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MIGUEL ÁNGEL REVILLA, SEGUNDA PARTE

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Este martes, en la sede del  Parlamento,  jura su cargo Miguel Ángel Revilla Roiz como nuevo presidente de Cantabria, cargo que ya desempeñó en dos legislaturas (2003-2011). Y lo hace una vez que se conoce su Gobierno y se cae en los mismos errores que en su mandato anterior que el PSOE –fuerza política que a pesar de contar con solo cinco escaños ha incrementado su poder- cuando este partido actuó como un gobierno dentro del Gobierno estatutario que faculta al presidente para nombrar y separar los consejeros, por citar un ejemplo de sus competencias.

Si bien entendemos que estamos ante un Gobierno de coalición y que cada parte puede nombrar a los consejeros resultado del pacto político alcanzado, sin embargo nos parece un error –que, por cierto, se repite- que la líder regional del PSOE anunciara los consejeros de su partido poco tiempo después de concluir la reunión del órgano competente de su partido. Y esta actitud no es, desde luego, estatutaria, ni responde a criterios de responsabilidad política. Está bien que decida el PSOE quienes serán sus consejeros en el Ejecutivo, pero la comunicación oficial y pública corresponde en exclusiva al presidente de la Comunidad Autónoma y al decreto que el Estatuto y las leyes le atribuyen como de exclusiva competencia.

Sin embargo, se ha hecho como ocurrió en 2003 y en 2007 que la parte menor –nos referimos a los partidos y a lo que aportan en escaños- del Gobierno que se coaliga, difunde los nombres de sus consejeros sin respetar que es una competencia del Presidente de la Comunidad Autónoma. Precisamente el Gobierno PRC-PSOE perdió las elecciones en 2011 porque una parte importante de la ciudadanía llegó a la conclusión de que existían dos gobiernos diferentes, aunque el Presidente solo fuera uno. El PSOE funcionó como si se tratara de un “corralito” y dicha forma de actuar violenta el Estatuto de Autonomía en cuanto al poder ejecutivo se refiere.

Estamos hablando de formas, que en estos casos son importantes. Y malo es comenzar con los mismos errores. Por ello, consideramos que el presidente que jura su cargo este martes debe esforzarse en controlar el Ejecutivo desde el primer día, intentando que no se proyecten dos gobiernos distintos, dos modelos diferentes, dos autoridades que no es posible asumir de acuerdo con el Estatuto de Autonomía.  

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