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UN GOL MEDIÁTICO POR TODA LA ESCUADRA

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A ESTAS ALTURAS todos los dirigentes regionales y municipales del PRC son conscientes de la vulnerabilidad de Revilla y de los miles de votos que ha perdido a lo largo de esta pandemia, con un deterioro electoral  que ha protagonizado, en muchos momentos innecesariamente, como el de su enfrentamiento visceral no ya con la Asociación Empresarial de Hostelería, sino con la inmensa mayoría de los propietarios y personal de este sector, muy importante en la economía regional. 

Es evidente que a su favor ha destacado el interés general de la población frente a un sector, pero este "mano a mano" con la hostelería comenzó a perderle cuando afirmó, con gran error, que él no era el ejecutor del cierre de la hostelería, sino Sanidad. Este posicionamiento no tenía sentido, siendo él presidente de la Comunidad Autónoma y firmante de los decretos correspondientes. 

No debe extrañar, por tanto, que aun siga circulando por redes sociales y otros inventos,  la última polémica de Revilla, cuando muchas medias verdades en el pasado, le han convertido, en la situación actual, en una persona que prefiere mentir -dicen- a encarar con fortaleza su posibles errores. 

La denuncia formulada por la Asociación Empresarial de Hostelería en relación a la supuesta violación por parte del presidente cántabro, Sr. Revilla Roiz, de las restricciones existentes sobre almuerzos en el interior de establecimientos o fumar, que también está prohibido, siendo de todos conocida su afición y costumbre de Revilla a fumar puros. Pero hasta el momento no ha aparecido una imagen definitiva sobre su fumaba o no, aunque insistimos que a estas alturas las versiones de Revilla cuentan con menos credibilidad que en el pasado en la opinión pública.

Al margen de quien pueda o no tener razón, el hecho es que a Revilla le han metido un gol mediático por toda la escuadra. Por mucho que diga y hable, la opinión pública, en gran mayoría, le considera responsable de incumplir las leyes. Pero siendo la culpa del presidente, hay que apuntar también a su entorno, a quienes trabajan para él, que han sido incapaces de aislar al presidente de un entorno crispado -sobre todo y, especialmente, en la hostelería- contra él. 

A circustancias excepcionales como las que vivimos, corresponde actuar con medidas excepcionales. Sabemos que es difícil pero no imposible. En el actual contexto, los almuerzos del Presidente debieran suspenderse (o prohibírsele) por sus colaboradores más próximos y el argumento a emplear es fácil: los temas oficiales se tratan en despacho. Quién desee almorzar con el Presidente que espere mejores momentos y si el tema es urgente que acuda a su despacho. 

Trazar un plan contra Revilla era cuestión de tiempo y él mismo lo ha facilitado acudiendo a almorzar a un restaurante y lo de menos es si fue en un lugar abierto o no, que no aclaran del todo las imágenes, aunque sí parece que estaba autorizado para almuerzos al estar en una zona abierta. Y no digamos, si como parece, fumó su habitual puro después de la comida (más bien varios al día, como bien saben los que le conocen de cerca), sobre cuya infracción no se ha ofrecido hasta el momento una imagen contundente. 

El presidente tiene ya casi ochenta años y el "entourage" más próximo tiene que imponerse, se ponga o no terco. La excepcionalidad que vivimos y la situación por la que atraviesa la Hostelería, han logrado meter este gol por la escuadra a Revilla del que son culpables, insistimos, tanto el protagonista como sus colaboradores. 

Ya lo hemos dicho y dejado escrito: a Miguel Ángel Revilla la legislatura que va por dos años, le empieza a pesar. Patinazos de este tipo le pueden llevar a un descrédito general.  

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