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¿DONDE ESTÁ LA MINISTRA DE SANIDAD, ANA MATO?

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MUCHOS SE PREGUNTAN DONDE ESTÁ LA MINISTRA ANA MATO en unas circunstancias como las presentes, más aún si la muerte del religioso ha provocado sorpresa y temor en la ciudadanía española. El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha negado que la ministra, Ana Mato, esté «desaparecida en la playa», como ha sugerido Facua este martes, y ha asegurado que está coordinando todo el caso del sacerdote Miguel Pajares, fallecido este martes por el virus del ébola.

De esta forma, fuentes del departamento que dirige Mato han respondido al portavoz de Facua-Consumidores en Acción, Rubén Sánchez, quien ha calificado de «inaceptable» que la ministra se encuentre «desaparecida en la playa» mientras la «alarma» del virus ébola ha conllevado el fallecimiento de Pajares.

«Es falso. Mato está absolutamente pendiente de todo y en permanente contacto con la Consejería de Salud madrileña, que son ellos los que tienen las competencias para tratar este caso. No obstante, la ministra ha coordinado todo el operativo para repatriar al paciente y está también en contacto con autoridades de la Organización Mundial de la Salud», han recalcado.

Los reyes envían sus condolencias

El rey Felipe VI y la reina Letizia, así como los reyes Juan Carlos y Sofía, han enviado sendos mensajes de condolencia por la muerte del sacerdote Miguel Pajares al superior de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD), según ha indicado la Casa Real.

18 AÑOS EN MISIONES

Miguel Pajares, el religioso español cuya labor ha sido conocida tras ser infectado por el virus del Ébola y ser repatriado a España, estudió Enfermería antes de ordenarse sacerdote y durante 18 años trabajó en misiones en países, como Irlanda, Ghana o Liberia.

En Liberia pasó los últimos siete años de su vida, trabajando en el hospital San José de Monrovia, donde el pasado día 2 había muerto de ébola su director, el hermano Patrick Nshamdzea, a quien había cuidado.

De 75 años, Pajares, el mediano de cinco hermanos, nació en La Iglesuela, una pequeña localidad de apenas 500 habitantes al noroeste de la provincia de Toledo y que había visitado por última vez el pasado junio. A su pueblo tenía previsto volver a finales de este mes o a principios de septiembre. Su idea era regresar por esas fechas a España para quedarse donde le destinaran y continuar su labor.

Era miembro de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD) desde los 12 años y quienes le conocen no escatiman elogios sobre él. "Ha ayudado siempre a los demás", son algunas de las palabras que le siguen dedicando sus paisanos.

Tres días después de la muerte de Nshamdzea, los análisis confirmaron los peores presagios: Pajares también había resultado infectado.

Deseo de volver a España

El religioso manifestó su deseo de regresar a España para recibir una atención sanitaria adecuada: "Me gustaría porque tenemos muy mala experiencia con lo que ha sucedido aquí. Aquí estamos abandonados y no nos satisfacen. Queremos ir a España y que nos traten como a personas, como Dios manda", afirmó Pajares.

Con voz muy débil y entrecortada, el religioso mostraba su deseo de ser trasladado a España, dado que se encontraba "francamente mal" y era "incapaz de levantar cabeza".

A primera hora de la mañana del día 7, el sacerdote, el primer europeo en contraer la enfermedad, llegó a España en un avión del Ejército del Aire que aterrizó en la base aérea de Torrejón de Ardoz a primera hora de la mañana. Fue trasladado al hospital Carlos III de Madrid, junto a la monja de origen guineano y pasaporte español, Juliana Bohi, que pese a no estar contagiada fue trasladada con las mismas medidas de aislamiento.

Aislado en una planta

Los dos pacientes fueron conducidos a un edificio del complejo en la planta sexta del centro, completamente aislados, asistidos y controlados por dos médicos internistas e intensivistas, cuatro enfermeras y cuatro auxiliares por turno, y el correspondiente personal de apoyo.

El sacerdote presentaba en un principio una "situación clínica estable", según indicaba el primer informe médico facilitado tras su llegada al Carlos III, y la religiosa se encontraba en "muy buen estado general".

La estabilidad en el estado del religioso ha sido la tónica en los últimos días, lo que había sido interpretado por parte de la familia de Miguel como un paso adelante en su lucha contra el ébola. Los familiares estaban esperanzados en que el tratamiento experimental que le estaba siendo suministrado desde el pasado sábado conseguiría resultados positivos.

 

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