos.

¿Qué será de nuestro planeta  en un futuro próximo, cuando los mares aneguen las costas y los bosques abrasados por la acción destructora del hombre, no llenen los insustituibles pantanos y avance la sequía?

A los ecologistas los tildan de locos y a quienes denunciamos tan gravísimos problemas nos llaman aguafiestas  y pésimos adivinos.   Observen ustedes.

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