Diario Digital controlado por OJD

Una excursión por el Valle de Soba, capital La Veguilla

FACEBOOK DE ANTONIO ESQUIVIAS. Descendiendo por el camino, llegamos al Mirador del Río Gándara, un sobrecogedor balcón metálico y de cristal, situado sobre una cornisa, donde se contemplan las cascadas del río (hoy con poco agua, debido al estiaje estival

Enviar a un amigo
Una excursión por el Valle de Soba, capital La Veguilla
10-08-2020
Antes de ayer nos dirigimos hacia el sureste de la región, carretera de Logroño, hasta Ramales de la Victoria y, siguiendo la margen derecha del río Gándara, a través del bello desfiladero sembrado de encinares cantábricos, nos sumargimos en uno de los valles menos frecuentados de Cantabria: el valle de Soba.

Se trata de uno de los municipios más extensos de la región, conformado por 27 núcleos de población, con capital en La Veguilla, donde viven unos 1.500 habitantes dedicados, fundamentalmente, a la ganadería vacuna, poseyendo una de las mayores cabañas ganaderas de la región.

Llegamos a La Gándara, último de los pueblos del valle, antes de los puertos de La Sía y del Collado del Asón. Se encuentra al costado del "Parque Natural de los Collados del Asón", un interesantísimo y preciosos espacio natural protegido, que cuenta con espectaculares paisajes de origen glaciar, donde nacen los ríos Asón y Gándara. También es un paisaje de origen cárstico, dominado por la roca caliza urgoniana (Cretácico inferior - Aptiense-Albiense).

Nuestra intención era hacer un recorrido, bastante sencillo (unos 4,5 km) desde el Centro de Interpretación del P.N. hasta el nacimiento del río Gándara, un espacio de singular belleza, en un entorno muy cuidado, con mesas de pic-nic y salpicado de arbolado autóctono.

Se trata de una espectacular surgencia cárstica, entre unos afloramientos de grandes rocas caídas desde la montaña. Desde aquí, atravesando unas cuantas explotaciones ganaderas, llegamos al Monte San Pedro, una reliquia de grandes ejemplares de robles o "cagigas" (como se denominan por aquí) (Quercus robur). Desde este espacio, nos dirigimos hacia el Mirador del Gándara, pasando por el Palacio de los Zorrilla, un edificio del s. XVI, que debió tener múltiples usos, además del de vivienda. Realizado en estilo gótico, cuenta con varios cuerpos y una fachada formada por arcos de medio punto, ventanas conopiales y blasones de la familia Zorrilla. Al parecer, en su interior existió una capilla dedicada a La Magdalena.

Descendiendo por el camino, llegamos al Mirador del Río Gándara, un sobrecogedor balcón metálico y de cristal, situado sobre una cornisa, donde se contemplan las cascadas del río (hoy con poco agua, debido al estiaje estival). Desde este singular belvedere se vislumbran, hacia el norte, las crestas meridionales de Peñas Rocías y el Mortillano y, hacia el este y sur, las ubérrimas praderías y pueblecitos del valle de Soba, así como la crestería de la Cordillera Cantábrica, que divide estas tierras de la vecina provincia de Burgos. ¡¡UNA MAÑANA PRECIOSA Y BIEN APROVECHADA...!!