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ESCOCIA TIENE QUE ESPERAR

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La Corte Suprema británica se ha pronunciado este miércoles sobre la ley escocesa que pretendía convocar un nuevo referéndum de independencia tras el fracaso de 2014, pero que plantea las nuevas condiciones tras el Brexit.

El Tribunal ha fallado que tiene jurisdicción sobre este asunto y sobre el Proyecto de Ley de Referéndum de Independencia de Escocia, que quiere preguntar a su poblacion "¿Debería Escocia ser un país independiente?", ha considerado que esa convocatoría sólo le corresponde legítimamente al Parlamento del Reino Unido porque es el que tiene la representación ante la Unión de los Reinos de Escocia e Inglaterra.

"El Parlamento Escocés tiene el poder de hacer leyes para Escocia. Sin embargo, una disposición de una Ley del Parlamento Escocés no es una ley en la medida en que la disposición esté fuera de la competencia legislativa del Parlamento Escocés", ha considerado la Corte Suprema.

Recuerda que esta convocatoria de una consulta unilateral sobre la independencia, que no cuenta esta vez con el apoyo del Parlamento Británico, no puede prosperar porque el Parlamento escocés no tiene competencias legislativas cuando los asuntos se relacionan con "asuntos reservados" del Estado, como es su integridad territorial.

La sentencia ha sido apelada pero ya estaba claro que la Corte Suprema iba a denegar esta convocatoria de referédum, que ha sido promovida por los nacionalistas escoceses, que gobiernan en Escocia y son mayoría en el Parlamento de esta nación incluida en el Reino Unido.

Reacción escocesa

La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, ya ha reaccionado al fallo explicando en redes sociales que respeta el fallo: "Aunque me decepcionó, respeto la decisión de la Corte Suprema, que no hace las leyes, sino que sólo las interpreta. Una ley que no permite que Escocia elija su propio futuro sin el consentimiento de Westminster [el Parlamento británico] deja claro que cualquier noción del Reino Unido como una asociación voluntaria yes un mito".

Y añadió: "No se negará la democracia escocesa. El fallo de hoy bloquea una ruta para que se escuche la voz de Escocia sobre su independencia, pero en una democracia nuestra voz no puede y no será silenciada. Haré una declaración completa más tarde".

El Gobierno escocés quería esta consulta para 2023 como respuesta definitiva a la salida de la Unión Europea, un punto que fue fundamental para que muchos escoceses votaran por la permanencia en el Reino Unido en el anterior referéndum.

Según las últimas encuestas, ahora mismo seguiría ganando el 'no' a la independencia con el 53% de los votos, porcentajes muy parecidos a los de 2014, cuando la consulta nacional rechazó la secesión por el 55,3% de los votantes.

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