El Chema, de Torrelavega,cumple setenta años manteniendo las pinturas de López Padilla
De José María Gutiérrez, que era propietario del bar La Bomba, pasó a su hijo Chema, socio número uno de la Gimnástiica (en la imagen). Ahora es regentado por un sobrino.

El Bar Chema, de Torrelavega, cumple 70 años, después de abrirse con este nombre el 14 de agosto de 1944 por José María Gutiérrez, entonces propietario de Bar La Bomba en la misma calle de Julián Ceballos. Se trata de un bar de gran solera en cuyo interior existen pinturas montañesas del artista Ángel López Padilla.
Se trata de escenas montañesas interpretadas a través de nuestro folklore y literatura costumbrista: Pandereteras, Camino de la Feria, Amor junto a la fuente y Catadores de vino, estos son sus títulos. En una de ellas, como anillo al dedo, le viene los versos de Baltasar de Alcázar, escritos junto a un arco de medio punto:
Si es o no invención moderna
vive dios que no lo sé;
pero delicada fue
la invención de la taberna.
Porque allí llego sediento,
pido vino de lo nuevo,
mídenlo, dánmelo, bebo,
págolo y voime contento”.
Aunque hace décadas no era difícil encontrar en las viejas tabernas un trozo de arte al lado de las cubas de vino, esta tradición se ha perdido. Por un lado, porque las viejas tabernas o tascas han desaparecido y porque el arte ya no “alterna” como antes, ya no toma un “chato” de vino como uno cualquiera. Sin embargo, estas pinturas se mantienen en la vieja taberna del Chema y tanto su padre como su continuador, ambos de nombre José María Gutiérrez, las han mantenido como sello de identidad del establecimiento.
Hasta su reapertura en 1944 permaneció cerrado ya que el anterior propietario le había dado un nombre proscrito en el nuevo régimen: Bar 14 de abril, en homenaje al día de proclamación de la II República.
José María Gutiérrez, Chema, hijo de primer propietario, natural de Gandarillas, fue titular del bar durante casi cuarenta años. Muy vinculado a todo lo que signifique identidad torrelaveguense, actualmente es el socio número uno de la Gimnástica. Cuando él regentó esta tasca de tanta solera, se rehabilitaron los magníficos cuadros de costumbrismo montañés que ideó López Padilla.
Actualmente está regentado por uno de sus sobrinos, si bien el popular Chema acude, a sus 81 años, todos los días para seguir "dentro" del ambiente de un establecimiento que regentó durante muchos años.