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El proyecto de autovía Aguilar-Burgos está aprobado y parado desde hace 5 años

El 11 de febrero de 2010 se publicaba en el Boletín Oficial del Estado la aprobación del proyecto para convertir en autovía el tramo Montorio-Santa Cruz del Tozo, en el que ayer se produjo el terrible accidente mortal.

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05-01-2015

 El 11 de febrero de 2010 se publicaba en el Boletín Oficial del Estado la aprobación del proyecto para convertir en autovía el tramo Montorio-Santa Cruz del Tozo, en el que ayer se produjo el terrible accidente mortal. Cinco años después, ese documento sigue guardado en un cajón del Ministerio de Fomento a la espera de que se liciten las obras, cuyo coste se calcula en unos 90 millones de euros.
Será, al menos sobre el papel, el tramo más caro de la autovía A-73, que tendrá cuando se complete un total de 74 kilómetros. El primero y hasta la fecha único en funcionamiento, de 9 kilómetros entre la circunvalación de Burgos y Quintanaortuño, costó 48 millones, según explicó la ministra de Fomento, Ana Pastor, en su inauguración, el 13 de junio de 2013. En aquel acto se limitó a expresar el «compromiso» del Gobierno central con esta infraestructura pero evitó dar fechas para el resto de los tramos y se limitó a supeditarlos a la «disponibilidad presupuestaria».
Quedan otros 3 tramos de la Nacional 627 por desdoblar en la provincia de Burgos: Quintanaortuño-Montorio; Montorio-Santa Cruz del Tozo y Santa Cruz-Pedrosa de Valdelucio. Pero los Presupuestos del Estado para 2015 no incluyen partida específica para ninguno de ellos, ‘olvido’ que recientemente lamentaba públicamente el alcalde de la capital, Javier Lacalle.
El más complejo de ejecutar es el que lleva desde Quintanaortuño hasta Montorio, ya que debe superar la zona de Ubierna. El proyecto se encuentra aún en fase de redacción, al menos oficialmente, pese a que esta fue adjudicada en septiembre de 2008 por 1,22 millones. Seis años y medio después, ninguna noticia se tiene.
Concluido sobre plano está el trazado del tercer tramo que resta, Santa Cruz del Tozo-Pedrosa de Valdelucio, aprobado también en febrero de 2010 y de cuyas obras tampoco se sabe nada.
La única inversión prevista en esta vía en 2015 se anunció precisamente el sábado. El BOE publicó la licitación de las operaciones de conservación y mantenimiento de la Burgos-Aguilar, tanto la N-627 como la A-73 (en construcción, asegura el boletín), junto a la otra carretera que lleva hacia Santander, la N-623. El contrato de oferta por casi 9 millones de euros y 3 años de plazo.

UN HECHO TRÁGICO aconteció ayer en la Nacional 627 se cobró ayer las dos primeras víctimas mortales del año en las carreteras de la provincia. Dos magrebíes de 34 y 39 años, vecinos de Burgos capital, que viajaban en un turismo con más de 20 años de antigüedad, fallecieron al ser literalmente engullidos por un camión que circulaba hacia Cantabria cargado de paja. La brutal colisión se produjo a las 12.40 horas de ayer, en el término municipal de Quintana del Pino, según informa El Diario de Burgos.


Todo apunta a que el conductor del automóvil perdió el control a la salida de una curva, dirección Burgos, posiblemente por un exceso de velocidad, y se fue dando bandazos hacia el lado izquierdo hasta chocar con el guardarraíl y quedar en mitad del carril por el que en ese momento se aproximaba un camión. El transportista -domiciliado en la localidad cántabra de Tanos- que viajaba acompañado por un familiar, intentó esquivarlo con un volantazo que terminó de encajar al coche entre los bajos de la cabeza tractora, las dos ruedas delanteras y el quitamiedos de la nacional.
El Servicio de Emergencias 112 Castilla y León recibió el aviso a las 12.46 horas. Cuando los equipos de rescate llegaron hasta el kilómetro  35 de la carretera de Aguilar se encontraron una escena dantesca. Lo primero que hicieron fue cercionarse de que no había más pasajeros que los ocupantes de los dos asientos delanteros del turismo, por los que nada pudieron hacer los sanitarios de Sacyl salvo certificar su fallecimiento.
Constantado ese extremo, comenzó la operación para recuperar los cuerpos, en la que la dotación de bomberos delParque de Burgos tuvo que emplear grandes dosis de pericia y paciencia.Ante la imposibilidad de extraer el habitáculo del coche de una sola vez, los profesionales optaron por retirar prácticamente pieza a pieza.
Les llevó casi dos 2 horas completar la tarea y poder liberar los cadáveres, para que se hiciera cargo de ellos el servicio forense de la Funeraria San José. Testigos presenciales aseguran que resultaba imposible determinar quién conducía, por cuanto los asientos se habían mezclado con el amasijo de hierros.De hecho, ni siquiera encontraron durante el rescate el volante del turismo.
Por contra, el motor salió disparado hacia la parte trasera del camión y quedó junto a una rueda.También el depósito de gasolina, una pieza muy larga y estrecha del vehículo. Los fallecidos habían parado a repostar hacía pocos kilómetros, porque estaba prácticamente lleno. Vecinos de la zona acudieron con unas garrafas para evitar que el combustible se perdiese o se vertiera al suelo y contaminara al terreno.Llenaron dos de 25 litros.

EN UNA CASA DE ACOGIDA

La actuación de los agentes delSubsector de Tráfico evitó el corte de la circulación, ya que mientras bomberos y sanitarios trabajaban en el carril izquierdo la GuardiaCivil daba paso por el derecho. Además, Atestados requirió la colaboración de la Policía Local de Burgos para identificar a una de las víctimas, puesto que solo lograron encontrar la documentación de su compañero de viaje. A media tarde, pudieron confirmar  que ambos estaban en una casa de acogida de una comunidad religiosa de Burgos capital. Los fallecidos han sido identificados como C.C., de 39 años, y A. B., de 34.

Foto. El Diario de Burgos.