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HOSPITAL VALDECILLA, CUESTIÓN NACIONAL

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LA ELIMINACIÓN en el proyecto de Presupuestos de la partida de 28 millones de euros para Valdecilla parece, a simple vista, el hecho más condenable del proyecto de presupuestos que el Gobierno Rajoy ha presentado en el Congreso de los Diputados.

Se trata de una acción reprobable ya que priva al centro hospitalario de Cantabria –que es parte del Estado según el Estatuto de Autonomia- de una aportación estatal necesaria para su modernización y puesta a punto después del desplome de parte de una fachada de 11 plantas del bloque de traumatología. Aquella tragedia ocurrida en noviembre de 1999 provocó la muerte de cuatro personas empleadas del centro hospitalario: Julia Hazas, subdirectora médica; el celador Karim Khan Alí Alkaon; el ingeniero técnico Manuel Menezo Setién y la secretaria de dirección, Isabel Ortega.

El que todas las fuerzas políticas –a excepción del PP- reclamen esa aportación es cosa lógica. Valdecilla representa mucho para los cántabros, al margen de quien gobierne. Hacen mal los populares en esconder la cabeza y callar, cuando podrían recuperar cierta capacidad reivindicativa planteando, de inmediato, a través de sus diputados una enmienda presupuestaria que restablezca la partida de 28 millones de euros.

Por su parte, el Gobierno de Cantabria a través de la Consejería de Sanidad debería iniciar ya un intento de negociación con el Ministerio competente a los efectos de restablecer la normalidad, incorporando dicha partida a la futura ley presupuestaria para 2016. Hace mal el Gobierno de Rajoy de ignorar sus promesas a este respecto, más después de cumplir con las aportaciones previstas en años anteriores.

Hay que recordar que el 24 de abril de 2014 el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acudió a Santander para suscribir con el presidente cántabro, Ignacio Diego, el acuerdo para la concesión de una partida de 28 millones de euros por parte del Estado para financiar las obras del Hospital de Valdecilla de Santander. La partida –según se explicó- sirvió para financiar inversiones ya pagadas por Cantabria y que no se abonaron con el anterior convenio que se firmó con el Estado, por valor de más de 200 millones, para dar cobertura a las obras de Valdecilla en 2002-2007, pues en ese periodo los trabajos no se terminaron.

El objetivo del año pasado, como del actual, es el de garantizar la continuidad del hospital universitario como "centro de referencia" del Sistema Nacional de Salud, para que pueda mantener e incrementar en el futuro "su alto nivel de actualización asistencial, docente, científica y tecnológica".

En definitiva, Cantabria y el Estado  a través del actual Ejecutivo, deben retomar las conversaciones para que en el proceso de enmiendas se busque una alternativa positiva para los intereses de los cántabros, especialmente representados en Valdecilla. De lo contrario, podría afirmarse que los cántabros hemos sido especialmente castigados por el partido que gobierna en Madrid.

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