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Hacen falta demócratas

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11-11-2024

Entre 1931 y 1936 todo colapsó en España, la Nación que se recuperaba de la depresión noventayochista del XIX mostró cómo era una República sin demócratas y sus funestas consecuencias.

En 1977 da comienzo el periodo de mayor éxito social y económico conocido por la Nación que avanzó hasta situarse en 2004 con niveles y estándares europeos, para llevar los últimos veinte años de pérdida constante tanto en lo económico como en calidad democrática, hasta preguntarnos si lo que falta en estos momentos son demócratas, lo mismo que faltó en la República, aunque sin llegar al pistolerismo de entonces, con gente que no le importa boludear las Instituciones en donde están estabulados si ello conviene a la causa.

La destrucción del adversario político que adquiere la consideración y es tratado como enemigo forma parte de la degradación iniciada hace veinte años y acentuada hasta el paroxismo en el último lustro, en donde las tribunas de expresión y opinión política tienen fosos de imposible superación con casi media España vigilando los comportamientos de la otra casi media, sin preocuparles cuales son las diferencias y lo que es peor, sin propósito alguno de superarlas, provocando una confusión que aleja a la gente de conceptos básicos de la democracia, con los partidos incapaces de realizar una labor de moderación de los excesos cuando no formando parte de ellos e instalando comportamientos letales para el funcionamiento del Estado, haciendo que el imperio de la ley decline constantemente.

Atravesamos una época en donde hemos visto como se ha cerrado el Congreso  y se ha confinado a los ciudadanos que irresponsablemente han permanecido silentes unos,  defendiendo la totalitaria medida otros y solamente unos pocos manifestando nuestra indignación por una decisión política absolutista destinada para amordazar en tiempos convulsos.

Somos testigos de unos tiempos con comportamientos nada recomendable como querellarse contra jueces que instruyen casos que molestan o que el Fiscal General acabe imputado. Son estos malos tiempos para la democracia.

Ciudadanos responsables también de alimentar la situación con su silencio cuando no justificando la corrupción y cualquier otro exceso, lo cual lleva a los gobernantes a perseverar por su carril aún a riesgo de poner el sistema patas arriba con nombramientos inadmisibles por irrespetuosos con los fundamentos democráticos de separación de poderes, colonizando para perpetuarse en el poder aún después de unas elecciones con resultadnos adversos todo tipo de organismos con funciones de control y contrapeso al omnipotente y excesivo poder gubernamental que además debe parecerles poco, pues en jornada trágica para los españoles han forzado la celebración de pleno del Congreso para controlar la ruinosa RTVE con el nombramiento de convencidos groupis, auténtica política de botín de guerra, piñata lo llaman en otros hemisferios, que pone todo tipo de instituciones al servicio de los contractuales gobernantes.

Durante estos últimos años donde henos visto el cierre del Congreso y el secuestro ciudadano como ejemplos de evidentes decisiones políticas de pulsión autocrática, en donde la sensación de que se gobierna en contra de «los otros» hace evidente que nos hacen falta demócratas.

La democracia es más, mucho  más que ir a votar. Son tribunales independientes, separación de poderes, mecanismos de control seguridad jurídica para defender  la libertad, la vida y la propiedad. en definitiva : gobiernos que no abusen de posiciones de dominio sobre la gente y también, una sociedad que lo exija.