Los padres de la niña ahogada en el Cares, de campamento en Comillas: "Llegaremos hasta el final para que no vuelva a ocurrir"
La zona sin cobertura donde volcó su canoa impidió a los monitores dar la alarma hasta pasada una hora


Imagen: diario digital Leónnoticias.
Los padres de la niña madrileña ahogada en el río Cares, Ana Reyzabal Rus, que participaba en un campamento en Comillas han sido concluyentes: "llegaremos hasta el final para que no vuelva a ocurrir", han declarado.
Por su parte, los organizadores han declarado "Vimos que había poca agua y eso hace que el río vaya con fuerza. Estuvimos a punto de cancelar la excursión". Es el lamento de la empresa organizadora del descenso en canoa por el río Cares. La compañía tiene previsto dejar de hacer indefinidamente el trayecto en canoa. "Era un grupo muy grande y difícil de controlar, tardamos en darnos cuenta de que faltaba", reconoció ayer uno de sus responsables. Las localidades adyacentes (distribuidas en tres concejos, las dos Peñamelleras y Onís), permanecían ayer conmocionadas por el suceso. "Fue una desgracia", repetían insistentemente vecinos, turistas y hosteleros, que apuntaban a la "confusión" existente sobre lo sucedido.
EL SUCESO
El infortunio se cebó avanzada la tarde de ayer con una niña madrileña, de 14 años, que había iniciado un feliz verano de campamento en Comillas y murió ahogada en el río Cares. Poco antes de las ocho de la tarde de cayer, en la Central Operativa de Servicios de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón se recibía la comunicación telefónica de 112 Asturias, que informaba que con un hrlicóptero se iniciaba la búsqueda. Los monitores de una empresa de aventura y turismo activo les requerían para ayudar en la búsqueda de una joven de 14 años que había desparecido en el río Cares tras el vuelco de la canoa en la que viajaba.
Según la informacion de La Nueva España, inmediatamente se desplazó al lugar una patrulla de Seguridad Ciudadana del Puesto de Panes, que junto con los efectivos de 112 Asturias, y un monitor participaron en las primeras labores de búsqueda de la joven. Ésta se encontraba desplazada desde su domicilio en Madrid en un campamento de verano en la conocida como Villa de los Arzobispos y para ese día los participantes tenían programado distintas actividades de aventura.
Un grupo de 20 adolescentes
El accidente tuvo lugar antes de las cinco de la tarde. Tras el choque de canoas, el grupo siguió bajando el río y unos metros más abajo, al hacer recuento, se dieron cuenta de que faltaba la niña. Los monitores de la empresa de aventura contratada para el descenso volvieron río arriba e hicieron varias pasadas en su busca. Pero no vieron rastro alguno. Dos monitores fueron río abajo hasta que encontraron cobertura para llamar a los servicios de emergencia. Lo lograron pasadas las siete de la tarde.
Todo indica que como consecuencia del vuelco, ambas ocupantes salieron despedidas sumergiéndose, para volver a flote tanto una de ellas como los remos de las dos. Al ver que no emergía la otra joven, su compañera dio la voz de alarma inmediatamente.
Las primeras labores de búsqueda fueron infructuosas, por lo que en el lugar se quedó uno los monitores, mientras que los otros continuaron el descenso para retirar de la zona al resto de los componentes del grupo y pedir auxilio, dado que la zona por su orografía no permitía la cobertura de teléfonos móviles. Unos cincuenta minutos después consiguieron contactar telefónicamente con el 112 e informar de lo ocurrido, movilizándose los servicios de emergencia al lugar.
La compleja operación
vieron río arriba e hicieron varias pasadas en su busca. Pero no vieron rastro alguno. Dos monitores fueron río abajo hasta que encontraron cobertura para llamar a los servicios de emergencia. Lo lograron pasadas las siete de la tarde.
Fue el monitor el que pasadas las ocho de la tarde localizó el cuerpo de la joven entre unas rocas semi-sumergido, siendo imposible su extracción hacia superficie. Esta dificultad, la complejidad del cañón, con una pared casi vertical de unos 50 metros, hizo necesario el traslado al lugar de los efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la XIV Zona de la Guardia Civil del Principado de Asturias, así como miembros del Grupo Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de Cangas de Onis.
Una vez que llegaron al lugar los componentes del GREIM en torno a las 21.30 horas y examinaron la zona, tuvieron que hacer limpieza de arbustos para descender. A continuación montaron desde un quitamiendos de la carretera una línea de vida para descender de forma segura hasta el río. Una vez que llegaron los componentes del GEAS trasladados desde Gijón con los equipos autónomos necesarios.
Por parte del GREIM se instaló también una tirolina desde una orilla a la otra, de forma que sirviera de pasamanos para los miembros del GEAS dada la fuerte corriente del río a lo que se añadía la dificultad de la falta de luz diurna. Los dos efectivos del GEAS provistos de equipos autónomos, pudieron llegar hasta el lugar donde se encontraba el cadáver de la joven entre las rocas y extraerlo no sin dificultad, consiguiendo asegurarlo con el cordino que llevaban y trasladarlo hasta tierra.