Más que una serpiente de verano: la Autovía del Cantábrico entre las primeras a imponer un "peaje simbólico"
Desde el año pasado, el Ejecutivo socialista ha puesto en marcha una política destinada a acabar con el pago en las autopistas, no renovando las concesiones a medida que expiran
Este martes amanecíamos con una filtración al diario 'El País' que podría dar mucho que hablar y convertirse en debate nacional: el Gobierno está planeando costear el alto precio del mantenimiento de las carreteras del Estado con un copago simbólico para las autovías que son en estos momentos gratuitas. Esta medida afectaría a las carreteras de Cantabria.
El precio sería muy bajo, a modo simbólico, pero que ayudaría a sostener las arcas públicas en una partida que apenas tiene reflejo en los Presupuestos. Además, tiene un objetivo positivo a largo plazo: cobrar poco por casi todas las autovías y suprimir el pago de peajes en las actuales autopistas de pago. El Ministerio de Fomento iría eliminando estos peajes según vayan caducando las concesiones de las empresas.
Por precio 'simbólico' se entiende más o menos una décima parte de lo que se paga por los peajes, por lo que serían cantidades siempre por debajo de los 50 céntimos, a veces entre 10 y 20 céntimos de euro. Con esa recaudación, al ser pequeña pero masiva, se podrá invertir en mantenimiento, reducción de los peajes actuales y, como decíamos, a largo plazo poder suprimir algunos.
El coste anual del mantenimiento de las autovías para el Estado supone 11.000 millones de euros, una cifra de vértigo. Fomento recuerda, además, que algunas regiones tienen más peajes que otras, y con este sistema generalizado se evitarían las diferencias territoriales.
Como muestra de que hay un objetivo sincero en esa línea, 'El País' recuerda que este gobierno ya suprimió "el peaje de AP-1 de Burgos-Armiñón, que venció en diciembre de 2018, tras concluir su contrato de explotación con Itínere".
Este modelo de pago por casi todas las autovías se acercaría al modelo de otros países del entorno europeo.
REACCIONES
En la mañana de este martes el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, reconocía que la posibilidad de implantar un "pago simbólico" en las autovías hasta ahora gratuitas es "una cuestión a debatir". Esta medida vendría a buscar una fuente de financiación para una red de vías de alta capacidad que supone un gasto de al menos 1.100 millones de euros para su mantenimiento a las arcas públicas; no es de extrañar, teniendo en cuenta que España es el tercer país del mundo, sólo por detrás de China y Estados Unidos, con más kilómetros de vías de alta capacidad.
Supresión de peajes A diferencia de lo que ocurre en buena parte de los países europeos, en España actualmente circular por la red de alta capacidad es por lo general gratuito. La excepción son las autopistas de peaje. Estas últimas son vías cuya gestión y mantenimiento (y en muchos casos construcción) no corre a cargo del Estado sino de una empresa concesionaria, que por tanto obtiene los ingresos originados en la explotación de la infraestructura mediante el cobro de peajes.
Muchas de estas carreteras tuvieron que ser 'rescatadas' cuando en 2012, a causa de los sobrecostes en su construcción y una caída del tráfico quebraron en cadena, en una operación con un coste que el Gobierno cifra en 1.800 millones de euros. En esos casos, pasaron a ser operadas por la empresa estatal dedicada a este fin (Seitssa), mientras se decidía su futuro.
Desde el año pasado, el Ejecutivo Socialista ha puesto en marcha una política destinada a acabar con el pago en las autopistas, no renovando las concesiones a medida que expiran; para el año 2021, en torno a 1.000 kilómetros de autopista previamente de pago habrá pasado a ser gratuita, lo que representa un 56% del total. "Autovías hasta ahora gratuitas" Atendiendo a la nomenclatura empleada, estas carreteras liberalizadas no se verían afectadas por este pago simbólico. Esto se debe a que estas vías son autopistas, que difieren de las autovías en que se sitúan en un nivel superior de la red de alta velocidad.
Ambas clasificaciones comparten muchas similitudes (dos o más carriles por sentido separados por medianas, 120 km/h como velocidad máxima) pero difieren en que las autopistas están mejor adaptadas a la circulación continua a alta velocidad; en ellas, por ejemplo, es obligatorio que el aceso a o desde las propiedades colindantes se realice a través de vías de servicio (algo que, aunque habitual, no es obligatorio en las autovías).
La red española se diferencia de muchas de las europeas en otra cuestión: Sus ejes principales (y la mayoría de sus kilómetros) son autovías. Son autovías, por ejemplo, las seis radiales (A1, A2, A3, A4, A5 y A6), muchas de circunvalación (como la M40, aunque no la M30) y las costeras (Autovía del Mediterráneo, Autovía del Cantábrico...) y por tanto, serían susceptibles de ser afectadas por el 'pago simbólico' 'Pago por uso', la opción preferida La fórmula más barajada para este posible 'pago simbólico' es la del 'pago por uso' (que el Ejecutivo sitúa en torno al 10% del coste de las autopistas de peaje), lo que no es otra cosa que un peaje al uso (aunque no necesariamente habría de cobrarse mediante paradas en puestos de peaje, sino que podría realizarse con métodos de telepeaje). Sin embargo, existen diversas otras fórmas de pago posibles, como el llamado 'peaje en la sombra', en el que el Estado extraería un canon anual basado en estimaciones de uso de la recaudación tributaria. Incluso, algunos países europeos han implantado tasas anuales. En el caso de llegar a implantarse el "pago simbólico", su función sería dedicarse a sufragar el mantenimiento de las vías y a compensar el impacto medioambiental de estas infraestructuras. Interior además ha destacado que la aplicación de esta medida, combinada con la eliminación de los peajes en las autopistas, contribuiría a que "el pago sea más uniforme por todo el territorio" y evitar que "unos territorios soporten mucho peaje y otros prácticamente nada",