Ballets Jazz Montreal


Por CLAQUETA
Actuación: BALLETS JAZZ MONTREAL
Director: Alexandra Damiani
Título: “DANCE ME”
Género: Danza moderna
Autor: Louis Rubitaille, sobre los temas musicales de LEONARD COHEN
Dramaturgia: Éric Jean
Coreografía: Andonis Foniadakis, Annabelle López Ochoa e Ihsan Rustem
Sala: Argenta
Crítica: Así todo, con mirada de futuro creativo, Ballets Jazz Montreal, nace para llevar a cabo, una especie, de todo, espectacular, sobre su paisano, artista mundial, Leonard Cohen.
Para mí el gran poeta de la música cantada, que he conocido. Es encumbrado por un espectáculo que se entrega a todas las esencias, primando la danza como vehículo central.
Poesía, teatro, música, danza y luminotecnia creativa. Con los ecos de una voz, la propia de Cohen, con alguna magnifica colaboración en directo, una de ellas compartiendo melodía con el genial cantante ya fallecido; haciéndonos palpitar.
Pocas veces, habíamos asistido a un ballet donde trasciende tanto, un determinado argumento, superando al valor estético y coreográfico; poseído por cierto, en grandes dosis.
Ochenta minutos empapados de creatividad con trasfondos éticos. El movimiento con, voz oculta, explicado desde su formulación, los dramas humanos, que también canto el canadiense, en sus canciones. Un espectáculo, que fue aprobado por él, antes de morir, estando presente, como estrella principal, por medio de sus grabaciones.
Un cuerpo de baile, una compañía, de primera, que tras el éxito alcanzado mundialmente, pretende seguir creando. Tiene unos componentes, dominadores de los diferentes palos de la danza, entre la clásica y la moderna apoyados por un dominio gimnástico, consiguiendo figuras de gran poderío visual. Ofreciendo a partes iguales técnica y sentido artístico. Sin olvidar, que en momentos tienen que ser actores.
Lo que no te esperas es el papel protagónico adquirido por la luminotecnia. En una escenografía sencilla, en negro, tanto la expresión adquirida por el video y el juego de luces, nos refieres diferentes escenarios que nos Acercan Al personaje de forma perfecta. Incluso con este trabajo vemos llover en el escenario o construir un paso de peatones; además de mucho más. Una creatividad impresionante, llegando al cenit en los momentos en las presencias sonoras de Cohen, en sus dos voces, la joven y la madura.
Un espectáculo completo, diverso de expresión. Con esas esencias del ritmo, de la voz profunda, ronca, quizás, pero siempre inconfundible, de un cantante poeta, cuyo espíritu no morirá nunca.