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A VUELTAS CON LA CRISIS EN EL GOBIERNO DE CANTABRIA

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LA CRISIS ENTRE EL PRC Y EL PSOE se alarga desde la previsión de que los dos partidos están condenados a entenderse, aunque los socialistas, a esta hora, lleven las de perder. Afloran algunas reflexiones sobre este asunto de gran calado en la política regional:

1. Alguien o algunos del PSOE se calentaron exceso ante el no del PRC a Sánchez. Las primeras declaraciones de Casares fueron en exceso precipitada y no llamaban a la reflexión de sus coaligados, sino a la guerra. No es posible saber si las declaraciones fueron de su iniciativa o pactadas previamente con responsables del socialismo cántabro de mayor escalafón. En todo caso, no ayudaron nada y quizás lograron el efecto contrario, como que el PRC mantuviera su voto negativo y esperara a que el PSOE moviera pieza.

2. No tardó en moverla el PSOE para reflejar su debilidad. Es mucha la tarta que maneja para dejársela a los rivales o en exclusiva a su actual coaligado. Volvió pronto al redil y esa actitud un tanto sumisa la ha aprovechado con acierto Revilla, que lleva muchos años en política y la veteranía en esto como en otras cuestiones de la vida es un grado. 

3. En la actual crisis -que dejará heridas- tanto como las que existirán en el futuro en las relaciones de Sánchez con Revilla, el PRC tiene, por un lado, la ventaja de duplicar en escaños al PSOE y, además, de contar con posibles aliados que a todas horas le ofrecen los votos. Todo lo contrario del PSOE que no tiene ningún grupo aliado en el Parlamento ya que las tres fuerzas de oposición -PP, Ciudadanos y Vox- están cerca del PRC porque les ha unido el "no" a Sánchez, aunque solo sea una cuestión puramente coyuntural.

4. El escenario que parece concretarse es que la coalición PRC-PSOE en el Parlamento y en los ayuntamientos, va a proseguir. Pero la desconfianza entre unos y otros es mayor que la que era hace unas semanas. Existirá más la idea de dos Gobiernos y se criticarán "of the record". 

5. Desde estas reflexiones, todo apunta a que seguirán en su alianza parlamentaria y municipal porque están condenados a mantenerla. El PRC porque Revilla no quiere acabar su andadura política con un pacto regional con el PP, si cabe esta estrategia está más que sustentada en que los populares no gobiernan en Madrid. 

En el fondo, en estas idas y vueltas con la crisis lo que parece se está jugando es el nuevo escenario que llegará en Madrid con el debate de nuevos presupuestos y un posible apoyo del PRC siempre que se respeten los compromisos firmados en la anterior negociación de la investidura.  Veremos lo que dan de si los próximos días en las relaciones entre dos socios condenados, hoy por hoy, a entenderse. 

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