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El Gobierno dice tener en su agenda el cambio del huso horario español, pero no desvela si se decanta por el de verano o invierno

Lo que falta ahora es que se ratifique en el Europarlamento, un trámite que se da por hecho, ya que la mayoría de ciudadanos ha pedido no cambiar más la hora y el empuje alemán y finlandés han sido determinantes

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El Gobierno dice tener en su agenda el cambio del huso horario español, pero no desvela si se decanta por el de verano o invierno
31-08-2018

El Gobierno aplaude la iniciativa de la Comisión Europea de plantear el fin al cambio de hora estacional en la Unión Europea a raíz de una consulta pública elaborada entre 4,6 millones de europeos, un cambio al que el Ejecutivo de Sánchez pretende añadir otro a nivel nacional, el del huso horario que Franco impuso en 1940 para adecuarlo con el de la Alemania nazi.

“Estamos bastante de acuerdo en que no se cambie la hora” ha insistido la ministra portavoz del Ejecutivo central, Isabel Celáa en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Según el Gabinete de Pedro Sánchez, en la actualidad “no hay tantas ventajas” que avalen el cambio de hora estacional que llevamos a cabo cada mes de marzo y de octubre, pero no aclaran ni el nuevo horario de España debería adecuarse al de verano o al de invierno.

El Gobierno aplaude la iniciativa de la Comisión Europea de plantear el fin al cambio de hora estacional en la Unión Europea a raíz de una consulta pública elaborada entre 4,6 millones de europeos, un cambio al que el Ejecutivo de Sánchez pretende añadir otro a nivel nacional, el del huso horario que Franco impuso en 1940 para adecuarlo con el de la Alemania nazi.

“Estamos bastante de acuerdo en que no se cambie la hora” ha insistido la ministra portavoz del Ejecutivo central, Isabel Celáa en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Según el Gabinete de Pedro Sánchez, en la actualidad “no hay tantas ventajas” que avalen el cambio de hora estacional que llevamos a cabo cada mes de marzo y de octubre, pero no aclaran ni el nuevo horario de España debería adecuarse al de verano o al de invierno. 

La predilección por uno u otro no ha sido debatido en el seno del Gobierno, según ha comentado la portavoz, aunque no se trata de una cuestión menor puesto que el sector turístico y de restauración tiene mucho que decir al respecto. También hay que tener en cuenta las previsibles diferencias que pueden expresarse entre diferentes zonas geográficas del territorio español, que pueden ver recortado o ampliado su tiempo de sol al día en función del horario que finalmente se elija. De momento, el presidente de la Comisión Europea, Juncker ha señalado al anunciar la propuesta que llevarán a debate se basa en mantener el horario de verano, pero su equipo ha matizado que sea cuál sea la recomendación, la decisión final de adoptar el horario de verano o el de invierno corresponderá a cada país.

En todo caso, el Gobierno ha insistido en que la propuesta comunitaria “está en línea con lo que hace años hemos reclamado y defendido” y, aunque la elección del horario de verano o de invierno no se haya tratado aún, se trata de un “asunto muy interesante y controvertido” del que la portavoz no se ha atrevido a adelantar nada más que el hecho de que “forma parte de la agenda del Gobierno”.

La propuesta de la Comisión es mantener el horario de verano, pero admiten que la decisión final al respecto deberá ser de cada país

En la misma línea se ha pronunciado el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, quien desde Viena abría la puerta a que España pueda tener “otro huso horario” más acorde a su posición geográfica. “Quizá España tiene que estar en otro huso horario. Francamente, no lo sé. Demos la oportunidad al Parlamento Europeo a ver si es capaz de encontrar un común denominador entre países que están en situaciones geográficas tan diferentes”, ha manifestado en un encuentro con los medios durante la reunión de ministros de Exteriores.

Borrell ha incidido en que se trata de una propuesta que tiene que ser debatida en el Parlamento Europeo donde “todos los países tendrán que explicar su punto de vista y en qué medida eso favorece o no los procesos de conciliación de la vida familiar, adaptación de horarios a las horas de luz y consumos de energía”. “Seguro que no lo ven igual los lapones que los portugueses”, agregó, aunque admitió que no es “un experto” en el asunto.

Preguntado por si se inclina más por el horario de verano o el de inverno, se mostró indiferente: “Mis horarios son continuados en invierno y en verano”, declaró.

A partir de ahora, los parlamentarios de cada país tendrán que explicar cómo afecta a los ciudadanos de cada país; esa es la gran virtud que tiene la asamblea parlamentaria, que a veces dicen que tiene poca utilidad, esta es la prueba de que tendrá que decidir sobre un problema que afecta a la vida de la gente, la economía y el consumo energético”, defendió.

Diario Crítico

Histórica decisión de la Comisión Europea, que este viernes ha confirmado en una televisión alemana a través de su presidente, Jean-Claude Juncker, que pondrá fin a los cambios de hora en verano y en invierno. Para ello, lanzó el mes de julio una macroencuesta a los europeos para conocer si estaban a favor o en contra de mantener los cambios y el 80% de los que contestaron prefiere mantener el mismo horario todo el año.

Lo que falta ahora es que se ratifique en el Europarlamento, un trámite que se da por hecho, ya que la mayoría de ciudadanos ha pedido no cambiar más la hora y el empuje alemán y finlandés han sido determinantes, entre los de otros países miembros de la Unión Europea.

Si todo llega a tiempo, Europa aplicará desde este año el no-cambio de hora, por lo que este otoño (mes de octubre) no habrá modificación (tocaba retrasar una hora el reloj).

Bruselas recibió 4,6 millones de respuestas entre el 4 de julio y el 16 de agosto y al parecer los que han sido decisivos han sido los ciudadanos alemanes, que representaron la mayor parte de los votantes que se movilizaron: 3 millones en total.

En la UE, las disposiciones sobre la hora de verano contemplaban el cambio de hora dos veces al año para tener en cuenta la evolución de la luz diurna y aprovechar su disponibilidad en un determinado periodo.

La mayoría de los Estados miembros de la UE tienen una larga tradición de hora de verano, que puede remontarse a la crisis del petróleo de la década de 1970, o incluso a la Primera o la Segunda Guerra Mundial. En su momento, las disposiciones sobre la hora de verano perseguían primordialmente el ahorro de energía. Sin embargo, también cabían otros objetivos como la seguridad vial, el aumento de las oportunidades de ocio derivadas de la prolongación de las jornadas o, simplemente, la adaptación a las prácticas de los países vecinos o de los principales socios comerciales.

Las disposiciones sobre la hora de verano en la UE, que existen desde la década de 1980, se rigen en la actualidad por la Directiva 2000/84/CE. Conforme a la Directiva, los Estados miembros están obligados a cambiar a la hora el último domingo de marzo y a volver al horario de invierno el último domingo de octubre. La legislación de la UE en la materia tenía por objeto unificar unos horarios de verano nacionales divergentes y garantizar con ello un enfoque armonizado del cambio de hora dentro del mercado único.

Efectos económicos y de salud

No obstante, estudios pormenorizados no han podido extraer evidencias concluyentes sobre los beneficios de estos cambios de hora. Los estudios indican que el efecto global de ahorro de energía que se deriva de la hora de verano es marginal, a pesar de haber sido una de las principales justificaciones para su adopción.

En cuanto a la salud, si bien se considera que la hora de verano genera efectos positivos vinculados el incremento de las actividades de ocio al aire libre, los estudios cronobiológicos parecen indicar que su impacto en lo biorritmos humanos podría ser más importante de lo que se suponía. Los datos sobre los efectos globales en la salud por tanto, no son concluyentes.