Denuncia penal por maltrato animal a ‘Furaco’, el oso de Cabarceno
Foro Asturias advierte de su deterioro físico y psíquico al estar cautivo en un prado desértico, angosto y hostil Cree que corre peligro su vida y la de las osas ‘Paca’ y ‘Tola’

ALFONSO RUIZ / Santander
Furaco, el macho de oso pardo enviado por el Gobierno de Cantabria a Asturias para participar de un fallido programa de reproducción en cautividad junto a las osas Paca y Tola, padece un declive físico y psíquico que puede llegar a acabar con su vida. El recinto de Proaza en el que se halla estabulado no reúne condiciones y el semental de Cabárceno vive su cautiverio como una pesadilla.
Como una losa.
Lo afirma Foro Asturias, la formación política liderada por Francisco Álvarez Cascos, que ha interpuesto en los Juzgados de Instrucción de Grado una denuncia por un presunto delito de maltrato animal contra la Fundación Oso de Asturias. A su juicio, el «hábitat hostil» en el que se recluye a los plantígrados, indicó a EL MUNDO, podría encajar en lo dispuesto en el artículo 337 del Código Penal: «El que por cualquier medio o procedimiento maltratare injustificadamente a un animal doméstico o amansado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud, será castigado con la pena de tres meses a un año de prisión e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales». No siempre fue así. En 1996, el Principado habilitó para las dos osas el llamado ‘Cercado Osero’ en el Monte Fernanchín (Santo Adriano), con una extensión de cinco hectáreas. Es un entorno virgen con un encinar de carrascas y abundante vegetación; un monte escarpado y frondoso idóneo para que los animales hallen alimento y refugio. Incluso, existía también un pequeño estanque y una jaula comedero.
Hace cuatro años, todo cambió.
La Fundación Oso de Asturias decidía ‘importar’ a Furaco e intentar el apareamiento de las hembras. Para ello, se decidió trasladar temporalmente a Paca y Tola a una finca próxima a la inicial (Cercado de manejo) de menores dimensiones. Ello facilitaría el contacto con el macho.
Lo que iba a ser una estancia temporal y con un fin muy específico, «se ha convertido en su residencia fija y en un auténtico ‘cautiverio’ para tan bellos y protegidos animales que compromete seriamente su salud y su propia supervivencia, convertido ahora en improvisado zoo por el que se cobra 2 euros al visitante que desee acceder a la valla del ‘Cercado de Manejo’, un prado desértico rodeado de vallas electrificadas», se narra en la denuncia.
La zona
En el actual recinto no hay un solo árbol protector que permita la intimidad de los animales, «expuestos permanentemente a la vista de todo el mundo, a pesar de estar rodeados de miles de hectáreas de bosque», lo cual no permite «el normal desarrollo de la vida silvestre
de los osos (...) con el consiguiente castigo físico». Además, en primavera y verano, se añade en la denuncia promovida por Foro Asturias, «cuando suben las temperaturas, las osas se ven también recluidas en la jaula donde están los comederos».
Para Álvarez Cascos, no hay justificación posible. «El confinamiento de las dos osas y del oso en tales condiciones no está en absoluto justificado. No se puede retener a unos animales como los osos en una cautividad ‘perpetua’ y en circunstancias tan severas como las descritas amparándose en un supuesto proceso de reproducción absolutamente fallido e inexistente».
La jurisprudencia, concluye Foro Asturias, está de su lado. «Son numerosas las sentencias que vienen sancionando el maltrato a los animales previsto en el artículo 337 del Código Penal. Así, a modo de ejemplo la Sentencia de la Audiencia Provincial de Vizcaya, de fecha 15 de junio de 2010, Sección Sexta, ratificaba la condena por este delito al mantener a unos perros en condiciones lamentables