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Miércoles, 8 de abril: Diario de una pesadilla (17)

Hasta ahora se han estado haciendo test PCR (Reacción en cadena de Polimersa). Se trata de un tipo de pruebas que se vienen utilizando en diferentes crisis de salud pública relacionadas con enfermedades infecciosas.

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Miércoles, 8 de abril: Diario de una pesadilla (17)
03-04-2020

A vueltas con las cifras. Está claro que nos hemos quedado cortos. El debate está en que medir solo los fallecidos por coronavirus, no da la cifra exacta. Hay más gente que está muriendo por la misma causa pero al no estar diagnosticados no ingresan en la macabra lista. Esta crisis está siendo cruel con toda la sociedad pero especialmente con los más vulnerables y con los mayores. Por eso, me gusta mucho la iniciativa del psicólogo Ángel Terrón que ha creado la primera Plataforma unifamiliar de terapia colectiva. Está claro que salir solo y sin ayuda de esta pandemia es imposible. La ayuda de los psicólogos es imprescindible y más si somos familiares de víctimas del covid-19. Se trata de unir a personas colectivamente para que expresen su dolor, ya que no han podido hacer un duelo; que compartan sus miedos, ya que nadie se ha parado a saber cómo se encuentran, después de no haberse despedido de sus seres queridos. Hay un colectivo, cada vez más amplio que necesita ayuda. Ha sido un acierto esta iniciativa.

También hay asociaciones que están cobrando protagonismo. Ahí está la Asociación “Por la dignidad de las personas mayores. Sacan la cabeza por los que más experiencia tienen acumulada. Por cierto, algunos no están en los hospitales recibiendo el tratamiento adecuado ya que se quedan en las residencias enfermos de covid y allí están muriendo. Otros han sido sacados de ellas y sus familiares no saben dónde se encuentran. Es que son muchos, el número sigue creciendo. Esto que está pasando es gravísimo y nos ha llegado como un tsunami que todavía estamos encajando. Alguien decía hoy en la radio que nos estamos acostumbrando a cifras de muerte en proporciones industriales. ¡Terrible!

En este “Diario de una pesadilla” también quiero hablar de vida y de gestos. Me encanta el ejemplo que nos dan los jubilados como el médico Arturo Pretel que estando en un pueblo, viviendo ya un merecido descanso, ha querido volver a vestir la bata blanca. Ahora está en Ifema en primera línea de fuego. Contaba que al llegar a casa procura no tener contacto con su mujer y que cuando comen lo hacen como los marqueses de las películas, uno en un lado de la mesa y otro en el opuesto. Asegura que a pesar de estar más expuesto que los jóvenes, ha querido volver a ser médico en activo para ayudar. Considera que ésta es otra oportunidad que le da la vida para ejercer su vocación. ¡Bravo por él!

Y el ingenio de la gente. Los aparatos que utilizaban para la apnea del sueño ahora los han reconvertido en respiradores. Esto lo está haciendo el Hospital Gregorio Marañón y en otros muchos hospitales. Siempre hay alguien dándole a la mollera para ayudar a las personas. ¡Qué capacidad tiene el ser humano también para lo mejor!

Y los balcones y los aplausos y los whatsapp dando ánimo y las videollamadas… todo sirve, todo suma, todo se agradece. No estamos solos, estamos arropados. Comprobamos cada día que nos quiere mucha gente, más de lo que pensábamos. Sinceramente, me he reconciliado con el ser humano. Le creía perdido en banalidades, más inclinado hacia el mal que hacia el bien pero, reconozco, que me había equivocado. No. Al menos en estos momentos, donde vemos tantos gestos solidarios. Como decía el clásico: “cuando compartes la bondad en tu corazón, siempre terminas ganando porque la vida es un eco. Devuelve lo que has dado”. Esta crisis ha sacado lo mejor de nosotros mismos. Algún día nos daremos cuenta de ello. ¡Ánimo a todos! ¡Esta batalla la vamos a ganar! Un día más es un día menos.

MARTES, 7 DE ABRIL

Hoy todavía estoy con la resaca de haber escuchado en Onda Madrid, en Madrid Directo, a todos los alcaldes de Madrid, desde Juan Barranco a Manuela Carmena, pasando por José María Álvarez del Manzano, Alberto Ruiz Gallardón y Ana Botella, insuflar ánimo al alcalde actual, José Luis Martínez Almeida. Creo que por encima de las siglas, de las rencillas políticas y de las simpatías o antipatías, están los momentos críticos como el que estamos viviendo. En este momento escucharles todos a una, me da esperanza en la clase política.

Nos ha tenido que pasar esto para saber que por encima de los colores políticos están los ciudadanos, las personas. Escuchar a todos los alcaldes cómo sentían Madrid y el dolor de los ciudadanos fue emocionante. Cuando Ruiz Gallardón se rompió por la emoción, detrás fuimos los demás. Me congratula que quienes han estado y están al mando de la capital se sientan una sola persona. Bravo por la iniciativa que tuvo Juan Barranco, el más antiguo de los alcaldes. Bravo por el trabajo de Constantino Mediavilla en conseguirles a todos y bravo por el equipo de Madrid Directo, en las tardes de Onda Madrid, por lograr que todo saliera al aire con la calidad con la que se escuchó. Yo también, fuera de micrófono no pude ocultar las lágrimas. Agradecí mucho a todos los que nos felicitaron y se congratularon de escuchar a todos los regidores municipales juntos por primera vez. Espero y confío que no sea la última.

Y los Reyes que siguen hablando con los responsables de diferentes sectores. Hoy ha sido con el Banco de Alimentos. Son muchos los que necesitan comer en estos días sin trabajo. En esa misma línea conocemos la iniciativa solidaria del chef José Andrés, recientemente portada de la revista Time. El comedor social del chef más internacional abre sus puertas en Madrid. Sabemos que empieza con 1.000 comidas pero llegará a las 10.000 diarias. También un bravo para gestos como estos. La solidaridad y la cadena de ayuda entre personas es más “contagiosa” que el propio Covid.

Y ya estamos avisados que estaremos geolocalizados. Nuestro móvil informará, aunque dicen que será de forma anónima y voluntaria. Eso espero y deseo. Google y Facebook ayudarán a ello siguiéndonos y aportando nuestros movimientos y los de las personas en todo el mundo para saber hasta qué punto hemos seguido las líneas de confinamiento marcadas por los gobiernos. También en las redes habrá una nueva aplicación que pondrá en marcha el gobierno para “autodiagnosticarnos”. La tecnología está ayudando mucho en esta locura-pesadilla que estamos viviendo.

Bueno, ya lo sabéis. Un día más, es un día menos.

LUNES, 6 DE ABRIL

Ahora estamos en otro escenario: disminuyen los contagios y ahora se plantean las autoridades sanitarias realizar test serológicos de forma masiva a la población. ¿Para qué sirven estos test? Pues como dice el Jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Ramón y Cajal, Rafael Cantón: "Los test serológicos sirven para detectar si una persona ha estado en contacto con el virus o no”. Eso ayudaría a tomar decisiones de Salud Pública ya que estos test detectan si la persona ha generado los anticuerpos para combatir el virus y por lo tanto ya está inmunizada. Hasta ahora se han estado haciendo test PCR (Reacción en cadena de Polimersa). Se trata de un tipo de pruebas que se vienen utilizando en diferentes crisis de salud pública relacionadas con enfermedades infecciosas.

El Imperial College de Londres, el organismo de la OMS, publicaba unas estimaciones matemáticas y asegura que el 15 por ciento de los españoles, alrededor de 7 millones de personas, se habrían contagiado con este virus y estarían inmunizadas. Ahora se trata con los nuevos test de saberlo científicamente.

El Gobierno se plantea una campaña masiva de detección de los contagiados asintomáticos y aislarlos hasta que dejen de contagiar. Dios mío, ahora nos miraremos unos a otros pensando que lo mismo no lo hemos padecido pero lo hemos contagiado. Otra angustia más para las noches de insomnio. Este es otro mal que se está detectando. Trasnochamos y cada vez dormimos menos y cuando lo hacemos, no descansamos suficientemente. Me dice el doctor Eduard Stivill, toda una autoridad en lo que al sueño se refiere, que la incertidumbre está desestabilizando nuestro sueño. Es muy difícil conciliar el sueño cuando uno se acuesta mirando lo último que ha salido en las redes sobre la enfermedad. Recomienda que a partir de una hora, dejar de estar pendientes de las últimas noticias, nos hará bien. Tenemos que conseguir crear un entorno agradable para llegar al momento de meternos en la cama sin tensiones. ¿Cómo hacerlo?

Yo confieso que me acuesto pensando en donde tengo que desinfectar al día siguiente. Por ejemplo, hacemos mal en pasar un paño con lejía por las superficies y luego secarlo. No. Mal hecho. Cuando pasemos el paño con el líquido desinfectante, hay que dejarlo secar por lo menos cinco minutos. Si no, la desinfección no sirve de nada. Según el director de Sanicentro, Juan Huertas, mejor pulverizar sobre la superficie y después dejar que se seque durante cinco minutos. Hay que dar tiempo a que el producto actúe. Tres cucharadas de lejía por cada litro de agua o un gramo de cloro por cada litro de agua. De todas formas si los productos que nos llegan del supermercado, los dejamos en una cuarentena de 72 horas, si tuvieran alguna carga viral ya sería del 0,1 por ciento. Creo que todos nos estamos obsesionando con la ultralimpieza. Acabaremos siendo expertos en inmunología. ¡Tampoco nos viene mal! ¡Ánimo! Un día menos.

DOMINGO, 5 DE ABRIL.

El psiquiatra y neurólogo vienés Viktor Frankl nos dio un camino cuando escribió: “El hombre en busca de sentido”. Máxime cuando él había sobrevivido a distintos campos de concentración nazi, entre ellos, los de Auswichtz y Dachau entre 1942 y 1945.

Sin ser el más fuerte y el más sano, sobrevivió. No así toda su familia que fue muriendo poco a poco en aquel horror de la Segunda Guerra Mundial. Y llegó a la conclusión de que logró superar todas aquellas penalidades tan solo porque le puso un objetivo a la vida. Primero, aceptó la situación y después decidió que había que llenar de dignidad y generosidad el camino. A un hombre le pueden robar todo, pero no le podrán quitar jamás su actitud ante la desgracia. Ponerse un objetivo o incluso varios pequeñitos que vayamos logrando alcanzar poco a poco, nos va dando aliento y fortaleza para continuar. Saber que no podemos fallar, en una determinada fecha, a una persona de nuestro entorno y que deberemos estar allí junto a ella; aprender varias frases en un idioma que no es el nuestro; plantearnos caminar durante media hora en un espacio reducido porque queremos conservar la salud; aprender aquello que siempre hemos deseado y nunca hemos tenido tiempo; ayudar a nuestro entorno a superar esta situación; hacer más fuertes a los demás, acaba haciéndonos más fuertes a nosotros mismos. Un objetivo, un camino…desear conseguirlo y pelear para lograrlo.

En este día 5 de abril, domingo de Ramos, confinados en nuestras casas, encontremos un sentido a todo esto. Peleemos por aquello que nos hace ilusión: ver nacer a un nieto; asistir a la boda de un hermano; ver entrar en la universidad a nuestro hijo; cuidar de nuestro padre o nuestra madre hasta que supere esta circunstancia; esa palabra de ánimo, ese sentido del humor que nos hace pasar del llanto a la risa; esa actitud ante la adversidad que nos llena de dignidad. No podemos abandonarnos en el sofá de nuestras casas. No. Hay que ponerse en pie. Cambiar nuestro objetivo y poner una meta a todo esto. Y mientras tanto, ayudemos a los demás a ser fuertes y a encontrar su camino.

Hoy, ya que hay que estrenar algo por ser domingo de Ramos, os animo a poneros el traje invisible del optimismo y la positividad. No más lamentarnos, no más regodearnos en el horror. Salgamos de esa espiral donde nos hemos metido, con fuerza y coraje. Hagamos clic en nuestro cerebro, cambiando nuestra meta. ¡De esta vamos a salir! Tenemos que estar en el cumpleaños de nuestro ser querido; no me quiero perder la sonrisa de mi nieto; voy a subir la moral de los que ya están enfermos. Voy a superar todo este desastre con esa fuerza que saca el ser humano desde dentro de sí mismo. Tú querido lector eres más fuerte de lo que habías pensado nunca. ¡Ánimo! Hoy ya es un día menos…¡Lo vamos a conseguir!


SÁBADO, 4 DE ABRIL

Hoy se suponía que debería estar haciendo las maletas para irme a Huelva. Tenía todo proyectado para desconectar una semana y bajar al sur para ver a mis amigos de hace más de 25 años. Todavía recuerdo que cuando fui por primera vez a las playas de El Rompido cogiendo previamente un barquito que nos hiciera atravesar el río Piedras, creí que aquello era el paraíso. Kilómetros de playas vírgenes sin chiringuitos. Solo sol, arena y muchísimas conchas marinas. Recuerdo especialmente esa sensación de ser un náufrago en mitad de toda aquella explosión de la Naturaleza. Alguna tarde de Semana Santa literalmente no había nadie paseando por la playa.

El pensamiento me lleva a aquellas latitudes porque este año de confinamiento se me quedará grabado en la memoria mientras viva. Miro por la ventana y veo la casa de enfrente. Hablo con mis vecinos a las ocho de la tarde cuando salimos a aplaudir a los sanitarios y en general, a todos aquellos que están velando por nuestra salud. Entiendo que uno de los bienes más preciados es la libertad. Por eso, cuando alguien dice que los presos viven estupendamente, me viene la sensación que tuve al entrevistar a Rafi Escobedo en la prisión del Dueso: el sonido de los cerrojazos a tu espalda que te indican que de allí es imposible salir. Llevamos tres semanas y ya nos subimos por las paredes. Dicen que nadie te puede dar libertad porque si eres un hombre, la tomas. También te aseguran que somos libres si verdaderamente, deseamos serlo. También Aristóteles apuntaba que uno es verdaderamente libre si has superado sus miedos. Y en esas estamos, en superar nuestros miedos en tiempos del “corona”. Hoy más que nunca ponemos en valor el derecho a la libertad reconocido en nuestra Constitución.

Muy graciosos algunos de los videos que me llegan al whatsapp del teléfono. Hay uno que se ve a la “procesión” de la Semana Santa que nos ha tocado vivir. Gente guardando, con el carro de la compra, la distancia de seguridad. Van caminando muy lentamente para entrar en el supermercado. Con sonido de semana santa, parece que van caminando llevando el ritmo de las procesiones. Otro que ha hecho un italiano con su gato. Se ve un pasillo y al fondo un gato. El que graba el video le dice al gato que esté atento. Con su pie calzado con una zapatilla lanza un balón y se ve al gato haciendo de portero, pegando un salto increíble y parando la pelota con sus patas delanteras. La acción se repite y el gato, a lo Iker Casillas, “caza” la pelota en todas las versiones posibles. Es muy curioso. Mi hermano mayor, el médico, también me ha mandado otro video de sus tortugas. Ellas que parecen inactivas se las ve respondiendo a la llamada de la primavera: copulan con muy pocas ganas. Son así. No se qué le encuentra mi hermano a sus tortugas a las que conoce por su nombre. Son infinitas las que uno se puede encontrar en su jardín. ¡Qué capacidad de reproducción!

Me alegra el día saber que el sol está ahí fuera. Ese sol que me da la vida. Como dice un amigo: ¡hay motivo para celebrar que estamos aquí!

VIERNES, 3 DE ABRIL

Está claro que este confinamiento se va a alargar más allá del 12 de abril. Ifema, que se ha convertido en un macrohospital, acaba de aplazar la cita que tenía para julio con el salón de equipos y productos dentales, Expodent. No todo volverá a su ser en cuánto empecemos a salir de nuestras casas. Dudo incluso que cuando comencemos a vencer al bicho, allá para mayo, podamos echarnos a las terrazas y bares a las que tanto añoramos. Lo dijo la ministra portavoz, María Jesús Montero, habrá que ver cómo se articula la vuelta a la normalidad.

Ahora no estamos en ese escenario. Lo único que podemos pensar es en ganar esta batalla. En no salir de casa, en no contagiarnos y en aprovechar el máximo el aquí y el ahora. Ir más allá, sería absurdo. Por lo tanto, sigamos recontando a los que logran superar este virus. Entre los nombres conocidos y que ya han superado al “corona” está el del juez Baltasar Garzón. Nos alegramos de que le hayan dado el alta y que la cuarentena la pase en casa. El cantante Gerónimo Rauch, también lo ha superado junto a su mujer desde casa. Ahora en la cuarentena está componiendo y grabando. Me ha mandado una grabación y está mejor de voz que antes. ¡Qué barbaridad! Me alegro mucho también.

Esta crisis está generando cadenas de favores como el que se ha producido en el hospital Doce de Octubre de Madrid. Una madre y una hija ingresaron a la vez. María, la madre, un poco mejor que la hija, Marta. María le comentó a una auxiliar de limpieza que no sabía nada de su hija. Se puso esta empleada a remover los ingresos y supo que estaba en la UCI. Hoy ha salido de la gravedad y la han pasado a planta junto a su madre. El momento en el que se han visto después de tantos días ha sido muy emotivo. Casi no se atrevían a tocarse, pero lo han hecho. Como digo, cadenas de favores entre personas que han conseguido que una madre y una hija sigan haciendo la cuarentena juntas.

Según un estudio matemático de la Universidad Politécnica de Valencia, el pico de pacientes graves, por el bicho corona, ingresados en Unidades de Cuidados Intensivos, se alcanzará el próximo jueves 9 de abril. Según ese mismo estudio, el máximo de número de hospitalizados ya lo habríamos superado el pasado 31 de marzo. Somos pura estadística numérica. El caso es que debemos extremar las precauciones. No salir de casa es nuestro mejor escudo.

Dicen que la vitamina D nos viene bien para esta época donde tenemos que reforzar nuestro sistema inmunológico. El aceite de hígado de bacalao que tan mal nos sabía de pequeños, resulta que va bien. El atún, la caballa y el salmón también son fuentes de vitamina D, junto con la yema de los huevos. En este confinamiento yo me he hecho una aliada del huevo y del limón. ¡Ánimo! ¡Un día menos!