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¿Que está pasando en Santander …?, un artículo de Alfonso del Amo

Un paseante habitual observa sin esfuerzo el aspecto sucio, descuidado, sin mantenimiento, cayéndose a pedazos de Santander

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¿Que está pasando en Santander …?, un artículo de Alfonso del Amo
25-11-2021

                                          

 UN ARTÍCULO DE ALFONSO DEL AMO.

Vuelvo a preguntar por el panorama en que se encuentra la Capital de Cantabria. La situación en la Ciudad parece débil, como STV me duele, no me gusta escribir y publicar estas cosas, pero no dejaré de hacerlo, creo que los asuntos públicos deben exponerse ante la opinión  pública.

Es indubitada la decadencia de nuestra Ciudad, la que se observa a simple vista, los  cierres de negocios con el abatimiento que ello trasmite y con  datos, los tozudos datos que muestran, como ya he dejado escrito en otras ocasiones, la triste evolución de la Renta Disponible, que desde un liderazgo Regional  tantísimo tiempo ostentado ha descendido sl nivel de municipio menor.

Un paseante habitual observa sin esfuerzo el aspecto sucio, descuidado, sin mantenimiento, cayéndose a pedazos de Santander, toda esta situación ha derivado en la suspensión de la contrata encargada de tal menester, mediante un proceso que ha causado sonrojo por la falta de pericia política en el manejo de la situación mientras veíamos pasar la suciedad por delante nuestro.

Como decía, nos han obsequiado las basuras con un conflicto incomprensible, que un equipo de gobierno municipal que no es respetado por los contratistas municipales ha propiciado un periplo vergonzante, con tribunales, Consejo de Estado, recursos, querellados y una transición empresarial impropia, con la decepción añadida que produce la ausencia de  dirección clara en este lamentable proceso que no mejora el aspecto de la Ciudad, basta pasear  por la calle Alta y sus trasversales, por Cisneros, por Entrehuertas o la Albericia, para ver la imagen que ofrecen y la falta de respeto que se tiene con unos vecinos que merecen entornos limpios y ordenados.

Mientras tanto vemos pasar el tiempo sorteando la basura, en nuestro caminar ciudadano no encontramos resto, real, no planteado sobre un papel que todo aguanta, de aquella historia de la Smart City. La del desarrollo urbano más sostenible en donde gracias a la tecnología se ofrecerían  más eficientes servicios. Que cosas …

La reali por impericia, falta de voluntad o lo que sea, ha pasado la ocasión sin  que se refleje como un modelo activo, lo cual disminuye atractivos para vivir en Santander y  expulsa talento en lugar de atraerlo, lo mismo que la Renta Disponible erosionó su evolución, la población ha descendido durante las últimas fechas con perdida superior a los 5.000 habitantes.  

Otras de las cosas que están lastrando la facilidad para vivir en la Ciudad es el tráfico. El caos ha ido en aumento, ni han dejado las cosas como estaban, ni han sido capaces de contribuir con un plan de tráfico y movilidad no contaminado  únicamente por las ocurrencias de los grupúsculos  de interés.

La realidad cotidiana es la mala experiencia que supone circular por nuestras calles, entorpeciendo el libre albedrío de quienes se mueven por donde les da la gana, que no lo hacen gratis,   también de quienes necesitan desplazarse por causas de trabajo. Todos fastidiados, todos perjudicados por la actuación inconveniente de un equipo de gobierno más preocupado por atender a los Ayatolas de la bici o la cosa ecológica, que nunca les votarán, que por estudiar y afrontar con rigor, las necesidades ciudadanas.

Entonces el común observa, en muchos casos atónito,  como actuaciones tan horteras como la perpetrada en la Plaza de Italia, con su inevitable modificado y ampliación de contrato para el tanque de tormenta, ya que bastó una mañana de lluvia para que se produjera una inundación que evidenció nuevamente un estilo de hacer chapucero, pedáneo, incompatible con lo que ha sido la trayectoria de los equipos de gobierno municipales desde 1979. Aterra solo pensar que personas, salvo excepciones, carentes de trayectoria profesional solvente tengan en sus manos la vida de miles de vecinos y también la de otros miles de autónomos, profesionales y empresas. 

Esta deriva está deteriorando el sentido de pertenencia, en Santander no es cuestión menor, identidad santanderina que en estos últimos años ha perdido consistencia, peso específico en la Comunidad Autónoma y referencia nacional, todo ello por la responsabilidad de unos gobernantes que se han encontrado entre las manos con una obligación que les sobrepasa y acaba desintegrando la conexión con los vecinos, cada vez más apagada puesto que perciben nítidamente que quienes dirigen contractualmente la cosa municipal no sienten no les duele Santander y que se dedican a ver pasar el tiempo lo mismo que un burócrata despacha permisos para terrazas.

No puede sorprender lo que vemos, es consecuencia de un pacto municipal cerrado a martillazos, en donde unos de los firmantes de tal pacto ha manifestado que ellos no querían, que fueron obligados” por Madrid”, que nunca ha tenido velocidad de crucero, que pierde fuerza y energía para afrontar los problemas de la Ciudad por la muy descriptible desconfianza que se profesan mientras se hacen la oposición así mismos, lo cual ha dado como resultado el Equipo de Gobierno menos dotado, donde no fluyen ideas , donde no se pasa del regate en corto y que trae como consecuencia la tristeza e inanición que ha invadido a un Santander que no vislumbra futuro alguno.