Luis Aramburu: “Invertimos más tiempo en decidir el destino de nuestras vacaciones que el de nuestros ahorros”
Aramburu tiene más de 25 años de experiencia profesional en banca privada, se incorporó a Andbank en noviembre de 2018 y es profesor asociado de Cesine Centro Universitario de Inversiones Financieras desde 2009
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En el contexto del ciclo ‘Finanzas para no Financieros’ organizado por Andbank y el Ateneo de Santander, entrevistamos a Luis Aramburu, agente financiero de la entidad bancaria en Cantabria. Aramburu tiene más de 25 años de experiencia profesional en banca privada, se incorporó a Andbank en noviembre de 2018 y es profesor asociado de Cesine Centro Universitario de Inversiones Financieras desde 2009.
Surge al detectar que, en un contexto de cambios en el entorno que están generando una complejidad cada vez mayor, hay una enorme falta de formación financiera. Nos enfocamos en cómo ganar dinero, pero no cómo cuidarlo, protegerlo y hacerlo crecer. Necesitamos que la sociedad sea consciente de la evolución de los mercados financieros, que los tipos de interés van a seguir a cero mucho tiempo y que eso obliga a cambiar el enfoque de la inversión, hacia asumir fluctuaciones a corto plazo para ganar a largo.
El título lleva a pensar en la educación financiera. ¿En qué punto crees queestamos en España?
Muy bajo. No hay preocupación como tal. Invertimos más tiempo en decidir el destino de las vacaciones de verano que el destino de nuestros ahorros porque lo vemos como una cuestión complicada y que no nos ilusiona. Las vacaciones emocionan, dónde colocar tus inversiones ya no solo no te emociona si no que te preocupa y buscamos quitárnoslo de en medio a la mayor brevedad posible. Es necesario que la gente muestre un poco de interés por su dinero porque si en el futuro falta lo va a echar de menos enormemente.
En tu opinión, ¿cuál es el camino que debemos seguir para que las finanzas sean, efectivamente, para todos?
Hay que despertar el interés y explicar que el mundo financiero no es tan complicado. Si aplicásemos el mismo sentido común que aplicamos en otros ámbitos a las finanzas, el tema estaría en vías de solución. El riesgo no es malo en si mismo ya que es la fuente de la rentabilidad, los riesgos malos son aquellos que se desconocen. No podemos comportarnos como nuestros abuelos a nivel de inversión porque es abocarnos al hundimiento.
Como entidad estamos claramente orientados a la educación financiera. Nuestros clientes nos valoran más cuanto más nivel formativo tienen porque es cuando ellos aprenden a diferenciar que no todos los productos financieros son iguales. Nosotros aportamos independencia.
Entre 8 y 10 conferencias en el transcurso de 2020. Fuerzas que mueven a los mercados financieros, inversión socialmente responsable… Hay mucha temática, pero estarán ligadas a la evolución del día a día de los mercados.
Hay que tener en cuenta dos aspectos cruciales: uno corto y otro largoplacista. El primero, que en noviembre de 2020 hay elecciones en Estados Unidos y Donald Trump quiere repetir legislatura (si no, sería uno de los pocos presidentes en la historia norteamericana que no es reelegido) y para ello necesita que la economía aguante en estado de bonanza. La volatilidad que haya hasta unos meses antes de las elecciones le importa poco y está tratando de tensionar el mercado con una guerra comercial con Europa y China que obligue a los países europeos a desarrollar planes de estímulo económico y al Banco Central Europeo y a la Reserva Federal a tomar medidas.
A largo plazo, la guerra por el liderazgo económico mundial de los próximos años, el problema de la transferencia tecnológica entre Estados Unidos y China en la que se está dilucidando quién será el líder.
Las medidas proteccionistas a Europa ya que somos una economía con un elevado peso exportador. Si finalmente se llevasen a cabo, se produciría un parón económico mundial mayor que la ralentización que se está viviendo ahora y por eso creemos que no se vayan a producir. Los mensajes y tweets de Trump son totalmente contradictorios en este sentido y lo que quiere el presidente es ganar tiempo para que la economía americana continúe yendo como un tiro.
Estamos inmersos en una revolución tecnológica que va a cambiar totalmente la forma en la que vivimos con unos efectos similares o mayores a los que tuvo la I Revolución Industrial con la máquina de vapor. Tenemos que aprender que vivimos en un mundo global y a convivir con la volatilidad, con la tranquilidad de saber que vendrán recesiones pero que el mundo seguirá creciendo. Estamos en la mejor situación de toda nuestra historia en la que la pobreza se va reduciendo y los niveles de calidad de vida suben y nos adaptaremos a los cambios de la revolución tecnológica.