La prensa de Génova 13: de la manipulación a la difamación contra VOX


POR J.B.
La guerra mediática contra VOX no es nueva, pero en los últimos meses ha alcanzado niveles grotescos. La prensa financiada por el Partido Popular, con cabeceras como Libertad Digital, El Mundo, VozPopuli o The Objective, ha emprendido una campaña de desprestigio que raya en lo esperpéntico. Desde acusaciones ridículas hasta la difusión de bulos, el objetivo es claro: erosionar a VOX para allanar el camino a un PP que se tambalea entre la indefinición ideológica y la sumisión al consenso progre.
El modus operandi es siempre el mismo. Primero, se lanza una noticia con una fuente dudosa, un "según fuentes próximas" o un "nos cuentan desde dentro", sin pruebas concretas ni documentos verificables. Luego, se amplifica el mensaje con titulares sensacionalistas, asociando a VOX con el nazismo, prorrusos o cualquier otra etiqueta que genere rechazo en el imaginario colectivo. Finalmente, se despliega una operación de lavado de manos: si la noticia es desmontada, simplemente se silencia la rectificación o se esconde en un rincón de la web.
El caso más reciente ha sido la difusión de informaciones que vinculan a VOX con redes prorrusas. Sin una sola prueba fidedigna, medios como The Objective han insistido en fabricar un marco donde Santiago Abascal y los suyos aparecen como peones de Putin, ignorando que VOX ha condenado la agresión e invasión de Ucrania por parte de Rusia desde el primer momento. Mientras tanto, el PP mira hacia otro lado, dejando que su prensa afín haga el trabajo sucio.
Libertad Digital y El Mundo, por su parte, han optado por la estrategia del "divide y vencerás", promoviendo la idea de que VOX está en crisis interna, que sus dirigentes están enfrentados y que la formación está en declive. Curiosamente, los mismos titulares no aparecen cuando el PP enfrenta escándalos internos, dimisiones forzadas o fricciones entre sus líderes regionales. Han intentado inflar la supuesta crisis con la llamada cumbre de Barajas de los críticos, que resultó ser un fracaso rotundo y donde solo participaron tránsfugas sin peso real en el partido.
Esta estrategia de intoxicación informativa no solo es deshonesta, sino también peligrosa. Al colocar a VOX en el mismo saco que la extrema derecha antidemocrática, el PP está alimentando un discurso que luego es utilizado por la izquierda para justificar la censura, la persecución judicial y el cordón sanitario. Una falsedad evidente, pues VOX no es extrema derecha, sino un partido que defiende valores democráticos y soberanistas. Lo paradójico es que muchos votantes de VOX provienen precisamente de un PP al que ya no consideran fiable.
Es evidente que la prensa del PP ha decidido traicionar los principios del periodismo para convertirse en un instrumento de propaganda. Pero la realidad es tozuda, y cada vez más ciudadanos se están dando cuenta de la farsa. VOX no necesita bulos para crecer, le basta con seguir diciendo la verdad que tantos otros intentan ocultar.