Cinco residencias de Cantabria implementan un nuevo modelo de atención emocional, social y espiritual al final de la vida
Actualmente el Programa se desarrolla en cinco residencias de Cantabria, habiendo atendido a 71 personas: 44 residentes y 27 familiares.
Santander, 14 de octubre del 2021.
Según el Informe Envejecimiento en Red de 2019 del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), 400.000 personas de edades medias de 80 años, dependientes o en situación de vulnerabilidad, viven en las más de 5.000 residencias que existen en España. Se trata de una población especialmente vulnerable con una elevada morbilidad y mortalidad: Más del 80% sufren condiciones crónicas complejas y avanzadas; hasta un 60% padecen demencia, y existe una alta prevalencia de necesidades psicosociales y espirituales difícilmente atendidas. Se contemplan también, otros condicionantes relacionados con la soledad y la pobreza, que se han puesto de relieve sobre todo a partir del confinamiento y la situación pandémica.
Ante esta realidad, la Fundación ”la Caixa” ha ampliado y extendido su Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas a residencias de personas mayores, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas que se encuentran en un proceso de enfermedad avanzada y a sus familiares. Actualmente el Programa ya se desarrolla en 113 residencias de toda España. Cinco de estas residencias son de Cantabria: Centro de Atención a la Dependencia (CAD) Santander; Centro Residencial Virgen del Faro; DomusVi Liencres; Fundación Asilo de Torrelavega; La Caridad de Santander.
El subdirector general de la Fundación ”la Caixa”, Marc Simón, comparte que “hoy es más necesario que nunca un modelo de atención centrado en la persona y que proporcione soporte a los residentes y a sus familiares, así como a los profesionales y organizaciones”.
El Programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación ”la Caixa” nació en 2009 como un modelo pionero en la atención emocional, social y espiritual en los cuidados paliativos y procesos de final de vida y duelo. Hasta el momento lo desarrollan 44 EAPS (Equipos de Atención Psicosocial) que pertenecen a entidades sociales y sociosanitarias de reconocido prestigio en sus respectivas comunidades autónomas, formados por más de 230 psicólogos/as, trabajadores/as sociales, enfermeros/as, médicos, agentes pastorales, y más de 1.000 personas voluntarias, actuando en 132 hospitales de toda España y 133 unidades de apoyo domiciliario. Desde sus inicios, el Programa ha llegado a atender 209.499 pacientes y 301.722 familiares, habiendo superado recientemente las 500.0000 personas atendidas.
En Cantabria el programa tiene un acuerdo con tres centros hospitalarios (Hospital Santa Clotilde; Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV); y Hospital de Laredo) y cinco Equipos de Atención Domiciliaria (los Equipos de Atención Domiciliaria actúan en domicilios en coordinación con el HUMV y el Hospital de Laredo) y actúa a través de un EAPS perteneciente al Hospital Santa Clotilde de Santander - Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Encabezado por el Director Médico del Hospital, el Equipo está formado por una coordinadora, tres psicólogos, una trabajadora social, la responsable de voluntariado y el responsable del Servicio de Atención Espiritual y Religiosa. Desde sus inicios, han sido atendidos 4.030 pacientes y 4.493 familiares.
Por el momento, la extensión del Programa en las cinco residencias de Cantabria se está llevando a cabo con la incorporación de un psicólogo más en el EAPS Santa Clotilde. San Juan de Dios, dedicado exclusivamente a la atención en las residencias. Desde que empezó hace unos meses, han sido atendidas 71 personas: 44 residentes y 27 familiares.
Atención emocional, social y espiritual en residencias
El modelo de actuación del Programa, enmarcado en la Estrategia de Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud, proporciona una atención cálida y personalizada que complementa la labor que las unidades de cuidados paliativos realizan en hospitales, domicilios y centros sociosanitarios. Su finalidad es alcanzar una atención integral basada en atender las necesidades emocionales, sociales y espirituales de la persona y su entorno, y apoyar a los profesionales que la acompañan.
El residente es atendido, de forma individual o grupal, basadas en la escucha activa y la empatía; la expresión de emociones y sentimientos; el acompañamiento en su sentir espiritual; la adaptación progresiva a la enfermedad, y el valorar un acompañamiento voluntario al final de la vida.
La atención a los familiares abarca el apoyo que necesitan para poder atender a sus seres queridos, y el acompañamiento, la prevención y el tratamiento del duelo.
La atención a los profesionales de las residencias también es un factor clave para el bienestar de los residentes y sus familiares. En este sentido, el Programa facilita apoyo en situaciones de burnout, ansiedad y malestar; espacios para expresar y reflexionar sobre casos especialmente complejos; aportación de técnicas y recursos en las distintas áreas de atención: soledad, final de vida y duelo.
El Programa también pone a disposición formaciones a profesionales, voluntarios y familiares, en las que se aportan contenidos, actuaciones y metodología.