Cuatro jornadas, cuatro derrotas y ni un gol. El equipo atacó más, pero sigue sin marcar y en defensa fue un coladero con dos centrales muy lentos ante un Tenerife letal colgando balones a la espalda de la línea defensiva. Será complicado remontar el vuelo para salir de la isla de desesperación que es el farolillo rojo de Segunda. Ya es el único que no ha marcado ni puntuado.

Esta vez el Racing no dio la sensación de poder estar cerca de ganar o puntuar y eso genera impotencia.

Romo tuvo que poner en liza dos laterales más ofensivos como Dani y Saúl por las lesiones de Unai Medina y Satrústegui. El técnico racinguista dio la titularidad a Sekou y Mboula y no cambió de sistema fiel al 1-4-2-3-1. Juergen siguió de mediapunta y Pol Moreno pasó al perfil izquierdo para dar entrada a Germán. Llamativo que Rubén Alves, el mejor defensa, volviese al banquillo. El Tenerife llegó al partido con una dinámica mala de juego y resultados –un solitario punto– y repleto de bajas.

Antes de los cinco minutos Pol Moreno estuvo a punto de ver cómo le señalaban un penalti sobre Sergio González. Fue el primer susto. No estaba fino el Racing y apenas enlazaba dos o tres pases.

A los 16 minutos un disparo lejano de Mboula con rosca que se fue fuera fue la primera aproximación racinguista. Cuatro minutos después Mo Dauda se marchó por velocidad de costa a costa para encarar a Parera aprovechando un pase de Enric Gallego. El guardameta racinguista se tiró a los pies del extremo en el uno para uno y salvó la papeleta. En el 23 el de Manacor detuvo un buen disparo de Garcés que ganó en carrera a Pol Moreno tras otro pase de Gallego.

En el 24 una buena carrera de Mboula sirvió para centrar a la cabeza de Íñigo Vicente, pero la mandó altísima con la testa el vasco. Poco después Dani Fernández metió un buen balón al área buscando al otro Íñigo. El Racing parecía ya que comenzaba a soltarse un poco la tensión mientras que el Tenerife buscaba las contras con gente arriba muy rápida.

A la media hora Íñigo Vicente se tiró un autopase y sentó al francés Mellot, uno de los mejores laterales de la categoría, para disparar a puerta y toparse con Soriano, bien colocado. Saúl García probó fortuna desde lejos con un disparo que se fue escorado. Acto seguido falló Borja Garcés casi a portería vacía ante la salida de Parera. El delantero cedido por el Atlético volvió a fallar otra vez en el área al no poder controlar el balón.

Y a los 38 Gallego marcó de cabeza aprovechando un centro lateral a balón parado de Corredera, aunque afortunadamente había tres jugadores chicharreros en fuera de juego. El Tenerife llegó más y mejor en otro intercambio de golpes. La zaga racinguista sufrió muchísimo, pero al menos logró llegar al descanso sin encajar.

No cambió nada Romo al descanso, aunque existía el peligro de una expulsión con Pol, Íñigo y Fausto con tarjetas. Comenzó la segunda mitad con un disparo de Íñigo Vicente tras un robo del vasco. En el 49 Garcés remató a bocajarro y Parera sacó el balón con el pie. Germán estuvo muy torpe perdiendo la marca y sin despejar el esférico centrado por Gallego. El Tenerife perdonó la vida a los racinguistas, aunque los porteros también juegan y Parera estuvo soberbio.

Pero Garcés no iba a fallar toda la noche y acabó marcando a la cuarta. Falló Saúl que no alcanzó a despejar de cabeza el balón largo de Sipsic y resbaló después, la pelota le llegó a Waldo que puso un buen balón al área y allí remató Garcés medio con la rodilla y tropezando en semifallo con Germán trotando detrás. La zaga cántabra era mantequilla. En el minuto 60 una internada de Mo Dauda acabó con otra doble ocasión que fallaron Garcés y Gallego.

Romo cambió el sistema para jugar con tres centrales y evitar la sangría de ocasiones canarias, pero da lo mismo perder por uno que por más. Los cántabros dejaron de llegar a la portería rival y el Tenerife siguió atacando con peligro. En el 67 Saúl pudo centrar al área y Sekou remató al fin de cabeza, pero muy alto. En esa jugada se lesionó Carlos Ruiz, 39 añitos para los que miran siempre el DNI. Iván Romero hizo lucirse una vez más a Parera en uno contra uno después de ganar la espalda a la defensa, pero la acción estaba anulada por fuera de juego.

Ya en el tiempo extra en vez de ocasiones a favor del Racing lo que hubo fue una roja a Germán. La impotencia. Esto tiene muy mala pinta, la verdad.