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Seguridad en Internet: reservar en la web confiando en la SEO

La principal diferencia a nivel de interacción en el uso de Internet está determinada por la edad de quienes interactúan con pantallas y teclados.

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22-07-2019

Como muchos sabrán, en 2018, España fue el país, junto a Irlanda, que desarrolló el mayor crecimiento en digitalización en toda Europa. Ahora los españoles dominan el mundo digital y no temen el comercio electrónico, saben desenvolverse entre transferencias con tarjeta de prepago, facturas digitales y condivisiones en las redes sociales casi al nivel de los países nórdicos, notoriamente adelantados en comparación con nuestros estándares.

Para ser precisos, hay que recordar que probablemente no todos los españoles abordan la tecnología con la misma preparación, de hecho, ya no hay manera de ocultar la importante brecha en las habilidades digitales de acuerdo con el perfil personal de cada usuario. Obviamente, la principal diferencia a nivel de interacción en el uso de Internet está determinada por la edad de quienes interactúan con pantallas y teclados.

Mientras los jóvenes ahora crecen inmersos en la tecnología, los menos jóvenes todavía pueden tener alguna dificultad no solo en el uso práctico de dispositivos digitales, incluso si son cada vez más sencillos e intuitivos, pues aún hay muchos usuarios de edades más avanzadas a los que les cuesta distinguir entre páginas web con valor informativo real y aquellas webs que ni siquiera merecen ser visitadas por la cantidad y el tipo de anuncios que presentan en su interior.

Es decir, hay muchos usuarios aficionados, de edad superior a los 65 años que saben consultar una página web con un ordenador o a través de un smartphone, algunos hasta se atreven a usar las principales redes sociales llegando a compartir fotos y vídeos si hace falta, casi todos han pasado por las aplicaciones de mensajería tarde o temprano, muchos saben enviar y recibir un correo electrónico, incluso si con alguna dificultad.

Lo que sigue siendo bastante difícil para nuestros usuarios mayores es saber distinguir una web útil y confiable de una que podría hacerte perder tiempo y tal vez no solo eso. Un ejemplo de esta dificultad a la que se enfrentan los usuarios de edades avanzadas, es el hecho de que casi el 50% de las estafas de cualquier tipo llevadas a cabo en Internet son perpetradas contra víctimas mayores de 60 años.

Por otro lado, para los niños y adolescentes parece una actitud innata la de saber nadar como peces en el océano de los resultados de Google, aprendiendo desde el primer momento a distinguir las webs interesantes de aquellas que simplemente te hacen perder el tiempo. Porque la clave de todo este mundo tecnológico al final es nuestro tiempo, así que si los jóvenes presumen saber cómo navegar por Internet con rapidez y eficacia, es porque saben cuales son los sitios y las apps que les permiten realizar sus intereses en el menor tiempo posible, para que puedan pasar inmediatamente a otra distracción y luego a otra y otra. Al igual que el Instagram ha ido poco a poco reemplazando el todopoderoso Facebook, pues aparentemente la inmediatez de una foto es infinitamente más eficaz que publicar un post que requerirá al menos treinta segundos para escribir y unos diez para leer, aparentemente nuestros jóvenes no pueden permitirse esta pérdida de tiempo.

 

Sin embargo, el acercamiento al mundo de Internet es muy diferente para las personas mayores y para aquellos que no han experimentado la cultura digital como parte integral de sus vidas. A veces algunos interpretan el ordenador como un pasatiempo para dedicar algunas horas de vez en cuando, otros simplemente compran un smartphone y piden directamente ayuda a hijos, nietos y sobrinos.

Cuando el tiempo lo decide todo en la web


Es el factor tiempo que cambia tanto la forma en que los jóvenes y los mayores interactúan con el mundo de Internet cuanto su interés en transcurrir días enteros conectados. Si un chico de quince años pasa al menos un tercio de su día en la red, lo más probable es que pueda moverse entre sitios, enlaces y correos electrónicos casi con los ojos cerrados. Un veinteañero en menos de media hora podría haber reservado un vuelo en avión, descargado una nueva app, comprado una pizza para llevar y haber hecho una videollamada a un amigo. Todo esto probablemente al mismo tiempo en que su abuelo todavía estará explorando la página de inicio de Google o poco más.

Hoydía el web puede ser realmente rápido. Gracias a chats, redes sociales y páginas con servicios interactivos capaces de personalizar la búsqueda, se calcula que un chico de 18 años pueda visitar en una hora entre cien y cuatrocientas páginas web. Imaginemos ahora de extender esta estimación durante los varios años en que los chicos están enganchados a la red. En este sentido, algo interesante que hemos notado se refiere al llamado efecto de rebote o bounce rate, es decir la velocidad con la que los usuarios dejan una página web para acceder a otra. Como podríamos haber imaginado, cuanto menor sea la edad del usuario, mayor será el efecto rebote. Esto se debe a que los muchachos en menos de dos segundos después del clic de apertura ya han decidido si continuar en esa página web o si pasar a otra, pues no tienen ni un segundo que perder. Con esta rapidez sistemática, uno se preguntaría quién es la verdadera máquina, si el ordenador o el chico mismo.

Bueno, ya queda claro que los chicos no tienen tiempo para perder en la web, o al menos así creen ellos. Aunque para muchos pueda parecer algo de escaso sentido, la manera de enformarse o de pasar el rato en la web prevé pasar continuamente de una web a otra, desplazándose a través de las páginas como si fueran fotos ya vistas varias veces, casi compulsivamente. Varios estudios universitarios han demostrado que un usuario promedio entre 15 y 25 años tiene un nivel de "paciencia" cuando consulta un sitio web que es infinitamente mínimo en comparación con un usuario de entre 65 y 75 años.

Además, ¿cómo no podemos culpar a nuestros amigos de cabello plateado? En este caso, la ciencia es casi superflua para detectar la diferencia abismal entre los dos casos de estudios. Las personas de edad avanzada generalmente intentan interactuar con la tecnología como lo hicieron en el pasado con libros, periódicos y revistas. Así que hay usuarios que leen indiscriminadamente cada frase en cada parte de cada página web, llegando a transcurrir horas leyendo anuncios, noticias visiblemente falsas, llegando sin querer a webs desconocidas y a veces hasta peligrosas por sus contenidos. Aún sin llegar a estos extremos, en España hay miles de ancianos que cada día leen noticias falsas creadas especialmente para ellos. Entre los clásicos, eslóganes que publicitan dietas milagrosas y métdos para invertir dinero multiplicandolo. Desafortunadamente hay muchos desprevenidos que siguen creyendo en dichas noticias, aunque sea por pura curiosidad. Parece que sean varios millones los usuarios que al final ceden y hacen clic sobre un cualquier título llamativo, hecho sorprendente, noticia curiosa o información vagamente interesante, todo este contenido de escasa calidad pero muy llamativo lleva a los usuarios más mayores e inexpertos a caer en la trampa mucho más a menudo que los jóvenes.

 

Reconocer el fraude online según el contenido de las páginas web


Desafortunadamente, hay casos en los que los usuarios mayores de edad son víctimas de fraude en cuanto hay muchos malintencionados que aprovechan de la buena fe y de la ingenuidad de los menos expertos. La falta de seguridad en Internet ha llevado a muchos novatos en la web de edad avanzada a abandonar sus ordenadores y dejar sus dispositivos móviles a acumular polvo, hasta que vienen reclamados por nietos y sobrinos.

Afortunadamente, el mundo de Internet se está moviendo para hacer que la experiencia de navegación sea más fácil y segura. Existe una disciplina llamada SEO que entre otras cosas, indica a los creadores de páginas web que tipo de contenido utilizar para que resulte interesante para los usuarios y para los buscadores. El principio es que Google posiciona una web en su listado en función del tipo de contenido que dicha web ofrece. Así nos lo explica Giulio Giovinazzo, SEO y Content Manager de la web www.myparking.es portal especializado en reservas de plazas de parking en línea:

“El contenido de una web es un elemento extremadamente importante, especialmente cuando se ofrece un servicio a los usuarios y queremos que este servicio se muestre entre los primeros resultados de los motores de búsqueda, así que es muy importante ofrecer información de calidad según el tipo de servicio que quieres promocionar a tus clientes”.

Hoy MyParking tiene miles de usuarios desde varios países de todo el mundo y es una página web en constante crecimiento a pesar de la competencia muy feroz...¿Cómo llegasteis a este resultado en un mundo tan exigente y competitivo como el de Internet?

“En primer lugar, MyParking fue una de las primeras webs en ofrecer este tipo de servicio en Europa. Cuando MyParking empezó su actividad en Italia, todavía los aparcamientos se reservaban por teléfono o en muchos casos se llegaba directamente en el área de estacionamiento con la esperanza de encontrar una plaza libre. Gracias a nuestros esfuerzos, hemos comenzado a colaborar también con los parkings de casi todos los aeropuertos españoles, así como con los de puertos y estaciones en toda España, islas incluidas.

 

Hoy en MyParking puedes reservar además una plaza de aparcamiento en el centro de Madrid, Sevilla y Barcelona y pronto habrá otras ciudades. Nuestra web está en Inglés, Español, Italiano y Alemán. Y seguramente no paremos aquí, tenemos grandes planes en mente”.

Sí, pero ¿Cómo pueden los usuarios menos experimentados confiar en una web donde tienen que injertar su tarjeta de crédito, y sobre todo, cómo proporcionarles la información que necesitan?

"Para muchos usuarios, hoy en día el pago digital se ha convertido en la normalidad, muchos lo hacen incluso desde el smartphone con la facilidad con la que envían un mensaje en WhattsApp". Nos dice Giovinazzo. Cada año, miles de usuarios confían en nuestro portal para reservar una plaza de aparcamiento cerca de un puerto, una estación, un aeropuerto o incluso en centros urbanos de toda Italia y toda España. Además invitamos a nuestros clientes a dejar un comentario sobre el servicio que han recibido, así como sobre la experiencia de reserva en la web. De esta manera, todos pueden saber por adelantado si nuestra web es confiable basándose en opiniones reales".

 

Desafortunadamente, no todas las páginas web utilizan este tipo de política hacia sus clientes. Muchos casos todavía están registrados en los que son sobretodo los usuarios mayores las víctimas de fraudes informáticos a causa de la buena fe, y con la ayuda en algunos casos del astucia de los que están “al otro lado de la web”. El fenómeno de los usuarios menos experimentados, sobre todo entre los más mayores, que temen las estafas en internet ha llevado hasta el punto de que cada vez más abandonan sus dispositivos a recoger polvo, antes de que terminen en manos poco agradecidas de hijos y nietos.

Como podemos imaginar, el futuro y parte del presente ahora están inevitablemente vinculados al mundo digital, por lo que es importante referirse solo a aquellos sitios que nos permiten controlar dónde van nuestros datos por cada acción que cumplimos, ya sea un pago, una reserva o una simple búsqueda. En cualquier caso, la característica principal que una buena web debe de tener es la de proporcionar información de calidad y permitir a los usuarios informarse sobre todo lo que puedan querer saber, así que navegarán de manera segura y podrán elegir fácilmente las opciones disponibles para ellos, sin temor a ser engañados.