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El insulto como método, un artículo de Alfonso del Amo Benaite

La crisis gestada en España entre 2008 y 2011 propició la aparición de diversos grupos, algunos nuevos, otros durmientes, que aprovechando el descontento de una sociedad abruptamente inmersa en una crisis que se negaba a admitir.

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27-09-2021

 

                           

 

Una mañana lluviosa de hará unos veinte años, al salir de mi despacho en pleno centro de Santander camino de mi dosis habitual de cafeína, un cartel del Partido Comunista, no recuerdo en cual de sus franquicias, de los Pueblos de España, de los Trabajadores, las Juventudes … no recuerdo, me llamó la atención : Ahí pegado en una pared y refiriéndose a alguna decisión política del Gobierno de turno estaba el dichoso afiche, que en grandes letras decía : SOOO ¡ hay que pararles

 

Perseguían los responsables políticos de la campaña, con evidente afán, la degradación y animalización del contrincante político, era sin duda el cartelito hijo de los métodos que tan habitualmente practicaron nazis y comunistas para despojados de su condición humana y degradados,” los enemigos”, el coste de su desaparición política fuese mucho menor.

 

Esta utilización por los comunistas y nazis de tales métodos y terminología no es nada nuevo, son viejos compañeros de viaje, son ideologías que ya se unieron en 1939 cuando Ribbentop y Molotov firmaron el acuerdo conocido como Tratado de no Agresión. Lógico por otra parte entre gente con tanto en común.

 

La crisis gestada en España entre 2008 y 2011 propició la aparición de diversos grupos, algunos nuevos, otros durmientes, que aprovechando el descontento de una sociedad  abruptamente  inmersa en una crisis que se negaba a admitir. Aquellos grupos con indudable olfato detectaron el desconcierto del común y poniendo en práctica los viejos métodos, comenzaron a utilizar el insulto, el acoso, la descalificación personal, el linchamiento de todo contrincante al que dejan de considerar como tal para situarle en la trinchera de sus enemigos y a partir de ese momento aplicar las directrices de su mayor estratega y genio político : Vladimir Ilich Ulianov : “El enemigo no debe ser rebatido, debe ser eliminado”.

 

Esta serpiente se instala en el acontecer político consuetudinario convirtiendo el ambiento político y bastantes veces el social en un lodazal, en donde sujetos con formación deficiente, con escasos días cotizados a la Seguridad Social en la vida civil, que sin  embargo son muy principales dirigentes en este desgraciado tiempo que nos está tocando vivir, tenemos muchos y sonoros ejemplos de una dirigencia que sin experiencia laboral y formación lironda con las malas formas y la grosería en su praxis política la que suelen acompañar de propuestas estrambóticas, corrosivas en muchos casos, con el objetivo indisimulado de destruir lo que se hizo, hicimos, en la transición, superar la Dictadura de Franco y poner un País en marcha, libre, democrático, con separación de poderes que propiciase el bienestar ciudadano. Desafortunadamente en este viciado ambiente otros se han sumado también a estas virulentas formas de comportamiento zafio, que tristemente están siendo admitidas, consentidas, cuando no jaleadas por una parte relevante de la ciudadanía, que en algunos casos cuesta considerarla como tal, como consentidores que son  de este fétido ambiente político que se está trasladando a la sociedad.

 

Hemos construido durante los últimos cuarenta años la democracia liberal la que permitió elevar el nivel de vida de la gente, la que hizo ingresar al País en la Unión Europea, el Euro o la NATO, al tiempo que aseguraba nuestra libertad.  Verla  atascada en los últimos tiempos por enemigos de la libertad, comunistas, fascistas, filoterroristas, identitarios excluyentes o fundamentalistas de secta es muy duro, pues todos ellos cabalgando el tigre de la descalificación e insulto del enemigo para que privado de su condición humana, su destrucción parezca algo inevitable y sobre todo, que se lo merece. Saben una cosa : No lo podemos admitir sin más, pues cuando perdamos la vida en libertad civilizada la echaremos mucho de menos y sobre todo, será dificilísimo recuperarla.


EL OSACO DE SANTANDER, OTRO ARTÍCULO                                      

Luz crepuscular decía la canción que popularizó el cantante con inmerecido busto en la Avenida de Reina Victoria. Utilizo el sinónimo para titular este artículo sobre la decadencia que en los últimos años viene padeciendo Santander, la otrora orgullosa ciudad que trascendía su importancia cuantitativa, la que traspasaba los límites a efectos de referencia de la Comunidad Autónoma cuya capitalidad  ostenta.

Podemos decir sin temor a equivocación que la última década ha resultado letal para el desarrollo de Santander, que ha tenido un Gobierno Municipal muy deficiente en su labor ejecutiva e intelectualmente moroso en cuanto a propuestas que la permitieran avanzar.

Esta última década da la impresión de haber estado centrada en la simpleza de no actuar para diferenciarse  y abandonar el modelo triunfante que se había venido ejecutando durante los treinta años anteriores, el modelo de obras ambiciosas y proyectos muy definidos que mantenían en vanguardia la Ciudad. Todo esto se cambia, aparece la entelequia  de la infografías que no servían para nada y claro … nada se hacía. Ejemplo : Unificación de Estaciones. Se ha llegado a una parálisis tal, que la última gran actuación en Santander, de las que cambian impulsando la Ciudad y la hacen avanzar fue el Parque de Las llamas hace más de catorce años y desde entonces que …? Pues nada, chapucillas más propias de una pedanía, con el coste reputacional y de imagen que ello supone.

En la última década Santander ha perdido población, del entorno de los 5.000 habitantes, que lleva a la evaporación de peso específico en la Comunidad Autónoma. Este quebranto poblacional afecta directamente la actividad comercial, industrial, profesional, como lo reflejan los datos disponibles sobre Renta dentro del conjunto de Municipios de Cantabria en donde Santander ha perdido la posición hegemónica de la que siempre disfrutó. En estos momentos Ribamontán al Mar, Santa Cruz de Bezana o Castro Urdiales con rentas entre los ventiseis y ventisiete mil euros superan a un Santander que con 24.300 euros de Renta disponible está en el mismo nivel que Villaescusa. Triste evolución.

Para llegar a esta situación se han producido una concatenación de “NO actuaciones” que han lastrado la evolución de la Ciudad. Se continúa sin Plan General de Urbanismo, PGOU, que es bastante más que ver en donde se plantan los edificios. Es el documento básico sobre el que se establece y proyecta futuro de Ciudad en los ámbitos ciudadanos, social, de recreo, comercial, profesional, empresarial y económico. Seguimos obstruidos desde hace años en ello, lo que puede explicar en muy buena medida este ocaso social y económico de Santander, crepúsculo que se evidencia con el fiasco del Banco de España que sigue esperando que el archivo Lafuente y el Reina Sofía sean una realidad que fortalezca la oferta turística de la Ciudad, cuya incompetencia la sufre un sector que aporta del entorno del 12 %  del Producto Interior Bruto.

No son estos los únicos problemas que sufre la Capital de Cantabria, a su política pedánea de obrucas menores,  muchas de ellas destinadas a satisfacer clientelismos, pero que no pueden ocultar el aspecto descuidado, sucio e indigno en que se encuentra, esto no se puede distraer con  melonadas tipo carril bici y ocurrencias horteras como la del espigón norte de la dársena de Puerto Chico.

Esta situación de Santander, tiene también colaboradores claros, se trata de la cofradía de los enojados, esos santanderinos que se oponen a todo. No ha habido en estos últimos años actuación en la Ciudad, tanto pública como privada, hay que admitir que su contumacia no establece distingos,  en donde estos auto legitimados ciudadanos no se pongan como panteras con amígdalas a oponerse, da lo mismo, lo que sea si ellos no son los progenitores del proyecto y como les encargan poco les aguantamos mucho, así que todo proyecto que no cuente con su Nihil Obstat es automáticamente descalificado, sometiendo todo a un estrés insoportable.

Aquí se encuentra el nudo gordiano de la cuestión, la incompetencia asentada durante la última década en el Gobierno Municipal y la actuación de la socio consciente muchachada ciudadana oponiéndose a todo. Resultado : un cóctel letal para Santander.

Esta situación que se palpa claramente en la Ciudad está provocando que el común se desentienda y vuelva la espalda,  incluso está  dejando de votar, lo que sitúa a Santander con índices de participación electoral diez puntos por debajo de la media regional.

Mientras tanto seguimos viendo pasar el tiempo , contemplando el ocaso de Santander sin que nos demos cuenta y lo más preocupante, sin reaccionar.   

 

Alfonso del Amo-Benaite.

Consultor.