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EL VOLCÁN Y SUS CONSECUENCIAS, UN AÑO DESPUÉS

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"Cráter
Cráter del volcán de La Palma (Foto: Involcan)
 
     

El 19 de septiembre se cumple un año de la erupción del volcán de Cumbre Vieja en la isla de La Palma, en Canarias. Una erupción que duró casi 3 meses y que obligó al desalojo de miles de vecinos de diferentes pueblos ante las coladas de lava que iban brotando del volcán.

El día de Navidad de 2021, como si de un regalo se tratase, se dio por concluida. 86 días en los que el magma devastó algunos municipios, arrasó multitud de casas, granjas y afectó a otras tantas. Muchos campos también fueron destruidos por la lava.

El aeropuerto de la isla se tuvo que cerrar en varias ocasiones debido a la nube de cenizas que cubría el cielo de la isla y que, debido al viento, tiñó de negro pueblos alejados e incluso las cenizas llegaron a las islas vecinas.

Un año después el relieve de la isla ha cambiado, pues la erupción ha generado una montaña más alta, multitud de coladas de lava que atraviesan parte de la isla hasta llegar al mar generando así una pequeña isla. Todo ello sumado a los cambios en el interior de la tierra, pues tras la erupción la composición del suelo ha cambiado.

También se ha perdido gran parte de la vegetación de las zonas cercanas al volcán, pues la lava arrasó con todo a su paso.

 

Mil vecinos permanecen desalojados

Llegaron a desalojarse a más de 7.000 vecinos por precaución o porque las coladas de lava ya estaban llegando a sus municipios. Poco a poco los que han conservado sus casas intactas han podido volver a sus hogares, aunque 365 días después hay 2 pueblos que siguen siendo 'fantasma'.

Se trata de Puerto de Naos y La Bombilla. Los alrededor de 1.000 vecinos que habitan estas poblaciones todavía siguen sin poder pisar sus casas pese a que la lava no entró en ellos ni sus construcciones se vieron afectadas.

 

El motivo de mantener el desalojo un año después es la alta concentración de gases tóxicos en ambas zonas.

Los expertos y científicos que siguen trabajando sobre el terreno han comprobado que las mediciones de dióxido de carbono (CO2) siguen siendo muy elevadas en estos puntos y todavía no es segura la vuelta de los vecinos. Por ello solo se ha permitido el paso a los habitantes para comprobar el estado de sus casas, previa medición de los trabajadores, y por un tiempo muy limitado.

Sobre cuándo podrán regresar y hacer vida normal todavía no hay una estimación exacta, pues la concentración de gases tóxicos sigue siendo alta y es arriesgado para la salud.

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