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RETROCEDE EN CANTABRIA EL VIRUS Y LA NECESIDAD DE ACABAR CON EL ESTADO DE ALARMA EN LA PRIMERA SEMANA DE JUNIO

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BUENAS NOTICIAS PARA ACELERAR EL FINAL DEL ESTADO DE ALARMA. Cantabria no ha registrado en las últimas ningún nuevo fallecido por COVID-19 en las últimas horas; además, se reduce el número de casos activos (o de contagiados para entendernos mejor), hasta los 144, 10 menos de los que había ayer. También aumenta el número de curados. En consecuencia, todas son excelentes noticias. Pero por si fueran pocas, ahí va otra: tan solo diez pacientes se encuentran hospitalizados (uno menos), permaneciendo uno de ellos en la UCI. Los que han superado la enfermedad superan ya el 87 por ciento. 

Con los datos expuestos, ahora mismo no hay razones para que el Gobierno de España mantenga en Cantabria el estado de alarma a partir de la primera semana de junio. El control de la pandemia en la región es evidente: apenas tenemos 150 contagiados, de los que casi las tres cuartas partes corresponden a Torrelavega y Santander. Municipios como Camargo (con un solo fallecido), Santoña (que ha tenido 8) y Santa María de Cayón, con cero fallecidos y controlando eficazmente el virus, presentan el panorama que puede vivir Cantabria la semana próxima. Hay que señalar, además, que en 9o municipios apenas se mantienen 4o casos activos y que de los doce municipios considerados urbanos, más de la mitad tienen menos de cinco contagiados. Es decir, la primera semana de junio debe darse por finalizado el largo estado de alarma, que el hecho de haber sido largo no quiere decir que no haya estado justificado.

Por otra parte, si no se reducen hasta el mínimo los contagiados en las dos poblaciones más importantes de Cantabria y nos mantenemos en la fase 2 que deberá finalizar, en principio, dentro de quince días, la fase 3 tiene que comenzar en los municipios rurales de Cantabria que vienen manteniendo a raya al virus y todos los activos se han recuperado. Pasar a la fase 3 con prudencia pero sin vacilar debe ser un objetivo de todos, comenzando por las instituciones.

Este lunes, con la apertura general de la hostelería, podemos tener un balance aproximado de aquellos negocios que no abrirán por la ruina económica de estos meses y, quizás, porque no puedan soportar el mantenimiento de una plantilla adecuada a su trabajo en el pasado.

Veremos que ocurre, pero a medida que nos acercamos al final de esta dura experiencia, también nos acercamos a la crudeza económica del nuevo tiempo. Cantabria tenía una deuda de algo más de 3.000 millones de euros (medio billón de las antiguas pesetas) y cuando esto pase, que pasará, veremos cual es la deuda real y que industria y servicios tenemos. Llegará entonces la hora de la verdad y que los genios que dicen ser nos demuestren que tienen soluciones. 

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