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Barcelona rechaza que Cantabria y Comillas "adopten" la estatua de Antonio López

La fiesta organizada por el Ayuntamiento para desmontar la estatua, con una chocolatada y actuaciones de circo, costó el Consistorio presidido por Ada Coalu 41.500 euros.

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Barcelona rechaza que Cantabria y Comillas "adopten" la estatua de Antonio López
10-03-2018

EL AYUNTAMIENTO DE BARCELONA que preside Ada Colau ha anunciado que no se desprenderá de la estatua de Antonio López, primer Marqués de Comillas, que fue retirada el pasado domingo de una plaza de la ciudad condal. De esta manera, el Consistorio barcelonés reacciona a los deseos de Cantabria,
que pidió adoptar la estatua de Antonio López. El Ayuntamiento nunca se ha planteado desprenderse del monumento que en el siglo XIX fue levantado en honor del empresario cántabro y mecenas de numerosas obras culturales de Cataluña, según ha informado el diario La Vanguardia en su edición de hoy sábado.

Ante esta actitud -que era la esperada- Antonio Lopez se queda en el almacén del Museu d’Història de Barcelona (Muhba) en la Zona Franca. Según el Ayuntamiento, este es el lugar “donde esta figura histórica se puede explicar mejor, de forma contextualizada, crítica, con rigor y pedagogía”.

Informa el diario catalán que Antonio López (1817-1883), primer marqués de Comillas, nació en una familia muy humilde de esta localidad cántabra, emigrando a Cuba. Años después se instaló como un indiano poderoso en Catalunya, donde acrecentó su fortuna. Algunos historiadores creen que se enriqueció con el tráfico de esclavos. También hay quienes prefieren recordar su faceta posterior de filántropo, y niegan que haya pruebas de que fuera un negrero, como sí lo fueron los antepasados de muchas familias de la burguesía catalana.

La estatua, dice el comisionado de Memoria, Ricard Vinyes, ha abandonado el espacio público y ha entrado en el museo. Pero el patio donde se halla, junto a un Franco descabezado y una escultura que exaltaba la sublevación fascista de 1936, no es un museo. A pesar de las miles de piezas que atesora, el centro de colecciones del Muhba no está abierto al público. Por razones de seguridad, el edificio tiene vigilancia permanente y ni siquiera está rotulado.

Pero aquí, dice el Ayuntamiento, “se documentan, protegen y contextualizan” restos de la historia de todas las Barcelonas, desde el Neolítico al letrero de neón de Vinçon o los peluches de los altares a raíz de los atentados del 17 de agosto. Y, aunque estos tesoros sean de acceso restringido, “están disponibles para estudios o investigaciones”.

UNA FIESTA QUE COSTÓ 40.000 EUROS.

La figura de Antonio López, del escultor Frederic Marés, fue retirada el domingo de su emplazamiento al final de la Via Laietana. El “vuelo” de la estatua –así calificaron los organizadores del acto el traslado de la obra desde su peana al camión que se la llevó a la Zona Franca– fue amenizado por Els Comediants. Las actuaciones de circo, musicales y humorísticas de la fiesta costaron 40.000 euros. También hubo una chocolatada popular, que costó 1.500 euros más, según las cuentas municipales. Estas cifras no incluyen conceptos como la reubicación material de la estatua ni el alquiler de la grúa de la constructora OIC-Penta, que colabora habitualmente con el Ayuntamiento. La inmensa base de la escultura también se desmontará y se llevará total o parcialmente a la Zona Franca, pero todavía no hay fechas para la operación porque es mucho más complicada y exige el concurso de otras concejalías, como la de Urbanismo.

En la peana lucen todavía varias inscripciones, entre ellas una placa de mármol con el telegrama de condolencias que Alfonso XII envió a la familia del “gran naviero, senador vitalicio y primer marqués de Comillas”. España, decía el rey, “ha perdido a uno de los hombres que más grandes servicios le ha prestado”. El Ayuntamiento considera, sin embargo, que sobre todo prestó grandes servicios a su propio bolsillo, tanto con un tráfico inhumano como con la creación del Círculo Hispano Ultramarino, nacido en 1871 “para la defensa del statu quo colonial basado en el trabajo esclavo en Cuba y Puerto Rico”.

De las críticas más denigrantes a la hagiografía, hay tres caminos para acercarse al personaje. Fue un negrero. No lo fue. O quizá sí, pero ante todo se trató de un mecenas de las artes y la cultura, que “contribuyó al embellecimiento y al desarrollo cultural de Barcelona”. María Teresa Noceda, la alcaldesa de Comillas, representa esta tercera vía. La alcaldesa sostiene incluso que Antonio López no cometió ilegalidad alguna, porque “vivió en una época en que se permitía la esclavitud”.