Acosta Danza: el son cubano que llega a la embriaguez
En el escenario de la Sala Argenta, espejo principal de la programación del Festival, brota el folclore. Ese que surge del corazón, para dar forma al sentido de un pueblo.


Por CLAQUETA
Presentación: “ACOSTA DANZA”
Título: “Tocororo suite”
Género: Danza (Ballet cubano)
Creador: Carlos Acosta
Elenco: 15 bailarines y 6 músicos
Artista invitado: Alexander Varona
Critica: Cuando en un escenario, surge el son cubano, algo se despierta en nuestras almas, hasta llegar a la embriaguez. Pero si se trata de una coreografía de Carlos Acosta, en niño cubano criado entre exorcismos y otras brujerías, crece el deseo. Acosta al que una pasión egoísta paterna, le llevo a convertirse en uno de los mejores bailarines de, clásico y moderno del mundo, de todos los tiempos, perdiendo su infancia en ello.
Cuando ya era famoso, en 2003, creo esta coreografía. “Tocororo, basado en una fábula cubana, estrenada bajo el paraguas de la gran Alicia Alonso, esencial en su carrera; llegando al FIS en forma de suite. Un ballet, rezumando por todos sus poros, la sabia de las raíces afro. Aderezado con los estilos fraguados en la historia de la isla caribeña, con la que Cantabria tiene un vínculo de hermandad.
Este comentarista, se siente influido, hasta la dependencia a unos sonidos y movimientos, puros de fuerte ritmo, que te trasportan. Un coctel degustado por el cubanito humilde. Expresado por un cumulo de arte, arrancado desde las raíces, entendido de forma natural por todo el elenco.
En el escenario de la Sala Argenta, espejo principal de la programación del Festival, brota el folclore. Ese que surge del corazón, para dar forma al sentido de un pueblo. Con la introducción de unas técnicas adecuadas, cercanas al ballet clásico, de una parte y al moderno de otra. Envolviéndonos en una sensualidad de tierras calientes.
Un espectáculo, para almacenar en la retina, de un artista, cuya historia te llega muy adentro. Reflejada en un testimonio autobiográfico, en forma de libro. Llevado al cine, con el título de “Yuli”, por Icíar Bollaín. En la que Acosta se interpretaba, ya de joven, a sí mismo. Por la que obtuvo la nominación a un Goya.
Sin duda una gran manera de llegar al alma de una isla país, que tantas historias del pasado nos acercan.