El coronavirus ha tenido un gran impacto en la salud mental a nivel mundial, especialmente entre el personal sanitario de primera línea y los jóvenes, franja de edad en la que se han disparado determinados trastornos mentales a causa del confinamiento.

En general, la pandemia ha afectado a la salud mental de la mayor parte de la población y en un momento de máxima necesidad se ha visto las múltiples carencias de esta especialidad, que es la más olvidada de la Atención Primaria. Por ello, este año el lema de la campaña es 'Salud mental para todos: hagámosla realidad'.

El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha subrayado que la situación es "sumamente preocupante" y ha criticado que pese a que la demanda de servicios de salud mental se ha incrementado durante la crisis del covid, no haya inversiones para cumplir con los objetivos marcados.

Ha instado a los 194 países miembros del organismo a "acelerar drásticamente la ampliación de la inversión en salud mental" y ha advertido de que "no hay salud sin salud mental".

La OMS fijó como objetivo, entre otras metas, que el 80% de los países dispusieran un programa completo de promoción y prevención de la salud mental, pero tan solo el 52% de las regiones cumplieron la meta.

Tan solo se ha logrado alcanzar uno de los puntos propuestos: reducir la tasa de suicidios. Se ha logrado minimizar en un 10%, aunque tan solo 35 países confirmaron disponer de una estrategia independiente para tratar esta problemática.

España se pone las pilas

La importancia de favorecer la salud mental y eliminar el tabú que existe alrededor va calando poco a poco en la sociedad y en los gobernantes. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado un nuevo plan de salud mental dotado con 100 millones para reforzar este ala de la salud y mejorar así la asistencia.

Una estrategia de salud que no se renovaba desde 2009 y que va a incorporar también un teléfono para la prevención del suicidio, disponible y gratuito las 24 horas del día.