Adela Corral, la mujer asesinada en Santander en su domicilio de la calle Castilla, por un hombre que ha sido detenido, ha sido enterrada la tarde de este martes en el cementerio de Mata (San Felices de Buena), una vez realizada la autopsia y entregado el cadáver a su familia.
La enfermera jubilada trabajó como auxiliar desde 1978 en el Hospital General de Asturias. Durante años se ganó la fama de excelente profesional y su buena reputación le llevó a convertirse en una conocida representante sindical sanitaria de CCOO. Hace una década fue diagnosticada de una enfermedad mental y hace tres años, tras separarse, se trasladó a vivir a Santander, donde en la madrugada del viernes fue estrangulada por un indigente de 38 años al que acogía en su piso. "Estaba mal y le daba por meter gente extraña en casa", señalan sus allegados tras conocer el fatal suceso.
Fue la propia Adela Corral la que llamó a la Policía para informar que estaba siendo agredida minutos antes de ser hallada atada de pies y manos en una cama, amordazada, con golpes en la cabeza y sin apenas pulso. A pesar de los intentos por reanimarla, los sanitarios no pudieron hacer nada por su vida.
El suceso pilló por sorpresa al marido y las hijas en Oviedo, donde la fallecida residió desde su llegada al Hospital del Cristo, donde ejerció mientras se lo permitieron los problemas mentales y de visión por los que terminaría por retirarse de la profesión.
Miguel Güemes abandonó de urgencia las clases en La Corredoria tras enterarse de lo sucedido. Las dos hijas, que se encuentran en Pamplona y Oviedo están esperando que la Policía les dé luz verde -una vez se realice la autopia y otras disposiciones legales en estos casos de asesinato- para recoger el cuerpo y celebrar el entierro del en San Felices de Buelna, el pueblo del que era natural.
EL SOSPECHOSO A PRISIÓN
“Es un sinvivir”, dice la familia, a la que todavía no han entregado el cuerpo, tras conocer la orden del juez de mandar a prisión al sospechoso, son las últimas noticias de este caso.