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LA CAIDA DE MARTA PASCAL, NUEVO RIESGO PARA SÁNCHEZ

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Los triunfos de Pablo Casado en el congreso del PP y de Carles Puigdemont en la asamblea del PDECat representan para el Gobierno y para el PSOE de Pedro Sánchez un poco de arena pero, sobre todo, mucha cal.

Y es que, para empezar, que Puigdemont imponga definitivamente su hoja de ruta frente a la estrategia de Marta Pascal en el PDECat supone una muy mala noticia para Sánchez. “Se anuncian tormentas para el Gobierno”, alertan fuentes gubernamentales y de Ferraz. En la Moncloa advierten que, con la primera reunión entre Sánchez y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, se abrió “un proceso de diálogo ilusionante”, también para el PDECat, que ahora Puigdemont podría dinamitar. “Si el expresidente emprende una política de confrontación, puede ser muy perjudicial para el camino de diálogo que se acaba de abrir y que aún no está bien asentado”, temen fuentes gubernamentales. “Cualquier movimiento en contra de ese incipiente diálogo provocará que en lugar de avanzar haya un retroceso”, alertan. Aunque en la Moncloa aseguran que mantendrán el rumbo previsto: “El objetivo debe ser seguir hablando, y no poner piedras en el camino”.

Los asesores de Sánchez consideran en todo caso que si el expresidente de la Generalitat opta por una política de confrontación contra el Ejecutivo central “será la demostración de que Puigdemont vive mejor contra Mariano Rajoy, y de que prefiere tener una postura intransigente enfrente para crecer en su propia intransigencia”. No obstante, en la Moncloa aún confían en que Puigdemont distinga entre los discursos y la acción política.

Otros dirigentes socialistas advierten también de que, con el triunfo de la “línea dura” de Puigdemont sobre la estrategia “posibilista y pragmática” que atribuían a Pascal y a la dirección del PDECat en el Congreso de los Diputados, las tormentas descargarán sobre todo en el bloque independentista en Catalunya, dividiéndolo aún más. Y apelan a que ERC –quién se lo iba a imaginar, hace muy pocos años– se imponga para no imposibilitar todo acuerdo en Madrid.

Ahora bien, en el PSOE son muy conscientes de que en la precaria situación de minoría parlamentaria de Sánchez, los ocho escaños del PDECat son imprescindibles para cualquier iniciativa que el Gobierno socialista necesite convalidar o sacar adelante en el Congreso.

Lo único positivo de las novedades políticas de este fin de semana, según coinciden todos en el Gobierno y en el PSOE, es que la victoria de Pablo Casado sobre Soraya Sáenz de Santamaría beneficia electoralmente a los socialistas. “¡Sin duda!”, celebran dirigentes de Ferraz.

Creen así que un PP “más radicalizado y extremista”, dirigido por Casado, “polarizará el debate”. “Nos beneficia electoralmente porque cuanto más a la derecha se sitúe el PP más espacio nos dejará a nosotros en el centro”, resalta un dirigente territorial socialista. En el Gobierno incluso sorprendieron los primeros discursos del nuevo presidente del PP: “Que un líder político empiece su mandato anunciando que recortará derechos civiles, como en el tema del aborto, es llamativo. Supone un paso atrás, a unas ideas conservadoras que la sociedad española ya ha superado”.

Ahora bien, tampoco son buenas noticias para el Gobierno que el PP, en esta nueva época, vaya a rechazar todo posible entendimiento. “No es esperanzador –admiten en la Moncloa–, pero hay que esperar más responsabilidad y que el PP participe de las soluciones y no se convierta en parte de los problemas. Este país necesita diálogo”. El primer test para este nuevo PP será la posición que adopte ante los objetivos de déficit y de deuda pública para el 2019, que no saldrán adelante sin su visto bueno en el Senado. Y ya la posición de las comunidades autónomas gobernadas por el PP en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), votando en contra de dichos objetivos, es un muy mal augurio para el Gobierno.

Y en el PSOE también alertan de los riesgos que se avecinan: “Será preocupante que la oposición se convierta en una competición de crispación entre Pablo Casado y Albert Rivera, por ejemplo ante la situación de Catalunya o los presos de ETA”, alerta un dirigente territorial socialista.

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