Diario Digital controlado por OJD

La singularidad de la opera del Palacio de Hualle

Hablar de lo singular parece una contradicción. Pero Singular es que alguien se atreva a hacer representaciones de ópera en su propia casa, aunque sea una casa palacio.

Enviar a un amigo
La singularidad de la opera del Palacio de Hualle
12-08-2016

En un mundo tan global y plural, conceptos considerados como valores benéficos de la modernidad comúnmente aceptados, hablar de lo singular parece una contradicción. Pero Singular es que alguien se atreva a hacer  representaciones de ópera en su propia casa, aunque sea una casa palacio.

A que cada año se haga realidad  ese deseo mágico que son estos dos días de jornadas liricas, dedica Margaret Jova, la asociación cultural amigos del Palacio de Hualle y el equipo y amigos que le apoyan, parte de sus empeños. Considero que la singularidad hoy en día, en el ámbito que sea, es absolutamente necesaria. Este año se celebran las novenas jornadas, con el reflejo y reflejando el festival de ópera de Glyndebourne en Inglaterra.

Pic nic; música y charla con amigos.Desde el segundo año, he ido acudiendo todos los años. Desde el primero, la imagen simbólica que se me viene a la cabeza es, y a la que más se me asemejan estas jornadas, es la de los huevos de Fabergé. Las jornadas liricas de hualle son pequeñas en la concurrencia, por las limitaciones lógicas  del aforo. Sin embargo, lo que allí se hace y sobre todo como se hace, trasciende su tamaño. Vivimos un mundo en el que el éxito, lo sublime, la ganancia, las cualidades personales y hasta la amistad lleva casi siempre aparejado una traslación cuantitativa.

Casi todo lo hacemos cantidad. Sin embargo,  cada vez es más frecuente encontrar la excelencia lejos del quantum. Peligrosamente,  a veces nos vamos olvidando de apreciar las esencias de lo esencial. Volver a lo básico. Volver a los sentidos. Tan necesario es acercar la cultura a las masas como seguir haciendo productos de artesanía cultural como  Hualle. No creo que las jornadas liricas de Hualle sean un acto social y sin embargo lo son.

No creo que las jornadas liricas de Hualle pretendan divulgar la Opera y sin embargo lo hacen. No creo que las jornadas liricas de Hualle pretendieran ser otra cosa y sin embargo se han convertido en una experiencia sensorial en la que quien asiste se hunde y funde con el jardín, los muros del siglo XVII, con la magia de la imaginación, con la ensoñación de que todo puede ser perfecto.

Las jornadas liricas del Palacio de Hualle, estos 12 y 13 de agosto,  este año con el pelele  de Julio Gómez y Mavra de  Igor Stravinsky,  coproducida por la Fundación Juan March y el teatro de la Zarzuela, nos acercan  felizmente un año más a esa realidad que solo ocurre en la ficción que se da cuando surge la autentica creación artística. Tan real como las pequeñas carrozas de oro de los huevos de Fabergé