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Nación vulnerable, un artículo de Alfonso del Amo Benaite

Que hacer …? Pues iniciar un control absoluto del dinero de los contribuyentes y meter tijera contundentemente, decisión política que no gusta a muchos ciudadanos

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13-08-2022

 

España cambió su destino contemporáneo cuando se celebraron las Elecciones Constituyentes de junio de 197 que dieron lugar a la Constitución de 1978, para seguidamente desde las elecciones de 1979 establecedor el régimen democrático que disfrutamos hasta el momento.

Podemos decir abiertamente que los veintisiete años comprendidos entre las Constituyentes y 2004 son años de crecimiento constante, alguno a trompicones,  tanto en Renta y PIB como de presencia en los moñas importantes foros internacionales. Desde 2008 hasta 2016 se atravesó la crisis económica gestada en el trienio 2008-2011, el que consagró  la mentira como arma política y se superó de aquella manera.

Estamos ahora en el periodo más delicado de la contemporaneidad, el que sitúa al país a los pies del fracaso  que de no atajarse inmediatamente empobrecerá a los ciudadanos durante largos años.

Las causas que hacen fracasar a los países, falta de libertad aparte, están referidas siempre a las malas prácticas gubernamentales. Mala práctica es gastar más de lo que se ingresa, mala política es aumentar el endeudamiento sin ponerle freno o hacerlo bajar, aunque solo sea un poquito, lo mismo que es mala política subir los impuestos a ciudadanos y empresas hasta convertir a las personas en sujeto paciente de su voraz apetito, disfrazado siempre bajo el mantra que se necesita para carreras o escuelas, pero nunca se enuncia el gasto ineficiente ( algunas fuentes lo cifran en los 62.000 millones de euros ) el mantenimiento de chiringuitos amigos, las subvenciones a sindicatos de cámara  o el dinero destinado a la troupe cinematográfica. De esto no se dice nunca nada. La inflación fenómeno monetario absolutamente cancerígeno para cualquier país parece incontrolado sin que se meta mano a la masa monetaria en circulación, se elimine gasto público y se fomente la competencia empresarial con mercados abiertos no restringidos, además de unas AA.PP que dejen de enredar en las empresas por medio del BOE o la espada de Damocles fiscal.

Es muy complicado que la situación en la que se encuentra España pueda afrontar las imprescindibles medidas que necesita, la estructura del Estado tiene una inercia insoportable, el estatus quo que suponen el Gobierno de la Nación, Las Comunidades Autónomas, Diputaciones Provinciales, Mancomunidades, Ayuntamientos, Pedanías, Juntas Vecinales, Entes, Empresas Públicas … es demasiado lastre para afrontar el necesario impulso transformador de País.

Si en España hay unos diez millones de pensionistas, tres millones de empleados públicos y otros tres millones de desempleados, resultan dieciséis millones de personas dentro del ámbito improductivo, generadores de un gasto público de magnitud considerable que debe ser  soportado por catorce millones de personas  que trabajan en la economía productiva. Cuánto tiempo podrá soportarse si además existe una economía sumergida del entorno del 20% de PIB desplazada de la legalidad por la depredadora acción gubernamental, nos encontramos con un escenario que reclama actuaciones claras. 

Que hacer …? Pues iniciar un control absoluto del dinero de los contribuyentes y meter tijera contundentemente, decisión política que no gusta a muchos ciudadanos, muy desprendidos a la hora de gastar pero renuentes a pagar luego las juergas. 

Hay que poner a muchas organizaciones frente al espejo de su representatividad, va siendo por que sindicatos, patronal, kulturetas, ecologistas, animalistas, asociaciones de vecinos, de consumidores, defensores del pájaro carpintero, amigos de la bici y toda una panoplia de organizaciones vivan del esfuerzo de sus miembros y no del conjunto de los contribuyentes. Esto además del ahorro económico nos convertiría en un País más decente.

Seguridad jurídica ah ¡ curiosa garantía que se produce en los países democráticos en donde la separación de poderes es algo más que una declaración vacía de contenido. Las inversiones y el sano desarrollo económico / empresarial no prospera en un país en donde primero hay que hablar con los políticos y luego estar a expensas de que bno cambien las reglas.

Será necesario liberar a empresa y ciudadanos del ahogo normativo que padecen, el monstruo de los Boletines Oficiales con los que las AA.PP se dedican con pasión a restringir la libertad, lo único que logra son mercados cautivos, monopolios, concesiones, que impiden la libre competencia, esa por oka que los consumidores obtenemos mejores ofertas de productos y servicios, además de mejores precios.

Hay que bajar impuestos, siempre, en cualquier momento, bajo cualquier circunstancia, más en esta situación de recesión. El dinero es de la gente y todo atrape no es otra cosa que un pillaje legal.

En estas estamos, con inflación y gasto desbocado, a pesar de la recesión con unas AA.PP cada vez más gastadoras, ante la sorprendente parálisis general. Luego llegarán los lamentos.