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El socialismo en Torrelavega y el futuro de Blanca Rosa Gómez Morante

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LA NOTICIA DESVELADA por El Mundo-Cantabria sobre la inminente expulsión de Blanca Rosa Gómez Morante de las filas del PSOE, representa un paso más en la estrategia de la cúpula de este partido de apartar para siempre a la ex-alcaldesa, que siempre fue crítica con los pactos promovidos por el PSOE en los últimos años, primero con Dolores Gorostiaga en la secretaría general y ahora Rosa Eva Díaz Tezanos. Viene a representar la acción de los partidos tradicionales de extirpar cualquier opinión contraria y, a la vez, alternativas a la dirección, que en los últimos tiempos se vienen convirtiendo más en concesionarios de poder a políticos de confianza y probada lealtad que en entes vivos y democráticos en su interior.

No sabemos si el PSOE en Cantabria ha valorado convenientemente las repercusiones que tendría esta expulsión, más si tenemos en cuenta que Blanca Rosa Gómez Morante ha sido alcaldesa de la ciudad a lo largo de casi catorce años. Aunque la alcaldía de la ciudad haya sido recuperada por el Partido Socialista a través de una censura que cuenta con amplio rechazo ciudadano, es muy difícil que el PSOE escape a la orfandad a la que se verá sometido si Gómez Morante es finalmente expulsada. A la alcaldesa y secretaria general de los socialistas de Torrelavega, le queda un largo trayecto para demostrar si es flor de un día o una gobernante creíble. Por el momento, ha entrado por la puerta falsa y, además, su larga etapa de concejal de ocho o diez años –incluso en tareas de gobierno con Blanca Rosa- no proyectó luz alguna sobre su gestión. Pero habrá que esperar varios meses para saber si sale adelante o naufraga.

El PSOE local antes de la censura estaba en una caída electoral continuada. No se daban más allá de cinco o seis concejales, sobre todo a raíz de que Blanca Rosa informara que no encabezaría en 2015 la lista electoral del PSOE. Esta caída puede pararse e intentar remontar una grave circunstancia, o mantenerse. A nivel regional se pensaba que el suelo del partido nunca sería de siete diputados, pero lo fue. Lo mismo puede ocurrir con el PSOE torrelaveguense que podría quedar por debajo de los siete concejales obtenidos por Manuel Teira en las elecciones de 1979, las primeras de la democracia.

Pero volviendo al caso que nos ocupa, la expulsión de Blanca Rosa significaría la voracidad del partido por echar de sus filas a personas que generan liderazgo o son incómodas por expresar sus opiniones, lo que también ocurre en otros partidos tradicionales. LA exalcaldesa en los últimos años se había mostrado muy crítica con los pactos con el PRC, la llegada al partido de ex-comunistas como Ángel Agudo –actualmente imputado por la justicia- o ciertas corrupciones en el área de Gorostiaga por donde pululaban Egusquiza, Blanco, Del Olmo, etcétera.

Traicionada por algunos de los suyos –que como el en caso de la alcaldesa aupó con sus votos a la secretaría general local o concejales que ella misma incorporó a la lista de 2011- Gómez Morante una vez sea expulsada deberá decidir sobre su futuro político o marcharse a casa. Son dos puertas que tiene abiertas. Si opta por ir con Rosa Díez, su resultado no sería en ningún modo espectacular, pero si cabalga con una candidatura independiente de los partidos con personas de todo el espectro, conocidas y reconocidas en sus ámbitos profesionales, el daño electoral que puede hacer al PP, PSOE e, incluso, al PRC –que tiene desencantados- podría ser un tsunami. Pero todo esto especular en sintonía con lo que ahora mismo se opina en la calle.

Veremos que ocurre. Y, sobre todo, que pasos seguirá la exalcaldesa si, finalmente, optara por ir a las elecciones de 2015. Con la ira acumulada de muchos ciudadanos hacia los partidos políticos, una lista de independientes podría dar un vuelco en una ciudad que, precisamente, busca un vuelco en su situación de agonía.

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