Por favor, utilicen dinero físico


Por Alfonso del Amo
Cualquier ciudadano decente sabe que lo primero es desconfiar del gobierno.
Los gobiernos cada vez que actúan siempre ocurren dos cosas : nos cuesta libertad y nos cuesta dinero. Nos cuesta libertad porque imponen normas que acotan, obligan a los ciudadanos y empresas en lo que hasta ese instante estaba ajeno y moviéndose a su libre albedrío. También, inherente a las actuaciones gubernamentales es unir una tasa o un impuesto a todo lo que se mueve.
Llevamos tiempo viendo cómo los gobiernos están promocionando por tierra, mar y aire el empleo del dinero de plástico empeñados en que dejemos de utilizar el dinero físico. Nuestro dinero.
Esta decisión política no tiene nada de inocente o de decisión «técnica», la utilización única del «dinero de plástico» por parte de los ciudadanos es objetivo final de todo ello, convertir el dinero en meros apuntes contables sin necesidad alguna de respaldo real convirtiendo así el sueño húmedo de los gobiernos, poder endeudarse sin límite alguno, al mismo tiempo que convertido en mera contabilidad aumentar en dinero en circulación todo lo que políticamente les pueda convenir.
En definitiva, hacer de la economía real, la de los autónomos y. empresas en una mentira sometida a la voluntad política de los gobiernos, acabando con la certidumbre de saber que dinero tiene la gente y lo peor que no se pueda manejar este al antojo que da su propiedad.
A esta batalla se ha sumado oportunamente el Banco Central Europeo proponiendo instaurar el «Euro digital», pero si algo acaba de erizar la espalda es ver como la inane Christine Lagarde se ha agregado a la amenaza diciendo que el Euro digital «se almacenaría en un monedero digital», lo que permitiría hacer todos los pagos cotidianos, aunque eso si, no ocultan para nada que se podrían poner límites a las cantidades a utilizar, es decir, el ansia de todo estadista emboscado, con el dinero digital los gobiernos están en posición perfecta para fijar topes, restringir el acceso al dinero propio, en definitiva, dejaríamos de ser los dueños, propósito de los meandros que pululan por la burocracia bruselense para controlar nuestras vidas, objetivo al que se han sumado enfervorizados los gobiernos de diferentes países de la Unión Europea incluida Von der Leyen con la fruición que es capaz un político democristiano.
No podednos ceder, la eliminación del dinero físico es de facto el final de los libertades individuales, pues llegados a ese supuesto habremos perdido nuestra privacidad, el Estado sabrá todo lo que pagamos, dónde , cuándo. Da escalofrío pensar lo que serían capaces de hacer con nuestras cuentas de gasto en sus manos. Se les imaginan sabiendo lo que comemos, donde vamos de viaje, los libros que compramos o si hemos adquirido un regalo para Mari Chus …?
El Estado que no tiene suficiente con reventarnos a impuestos, controlar nuestra vejez mediante un sistema inicuo y nuestra salud obligándonos a pagar un entramado sanitario que no hemos podido elegir quiere más, mucho más, quiere controlarlo todo, hasta que no podamos manejar nuestro dinero físico en el mercado, el ámbito donde los ciudadanos en el ejercicio libérrima voluntad dejamos patentes nuestras diferencias, limitaciones e incompetencias.
No hagan caso de la milonga que los estados podrán a rular : Que es por nuestro bien, que nos facilitará la vida, que pagar será un acto más cómodo y que además con ello se lucha contra la economía sumergida, el tráfico de drogas o la importación de tierras raras de Saturno …
Todo mentira, se trata de saber todo lo que hacemos, controlarnos por completo y también. no lo olvidemos : Convertir el dinero nuestro dinero, en meros apuntes contables, lo cual aprovecharán para endeudarse/nos in eternum.