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Unidas Podemos anticipa su postura final: no aceptarán un "trágala" del PSOE y podrían forzar nuevas elecciones

Además, el partido morado considera que la propuesta que ha enviado esta semana al PSOE, con una serie de propuestas programáticas y otras de 4 fórmulas diferentes para tener 4 asientos en el Consejo de Ministros, es "honesta" y cree que está &q

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Unidas Podemos anticipa su postura final: no aceptarán un "trágala" del PSOE y podrían forzar nuevas elecciones
22-08-2019

Diario Crítico

Según se ha podido conocer a través de una carta enviada a la militanciaPodemosanticipa su postura final en caso de haber un nuevo intento de investidura de Pedro Sánchez: no aceptarán un "trágala" del PSOE y podrían forzar nuevas elecciones si no hay gobierno de coalición, condición sine qua non para dar su apoyo.

Esa carta, que ha trascendido en varios medios de comunicación como la 'SER' o 'eldiario.es', dice cosas a las bases como que "lo que ni nosotras ni ninguna otra formación política puede aceptar es un trágala. La posición de 'o como yo digo, o elecciones' no solo es irresponsable, sino que está llamada al fracaso".

Además, el partido morado considera que la propuesta que ha enviado esta semana al PSOE, con una serie de propuestas programáticas y otras de 4 fórmulas diferentes para tener 4 asientos en el Consejo de Ministros, es "honesta" y cree que está "encaminada a entablar una negociación sistemática".

Recuerda también que los socialistas deben "responder a su militancia" y que ésta ya dijo "con Rivera, no" la misma noche electoral del ya lejano 28 de abril. Por eso, en la carta, comentan que "instamos al PSOE a regresar a la mesa de negociación cuanto antes y, así, concretar un acuerdo de gobierno para la España de los próximos 4 años".

Las posibles fórmulas

En el documento enviado por Podemos se habla de hasta 4 distintas fórmulas de configurar el gobierno de coalición, donde en 2 de ellas se pide el Ministerio de Trabajoy en las otras 2, el de Transición Ecológica, combinando luego el resto de carteras con menor peso, tales como Sanidad, Vivienda, Cultura o Ciencia. En las 4, eso sí, figura la exigencia de ostentar una Vicepresidencia de carácter social, que en teoría estaría representada por Irene Montero, portavoz parlamentaria de Podemos.

Además, Iglesias ha conseguido cerrar todo tipo de disensiones internas en la coalición electoral Unidas Podemos, la que comparte con Izquierda Unida, Equo, los comunes catalanes y los miembros de Podemos en Galicia, ahora llamados 'Galicia en Común'. Todos han acordado no ofrecer fisuras y exigir el gobierno de coalicón como única fórmula válida para apoyar a Sánchez en una investidura.

Hay que recordar que los plazos para evitar unas nuevas elecciones generales se agota: el 23 de septiembre, la presidenta del Congreso tendría que notiricar al Rey la disolución de las Cortes Generales al no haber un gobierno de la naciun formado hasta la fecha. Si se agota el plazo, las elecciones serían el 10 de noviembre, con toda posibildad, habiendo logrado paralizar el país durante unos 6 meses sin Ejecutivo.

IGLESIAS ATA EN CORTO A LOS SUYOS

Esta vez no permitirá divisiones internas ni opiniones divergentes: Pablo Iglesias ha conseguido el compromiso de Alberto Garzón (IU) y de otros socios de Unidas Podemos como Equo para forzar al PSOE a una única vía de negociación: aceptar un gobierno de coalición.

Iglesias no quiere que, a última hora de una posible negociación, como pasó en julio, sus socios se ofrezcan a apoyar la investidura de Pedro Sánchez a cambio sólo de un acuerdo programático, pero sin la entrada de ministros en el Ejecutivo de la nación. Podemos ha hecho durante el verano un frente cerrado en este sentido y están dispuestos a llevar a los españoles a las urnas en otoño sólo porque no aceptarán en ningún caso las 'lentejas' del PSOE: o gobierno monocolor o nada.

Por eso las propuestas de esta semana estuvieron firmadas por la marca Unidas Podemos, en representación de la coalicón completa, donde Podemos es el claro líder, pero debe contar con Izquierda UnidaEquo, los comunes catalanes y los miembros de Podemos en Galicia, ahora llamados 'Galicia en Común' tras el fallido experiento de las Mareas gallegas.

De hecho, IU y Equo hicieron a sus bases su propia consulta. En el primer caso también querían coalición, pero Garzón no la vio vinculante, y Equo aprobó apoyar al PSOE incluso sin entrada en el Gobierno. Por eso Iglesias se puso manos a la obra y ha conseguido que sus socios de marca electoral se comprometan a no ofrecer disensiones en este aspecto: los socialistas no encontrarán apoyos puntuales en las filas de los 42 diputados de Unidas Podemos. Serán 42 votos a favor o 42 abstenciones, pero siempre a cambio de entrar en el Ejecutivo.

Otras visiones internas

Desde Unidas Podemos se reconoce, con la boca pequeña, que hay otras opiniones, que van desde aceptar menos ministerios o incluso no entrar en un gobierno de coalición sólo para evitar la repetición electoral y un avance -o incluso victoria- del frente del centro-derecha, comandado por PP, Ciudadanos, Vox y UPN, puede que también con el apoyo de Coalición Canaria, Foro Asturias...

Sin embargo en el PSOE no mueven ficha: esta ofensiva común de la izquierda no le da miedo y no se mueven en su posición: tras el 25 de julio se acabó la oferta de los ministerios y sólo ponen sobre la mesa un programa común que apoyar y un Ejecutivo socialista, quizás con la entrada de independientes ajenos al PSOE, como única concesión a los de Pablo Iglesias.

Además, los socialistas no quieren entenderse con los emisarios de Podemos: ni Pablo Echenique, ni el propio Iglesias ni tampoco Ione Belarra satisfacen al PSOE como negociadores, y sin embargo aceptan a Garzón como interlocutor más apropiado.

Por parte de Podemos piensan lo mismo: no están nada contentos con las mediaciones de Carmen Calvo, a quien consideran intratable, soberbia e incluso tergiversadora, como ocurrió con el incidente del famoso documento alterado que salió supuestamente de Vicepresidencia durante las pasadas negociaciones. Reclaman a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, o si acaso a la portavoz parlamentaria Adriana Lastra, como mediadoras más adecuadas.

No es un secreto que en las anteriores negociaciones, Montero y Garzón, ambos andaluces, fueron los que dieron un paso adelante a última hora para intentar lograr un acuerdo, pero ninguno será principal en estas nuevas mediaciones.