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De piescos y piescales y su impronta en expresiones del habla montañesa

"Está hecho un piescu de cuidau" (cuando un niño es revoltoso y travieso, o un adulto es de conducta dudosa).

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De piescos y piescales y su impronta en expresiones  del habla montañesa
04-08-2020
 
En las lindes de las huertas era frecuente ver siempre algún piescal, árbol que florece por el mes de marzo y cuyo fruto se recolecta en el mes de septiembre. En Cantabria al fruto se le llama piesco o piezco y los hay de diferentes clases, "pequeños con poca carne pegá a la pipita", y "más grandes y abrideros y con mucha más agua".

Parece ser que es un fruto silvestre cuya planta, proveniente de Asia, como tantas otras, introdujeron los romanos en la Península Ibérica. Hoy son ya muy pocos los piescales que se puedrn ver en el medio rural.

El fruto también ha dejado su impronta en expresiones del habla montañesa o cántabra. He aquí algunas de las recogidas por los pueblos de Cantabria:

- "Está mal del piescu" (persona loca, aventada).

- "Está hecho un piescu de cuidau" (cuando un niño es revoltoso y travieso, o un adulto es de conducta dudosa).

- "Cantó cumo un piescu abrideru" (cuando alguien confiesa sin oponer resistencia bajo amenaza).

- "Es como un piescu peludu" (se dice "cuando un niño está esmirriado (desnutrido) o tiene mucho pelo" (vello)).

- "Tiene un buen piesco" (cuando una persona es de cabeza grande. Cabezón).

- "Me vienen como piescos" (expresión utilizada en el juego de cartas llamado "flor" y que da a entender que a un jugador le vienen muchos ligados, pero bajos en puntuación.

Se basa en la gran cantidad de fruto pero de pequeño tamaño que da el piecal).