La Guardia Civil detiene en Cantabria a un nuevo atracador Solitario, con barba y peluca
Logró un Un botín de 600.000 euros y una caracterización que recuerda mucho a la del Solitario, gabardina amplia, un cojín par simular mayor envergadura, barba, peluca y un maletín, en realidad funda de portátil, en el que mandaba guardar el botín.

Un nuevo Solitario, atracador de bancos detenido por la Guardia Civil en Santander (Autor Genérico - LVE)
¿Recuerdan a Jaime Giménez Arbe, el Solitario, el atracador de bancos que se burló durante 13 años de las fuerzas de seguridad del Estado? Pues le había salido un imitador. La Guardia Civil ha detenido a un hombre que desde hace tres años salía cada mañana de su casa en un pueblecito de Cantabria diciendo que se iba a trabajar, y en realidad, lo que hacía era preparar meticulosa y metódicamente atracos a sucursales bancarias. Se le imputan seis asaltos y dos tentativas. Siempre el mismo modus operandi. Un botín aproximado de 600.000 euros y una caracterización que recuerda mucho a la del Solitario, gabardina amplia, un cojín par simular mayor envergadura, barba, peluca y un maletín, en realidad funda de portátil, en el que mandaba guardar el botín. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil bautizó la investigación como operación gabardina.
En su casa no se lo podían creer, cuando un responsable de la Guardia Civil comunicó que el marido, padre de dos hijos, y empresario con los apuros económicos derivados de la crisis, era en realidad un atracador de bancos. Un delincuente a la vieja usanza. Sin antecedentes, por alguna razón, pensó que bien estudiado y organizado, atracar bancos no podía ser tan difícil. Si el Solitario lo logró durante 13 años, el no sería menos. Solo necesitaba temple, serenidad y estudiar y analizar muy bien cada atraco. Sin precipitarse.
Y a eso se dedicó.
Cinco de sus atracos fueron en Cantabria y un sexto en Asturias. Y sentía una especial predilección por Liberbank, la antigua Caja Cantabria. Si le funcionaba, para que iba a cambiar. Nunca arriesgaba. Y podía llegar a estar más de un mes analizando y estudiando los movimientos en una sucursal antes de decidirse a atracar. O no hacerlo si veía que se complicaría el golpe. Su modus operandi siempre era el mismo. Descubrir si el director de la oficina era el primero en abrir, a primera hora de la mañana. Y estudiar el itinerario del banquero, desde la oficina hasta su domicilio, para elegir el mejor momento de abordarlo a punta de pistola. En ocasiones en la puerta de su casa, en el momento de salir, al entrar en el coche, o ya cuando se disponía a abrir la oficina. Casi siempre le asaltaba en el coche. Entraba. Se sentaba en el asiento trasero y de manera autoritaria explicaba que eso era un atraco y que si intentaba alguna jugada, “te mataré”.
Una vez dentro de la oficina, obligaba al director a abrir la caja de seguridad, recogía todo el dinero en efectivo, que obligaba a introducir en el maletín, maniataba al empleado con bridas y abandonaba la oficina. Apenas hablaba. Lo suficiente para que los investigadores entendieran, a partir de las declaraciones de las primera víctimas, de que se trataba de un atracador español. Muy desconfiado. Pero listo.
El primer asalto que le fue bien fue el uno de febrero del 2013, en la localidad de Somo. De ese atraco, la UCO consiguió las primera imágenes de las cámaras de seguridad con las que empezó a trabajar. En ellas se aprecia al atracador, completamente disfrazado, entrar en la entidad encañonando al director de la misma. Seis meses tardó en dar el segundo palo. Fue el 26 de julio del 2013 en la localidad de Ajo. El hombre fue tirando con el dinero conseguido en estos dos primeros atracos, y simultaneando con una empresa inmobiliaria que utilizaba como escaparate para disimular ante su familia. Y hasta noviembre del 2014 no volvió a actuar, esta vez en una sucursal de Laredo. Diez días después cambió de escenario y atracó una sucursal en Gijón, Asturias. Y hasta este año, el pasado 26 de mayo no volvió a atracar, en Galizano. Tres meses después, el 26 de agosto, redujo al director de una sucursal en Muriedes. El largo tiempo transcurrido entre atraco y atraco ponía las cosas más difíciles a los investigadores. Después de este último asalto, la Guardia Civil ya le tenía identificado, y había reunido ADN de las oficinas bancarias atracadas, que confirmaban su autoría. Pero querían detenerle con las manos en la masa y durante un mes largo un grupo de la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil, más investigadores del grupo de atracos de la UCO, siguieron sus movimientos sin ser vistos. Noche y día.
Y se quedaron fascinados de la manera de trabajar del atracador. Tenía una libreta con anotaciones, horarios, croquis de la situación, vías de fuga alternativa por si el plan se alteraban en algún momento.
Durante los primeros años, el hombre había mantenido activa su coartada de comercial de varias empresas que estaban a su nombre. Especialmente una dedicada a la construcción de tabiques. Pero por lo menos en el último mes, su dedicación a la preparación de atracos le ocupaba toda la jornada laboral. La investigación sigue abierta y se está a la espera de comprobar qué hizo realmente con ese dinero. Algo, ya se sabe, se lo gastaba en aficiones de vida, más o menos, disoluta. También se sospecha que pudo comprar propiedades, sin el conocimiento de su familia. En cualquier caso la investigación sigue abierta, y el hombre a pasado las Navidades en prisión.
NOTICIA SOBRE LA DETENCIÓN
La Guardia Civil ha detenido a un hombre cuando iba a secuestrar al director de una sucursal bancaria en Cantabria y al que se le imputan seis atracos en bancos -5 en esta comunidad y 1 en Asturias- y dos tentativas, unos robos en los que se habría apropiado de más de 600.000 euros, desde 2013.
El hombre, detenido dentro de una operación denominada "Gabardina", prenda que utilizaba en sus atracos, actuaba en solitario, usando un arma de fuego y caracterizado con peluca y barba postizas, gafas y un cojín que le daba mayor volumen corporal, según ha informado la Guardia Civil en un comunicado.
Debido a su carácter violento y a la utilización de armas de fuego, la detención la llevó a cabo la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil (UEI), especialistas en operaciones de alto riesgo.
El hombre ha sido detenido en la puerta de una sucursal bancaria de la localidad de San Miguel de Meruelo (Cantabria), cuando el director de la misma se disponía a abrir el banco sin haberse percatado de que en las proximidades le esperaba el atracador para secuestrarlo e introducirse con él en su interior.
La investigación, en la que se han vigilado durante meses sucursales bancarias y a sus directores en Cantabria, comenzó después de detectarse un incremento de atracos a estas oficinas en la región.
Las primeras averiguaciones, tras el visionado de cámaras de seguridad de las entidades asaltadas y de otras técnicas de investigación, permitieron conocer que el detenido antes de actuar, durante varios meses, llevaba a cabo labores previas de vigilancia sobre el banco, sus sistemas de seguridad y vías de fuga.
Asimismo, efectuaba un exhaustivo seguimiento de su director con la finalidad de ubicar su domicilio, horario laboral y actividades diarias.
Una vez obtenida la información necesaria y planificado el atraco, esperaba en las proximidades del domicilio del responsable del banco hasta que éste subía a su vehículo para trasladarse a su puesto de trabajo.
En este momento aprovechaba para introducirse con él en el interior del coche y amenazarlo con un arma de fuego y para obligarle a trasladarse hasta la sucursal.
Una vez en ella, esperaba la apertura de la caja de seguridad, se apropiaba del dinero y huía del lugar, no sin antes, dejar maniatado con bridas al director en el interior de la entidad. En otras ocasiones, en lugar de esperarle en su domicilio lo hacía en las inmediaciones del banco.
La investigación, dirigida por el Juzgado de Instrucción número uno de Santoña (Cantabria) ha sido realizada por el Grupo de delincuencia organizada de la Unidad Central Operativa (UCO) y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Cantabria, además del Servicio de Criminalística del Cuerpo.