Pedro Arce presenta, hoy martes, su obra sobre Los Cocidos de Cantabria
Arce defiende que a este tipo de alimentación montañesa de han referido Cervantes, los ilustres escritores de cuna cántabra del Siglo de Oro y, más recientemente, José María de Pereda.
EL MARTES, 29 DE DICIEMBRE, a las 7,30 de la tarde en la Casa de Cultura se presenta el libro “Los Cocidos de Cantabria”, escrito por el investigador y escritor Pedro Arce Diez y editado por la nueva Cofradía Gastronómica de los Cocidos de Cantabria con el apoyo y la colaboración del Ayuntamiento de Torrelavega, municipio donde tiene la sede esta Cofradía.
La obra se presentó hace días de manera oficial en el Ayuntamiento con asistencia del presidente de la Cofradía, Gabriel Argumosa y el concejal Jesús Sánchez Pérez, impulsor de la Cofradía y de la edición del libro.
La obra de Pedro Arce hace un estudio histórico sobre los cocidos que nos han alimentado desde hace muchos siglos y a los que se han referido escritores como Cervantes o aquellos de cuna cántabra como Calderón de la Barca, Lope de Vega o el mismo Quevedo, así como escritores más recientes como es el caso de José Mª de Pereda o Manuel Llano; y ello sin dejar de profundizar en otras obras con mayor antigüedad, que también se han referido a nuestros ancestrales cocidos, lo que demuestra que nuestros cocidos se pierden en la noche de los tiempos.
La documentada obra también fija unos conceptos sobre los cocidos desde la Prehistoria hasta nuestros días, con sabrosos comentarios y descripciones.
La obra “Los Cocidos de Cantabria” también hace referencia a sus ingredientes principales, como son las legumbres, las verduras y hortalizas y las carnes, especialmente las del cerdo, cuya conjunción nos ofrece platos exquisitos, especialmente cuando se cocinan al amor de la lumbre. Y la obra muestra una preocupación sobre el abandono de los platos de cuchara en nuestra actual forma de vida, sustituidos a veces por inventos gastronómicos foráneos de menor calidad alimenticia y más alto costo. Hamburguesas, pizzas, platos precocinados y alimentos procesados han desplazados a los exquisitos platos que hacían nuestras madres y abuelas y que han dejado un buen regusto en el paladar y recuerdos de infancia en muchos; esta obra tiene la pretensión de que volvamos a valorar y cocinar nuestros cocidos de siempre; y la Cofradía se ha unido a este empeño.
Y, en una segunda parte, se describen nuestros cocidos, con sus correspondientes recetas para que sea útil al lector. Y se relacionan una veintena de cocidos, pues a los muy conocidos Montañés o Lebaniego, también hay que añadir el Pasiego, las Marmitas de nuestras villas marineras, la Olla Podrida de Guriezo, la Puchera Montañesa de Polaciones, la Olla Torancesa, la Olla Ampuerense, los Caricos, los cocidos de Alubias con Caza, el muy socorrido de Lentejas, el Cocido de Limpias, el Cocido de Arvejas campurriano, las Habas a la Montañesa, el Cocido de Garbanzos de clara raíz castellana que todos hemos degustado en nuestras casas, el Guisao de Romería, el Cocido de Respigos pejino, la Olla Ferroviaria y no se ha olvidado de dos con mucho fundamento: la Olla Podrida de La Vizcaína y la Olla Podrida de los Siete vuelcos. ¡Todo un festín gastronómico!
Y aún presenta el libro otras treinta versiones de algunos de estos cocidos, pues la variedad de nuestros cocidos es realmente asombrosa y a veces no muy conocida y esta obra pretende darlos a conocer y la propia Cofradía tiene como objetivo promover que aquellos cocidos ya en desuso, vuelvan a cocinarse y degustarse, como ha sucedido, por ejemplo, con el Cocido de Arvejas o la Puchera Montañesa, que han sido degustados en Campoo y Polaciones.
Pedro Arce, su autor, hace un alegato final en defensa de los Cocidos de Cantabria, como bien inmaterial de nuestra cultura gastronómica, atesorado a través de los tiempos y que debemos defender, conservar, divulgar, transmitir y, sobre todo, practicarlos, tanto en las casas como en los muchos y buenos restaurantes de toda la región. ¡Y disfrutar en la mesa!
Surge este libro en paralelo a la propia Cofradía Gastronómica de “Los Cocidos de Cantabria”, de la que el autor es uno de sus promotores.