Diario Digital controlado por OJD

LA GIMNÁSTICA EN LA ENCRUCIJADA

Por Joaquín Díaz Rodríguez

Enviar a un amigo

La Gimnástica está en horas bajas. Sufre una de las cíclicas crisis económicas que han marcado su centenaria historia. La institución que ha representado a la ciudad deportivamente durante un siglo pasa uno de los peores momentos de su larga trayectoria. Es verdad que la ciudad, en la última parte del siglo pasado, ha tenido otros representantes deportivos fuera de nuestras fronteras regionales, pero ninguno con tanta repercusión social y tanta trascendencia mediática como la Gimnástica, si exceptuamos la mejor época del equipo de voleibol y el breve tiempo del SAB en la máxima categoría nacional (ACB). Sus orígenes fueron nobles y trascendentes. El equipo unió, como nunca se había conocido, a toda la sociedad, a todos los estamentos locales. Los torrelaveguenses se sentían orgullosos de sus colores y vibraban con sus triunfos y sufrían con sus derrotas.

La Gimnástica va mal, Torrelavega va mal. Torrelavega va mal, la Gimnástica va mal. Los problemas que acusa la ciudad: crisis económica, falta de compromiso y de cohesión social, pérdida de protagonismo político y social en la región... repercuten directamente en la situación del equipo torrelaveguense, que se encuentra ahora muy cerca de su desaparición.

El club no resiste, no se adapta a los nuevos tiempos, a las nuevas realidades deportivas, administrativas y políticas. El ir y venir de presidentes y de juntas es incesante en los últimos años, pero ninguna es capaz de enderezar el rumbo del club. La situación económica, siendo mala, no es la peor de las complicaciones de la entidad. Al menos no es peor que la de otros muchos equipos de futbol de categoría regional y nacional. La verdadera circunstancia grave es, a mi juicio, la falta de identificación de una parte significativa de la sociedad torrelaveguense que está alejada del club y del equipo de sus antepasados. A pesar de esto, y de estar en una categoría deportiva regional, la Gimnástica sigue siendo la entidad deportiva con mayor número de socios de la ciudad y de la comarca. El único evento en la ciudad y en la comarca que es capaz de reunir cada quince días a más de mil seguidores en su nuevo campo. El club de futbol que cuenta con mayor número de equipos en categorías inferiores de la región. Los colores y el equipo más conocido en el espacio futbolístico y deportivo en el Estado español y fuera de él.

Con todos estas fortalezas y otras muchas como son la larga lista de jugadores importantes que han vestido de blanquiazul, una historia emocional unida a la ciudad y a sus instituciones, una buena imagen en el mundo futbolístico nacional, la cantidad de personas que, sin ser socios, se interesan por el devenir del equipo, el flamante campo recién estrenado, la cantidad de niños que forman sus equipos de categorías inferiores... ¿Por qué la Gimnástica, entonces, está en esa penosa situación? Ya he apuntado algunos motivos, pero quiero destacar como principal la falta de identificación con el club de las nuevas generaciones de torrelaveguenses que, quizá por desconocimiento de su pasado jalonado de algunas importantes gestas deportivas, de los grandes jugadores que en ella han jugado y de su historia, nunca se han acercado a la Gimnástica.

En las actuales circunstancias históricas y sociales, de globalización cultural y medios de comunicación de masas, las identidades locales tradicionales se perciben cada día más difusas. Sin embargo, son esas identidades pequeñas las que hacen la existencia más significativa. Los lenguajes compartidos y las experiencias comunes de vecindad –ir al Malecón, identificarte con tus vecinos de grada, conocer a los futbolistas, comentar el partido en la Peña Bolística o el Chema...- logran un enriquecimiento vital que no se puede cuantificar, pero que forma parte de las cosas más importantes de la vida. En esta época en la que todo tiene un valor económico hay que rebelarse y mirar hacia aquello que nos convierte en vecinos y habitantes de nuestra ciudad. Uno de los valores fundamentales y permanentes, como el Dobra, es la Gimnástica.

En segundo lugar, en mi opinión, se encuentra la falta de apoyos mediáticos, de los medios de comunicación de masas regionales, que, si bien nunca han sido generosos con el equipo torrelaveguense, en los últimos tiempos han apostado de una manera rotunda y desproporcionada por el otro equipo centenario de la región. En este sentido, la desaparición de programas de radio locales que dedicaban un espacio muy significativo al deporte local y que han sido sustituidos por la emisión directa desde Santander (y un breve espacio dos días a la semana a la actualidad deportiva de Torrelavega), unida a la ya larga ausencia de prensa escrita torrelaveguense, convierten este problema en uno aún mayor. La ausencia de medios de comunicación que dediquen tiempo al club ensancha de forma notable la quiebra existente entre la institución de la Gimnástica y la sociedad.

En tercer lugar, a mi juicio, está que la Gimnástica en los últimos tiempos ha carecido del apoyo económico de las empresas y comercio de la ciudad. El comercio local, es cierto, siempre ha estado cerca y apoyando a la Gimnástica en los peores momentos, pero la crisis que sufre no le permite en la actualidad grandes dispendios y apoyos. El de la industria es otro asunto. Las grandes empresas ubicadas en la ciudad y la comarca nunca ayudaron significativamente al equipo al equipo. Siempre le dieron la espalda y sólo las pequeñas y medianas empresas familiares aportaron  fondos y fueron patrocinadores efectivos del equipo. También la situación actual no favorece que esos patrocinios sean lo cuantiosos que serían de desear.

En cuarto lugar, me gustaría destacar como otra de las causas de la situación actual, la inadecuada gestión deportiva del equipo. Jugadores y entrenadores con fichas imposibles de soportar por una economía agonizante que llevó a las directivas a acumular pérdidas y que siempre acababan con la denuncia de los protagonistas por impagos. Esta cuestión fue la que ocasionó que la temporada pasada el  equipo fuera castigado con el descenso deportivo por razones administrativas.

¿Se logrará remontar la situación? El próximo martes se producirá la dimisión de la disminuida junta directiva y se prevé que se haga cargo del club una junta gestora que será la encargada de convocar elecciones. ¿Habrá algún candidato que pueda formar una junta directiva que haga frente a los graves problemas y sea capaz de afrontar un nuevo tiempo para la Gimnástica? Tengo muchas dudas. Espero con todo mi corazón que así sea.

Es necesaria una junta directiva seria, convincente y consciente de a lo que se enfrenta. Se precisa de directivos que se sientan orgullosos de la historia del club, de lo que representa para esta ciudad y para esta región. Creo que es fundamental que sepan gestionar todas las necesidades actuales del club: económicas, deportivas, sociales e institucionales. Un presidente y unos directivos con capacidad de entusiasmar a los torrelaveguenses que ahora están alejados del equipo, y de reclamar paciencia a los socios actuales con un proyecto deportivo de futuro. Con capacidad de comunicación y habilidades sociales.

Si aparecen, la Gimnástica podrá remontar su vuelo como tantas veces hizo. Si no aparecen, el futuro es muy incierto. El final puede estar cerca.


www.grupoquercus.com

Otros artículos: