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Retales de la historia del Mayorazgo cántabro de Piélagos

Daré comienzo esta entrada con el texto de una escritura (*) de dote matrimonial de un padre a su hija -la cual acaba de contraer matrimonio- extendida por el escribano del valle de Piélagos

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Retales de la historia del Mayorazgo cántabro de Piélagos
08-08-2020

Daré comienzo esta entrada con el texto de una escritura (*) de dote matrimonial de un padre a su hija -la cual acaba de contraer matrimonio- extendida por el escribano del valle de Piélagos Francisco Xavier de Argumosa, y de la que se puede extraer interesante información. Aparece citado un personaje “de los más abonados del país”, expresión que se decía en aquella época para referirse a un persona preeminente en su patria chica (“país”), y sobre el que girará esta entrada (en la escritura y entre paréntesis aparecen datos incluidos por mí).

“En el lugar de Quijano deste Valle de Pielagos a treinta y un dias del mes de Julio de mill setecientos y ochenta años. Ante mi el Escribano y testigos parecio presente el señor Dn. Joseph Joaquin de Argomedo vezino asimismo de dicho lugar y dixo que que su hija d.ª Antonia de Argomedo (Sañudo) se a tratado y casado oy dia de la fecha segun orden de nuestra Santa Madre Yglesia con Francisco de Quartas Ruiz (de Naveda), hijo lexitimo de dn. Francisco de Quartas (Argomedo) ya difunto y de d.ª Josepha Ruiz de Palazuelos, todos igualmente vezinos deeste referido Lugar, y el expresado dn. Joseph Joaquin de Argomedo da dicha su hija en dotte para aiuda de llebar y mantener las cargas del Matrimonio, las piezas de tierra Raiz siguientes:

Primeramente un par de Bueyes de Llugo tasados en la cantidad de setecientos y veinte rreales de vellón.
Yten mas doscientos rreales para comprar un par de potros en la feria proxima de san Mateo.
Yten Mas dos mill doscientos rreales en dinero efectibo que da a dinero contante y lo recibe dicho Francisco de Quartas y su madre que esta presente.
Yten Mas veite y nuebe libras y quarteron de cobre es a saber dos calderas, un calderon con una caldereta que con sus asas importan a rrazon de ocho rreales libra Doscientos quarenta rreales vellón.
Yten Mas un corchon de Regalix con su lana y jergón de a lana.
Yten Mas dos sabanas con dos sabanos y dos almoadas con sus fundas y su lana.
Yten mas dos cobertores tasados en nobenta y ocho rreales.
Yten mas una colcha de lana manchega.
Ytan Mas un cofre mediano con su zerradura y llave.
Yten mas tras carros de tierra labrantio en la vega deste dicho lugar y sitio de Campiza alinda por una parte de Maria de Zeballos y por otro lado con tierra de la otra dicha d.ª Josepha Ruiz de Palazuelos, tasado en la cantidad cada un carro de ocho ducados cada uno suma todo doscientos sesenta y quatro rreales de vellón.
Yten mas un prado en dicha vega cabida de tres carros y sitio de las Pinillas linda con una parte de con dn. Vizente Ruiz Palazuelos y de la otra con dn. Joseph de Miranda que a rrazon de ocho ducados cada un carro de su tasacion suman e importan la cantidad de doscientos y sesenta y quatro rreales de vellón.

Cuias partidas de Alajas y Hacienda Raiz denominada aqui importa la cantidad de quatro mill rreales de vellon sin incluir otras muchas alajas aqui insignadas y de por insignar como tambien los aderezos de ropas de su husso y de todo lo qual dicho su marido dn. Francisco de Quartas se entrego de todo lo susodicho como su madre quien estando presente otorgaron recibo en forma a favor de la dicha d.ª Antonia de Argomedo los que siempre tendran de presente y a entregar a la susodicha ya presente del presente escribano entregaron de dicha moneda y demas alajas y pasaron realmente y con efecto a poder de los expresado y desde oy en adelante me desisto y aparto de todo el … accion propiedad y señorio que tengo a dicha tierra labrantía y lo zedo renuncio y traspaso en la dicha mi hija y dn. Francisco de Quartas para que como quisieren apreendan y tomen la posesion como mas bien bisto le fuere y en el ynterin me constituio por su ynquilino tenedor en su nombre y para mas cumplir lo expresado aqui y ordenado, doy poder a los xueces y xusticias de S. M. que competentes les sean para que mas bien selo hagan cumplir en especial alas de este valle a cuio fuero y xurisdicion se somete. Renuncio unas y otras partes todas las leyes fueros y derecho de su favor y la xeneral en forma y las dichas mujeres d.ª Antonia y d.ª Josepha Ruiz de Palazuelos renunciaron asimismo las Leyes de los Emperadores Justiniano y Veleyano senatos consultus Leyes de Toro Madrid y partida de cuio remedo abisadas por mi el escribano las bolbieron a renunciar doy fee y cada una las otras partes lo otorgaron assi siendo testigos Dn. Juan Antonio Garzia cura presbitero del Lugar de Barcenilla Dn. Joseph Garcia y Fernando de Miranda todos vezinos asimismo del dicho lugar de Barzenilla deste dicho valle de pielagos y los otorgantes a quienes yo el escribano doy fee conozco lo firmaron los que supieron y por lo que no un testigo”.

El padre de la novia (que iba al matrimonio bien “acaldada” de dote) se llamaba en realidad José Joaquín Fernández de Argomedo y Casado (linaje que perderá el apellido patronímico Fernández quedándose con el toponímico Argomedo), mayorazgo, que había nacido en Quijano (Piélagos) el 19 de marzo de 1729; consta que fue Alcalde Mayor y Justicia Ordinaria del Real Valle de Piélagos en 1742, 1750, 1765, 1779 y 1785. Su padre, Francisco Antonio Fernández de Argomedo y Fuente, mayorazgo, nacido en 1709, también en Quijano, había quedado huérfano siendo niño, pues su padre, Francisco Antonio Fernández de Argomedo y Argumosa, mayorazgo, nacido en Quijano en el mes de diciembre de 1686 y que fue Alcalde Mayor del Real Valle de Piélagos, fue herido mortalmente en 1720, tal y como él mismo relata en su testamento fechado el 14 de febrero de 1720, donde se lee: “… hallándome enfermo en cama de una herida grave y mortal que con una espada me dieron mas abajo de la tetilla derecha”, falleciendo dos días después. El abuelo paterno de éste último se llamaba Diego Fernández de Argomedo y Miranda, mayorazgo, y consta que fue Alcalde Mayor y Justicia Ordinaria del Real Valle de Piélagos en 1706, contrayendo matrimonio con Lucía de Oruña. Pues bien, los apellidos Fernández, Argomedo y Oruña aparecen representados en un escudo de armas (foto 1) muy bien conservado que se encuentra en la fachada principal de una casa (foto 2) ubicada en el barrio Rióo de Quijano (antiguo barrio Argomedo), de lo que se deduce que fue la morada del matrimonio. Casa que el padre de José Joaquín describe en el Catastro de la Ensenada: “Tengo una casa en el barrio de Argomedo que tiene de largo dieciseis varas; de ancho catorce; de alto siete. Confronta al cierzo y solano con hacienda de la casa y con el regañon con casa de unos parientes ausentes; tiene dos cuartos pequeños con dos alcobitas pequeñas y su bodega; tiene al lado caballeriza y pajar, y su corral cerrado”. Según se especifica, alguna de las estancias de la casa descrita son construcciones independientes, pues la portalada y la caballeriza (con el pajar en la parte superior) están separadas del edificio principal, tal y como hoy aún se conservan.

En cuanto a la descendencia de José Joaquín Fernández de Argomedo y Casado, casó en tres ocasiones, en primeras nupcias con Rosalía de la Riva, fallecida en 1750, en segundas nupcias con la natural de Oruña Andrea Sañudo Herrera (madre de la novia citada en la escritura que estamos tratando), y en terceras nupcias con la natural de Cortiguera (Suances) y también viuda Juana García de la Quintana Nieto, la cual tenía una hija y dos hijos, emigrando a Nueva España los dos últimos y permaneciendo allí en el juro del comercio hasta 1780, año en que fallecerán a los 24 y 29 años, respectivamente, dejando a su madre como única y universal heredera de una considerable fortuna. El 31 de enero de 1805 José Joaquín formaliza testamento dejando mandas para que sea enterrado en el monasterio de Nuestra Señora de las Caldas (donde también reposaban los restos de sus antepasados), dando cuenta asimismo de sus tres matrimonios. De sus dos primeras esposas declara que “no trajeron dote alguna ni le aportaron a mi compañía”. No así su tercera esposa Juana, que como ya se ha adelantado al fallecer en Indias sus hijos (acaso sin descendencia) quedó como heredera de una considerable fortuna, y aportó al matrimonio, “muchos bienes muebles (…) y de dineros de Indias que la correspondian”. Aquella herencia vino a paliar la maltrecha economía de José Joaquín, pues a juzgar por los datos que he podido recopilar parece ser que se vio parcialmente desposeído de las prebendas que le concedía el mayorazgo en beneficio de sus hermanos, quienes vieron así mejorada la parte de herencia que les correspondía, Así tenemos que en 1770 José Joaquín declaraba encontrarse “en el ultimo apuro en rentas (…) siendo asi que ningun poseedor de Mayorazgo se le pueden embargar todas las rentas de sus efectos para alimentos (…) y estos efectos estarselos cobrando sus hermanos Bizente (se trata de Bizente Xavier, entonces escribano de número del Real Valle de Reocín y que estaba casado con Antonia de Tagle Fuente, matrimonio que residía en La Puente de San Miguel, localidad de la que también entonces era cura párroco el asimismo natural de Quijano Diego Narciso de Otero Velarde), Josefa, Bizenta (que estaba casada con José de Herrera Portilla, gran hacendado natural de Oruña, abogado de los Reales Consejos y que fallecerá en marzo de 1790) y María Argomedo como herederos de su madre.”, la cual se llamada Mª. Antonia Casado Santelizes y que había fallecido el 21 de diciembre de 1766 (fue enterrada en la iglesia de Santa Columba de Quijano (foto 3) en una sepultura junto al altar de San Antonio, según las últimas voluntades de la finada), procediéndose poco tiempo después, el 20 de febrero de 1767, a la repartición de hijuelas entre los los hijos citados. José Joaquín también declara en su testamento haber gastado algunos reales en la carrera militar de su hijo (del tercer matrimonio) José Antonio, dando cuenta asimismo de su avanzada edad y de la de su esposa, hallándose ambos con pocos medios, “para la subsistencia de la manutención”, y reconociendo que su hijo José Antonio (entonces subteniente retirado de la Guardia de Corps y que residía en Arce; Piélagos) les había suministrado ciertas cantidades de dinero, “con lo qual me parece aber remunerado el gasto que con el huve, y ademas me ba manteniendo y cuidando (…) con el cuidado que es propio de un buen hijo y espero de su bondad proseguira hasta la conclusion de mi vida”. Pero será su hijo primogénito Francisco Fernández Argomedo de la Riva, habido con su primera esposa Rosalía de la Riva, quien continuando con la tradición asuma el mayorazgo (continuará).
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(*) AHPC: PN, leg. 988, fols. 22-23.