No es el dinero, es la libertad
Las personas tenemos tres derechos propios, tenemos derecho a la vida, tenemos derecho a la libertad y derecho de propiedad.
De esto se trata, del control absoluto que el Estado pretende tener sobre la gente y sus propiedades. La última operación de gran calado ha puesto el dinero de la gente como objetivo para anular el principal aspecto que aún no controlan totalmente.
El dinero es de la gente que lo gana con bastante esfuerzo y sirve para ejercer uno de los escasos espacios de libertad que tienen los ciudadanos, utilizarlo para comprar lo que queramos o podamos. Esta es la clave de la cuestión : Pagar cómo nos de la gana evolucionando paulatinamente los medios de pago y, lo más importante, hacerlo voluntariamente.
Esto es sin embargo un comportamiento inaceptable para los verdaderos enemigos de la libertad : Los Gobiernos.
La riqueza neta de las familias, en efectivo, se sitúa en el entorno de los 60.000 millones de euros, demasiada pasta como para que los gobiernos toleren que escape a su espionaje para fiscalizar cómo se utiliza.
No es únicamente en España en donde la rapiña gubernamental se ha puesto en marcha , países como Suecia o Dinamarca tienen previsto la eliminación del dinero físico, mientras que la Unión Europea en su liberticida deriva platera limitar a 1.000 euros las operaciones en efectivo, como actualmente en España, en donde los contribuyentes tenemos secuestrada nuestra libertad y nuestra propiedad al impedirnos utilizar nuestro dinero como nos de la real gana.
Ante esta situación, tan desoladora, queda una cierta esperanza al ver que no todo está perdido, que hay lugares en donde pueden garantizar la libertad para el empleo libérrimo de su propiedad. Ha sido en el País de Mises y Hayek en donde el derecho a la utilización del dinero en efectivo se salvaguardará constitucionalmente.
Como arrebatar el dinero a la gente es cuestión delicada, incluso para una población mansurrona y cobarde cómo es gran parte de la española, están ahora en la gran operación de intoxicar a la opinión pública. Como somos muy buenos y benéficos dice los defensores de este apaño liberticida tratan de sustentarlo sobre un buenísmo meapilas que resulta vomitivo.
Ya está bien que para justificar esta requisa se está argumentando que con el dinero físico se facilita el blanqueo, la corrupción, el tráfico de armas o la evasión fiscal, es decir, toda la morralla y la moralina que utilizan los gobiernos gastadores, cuando la realidad es otra muy distinta : les molesta que los ciudadanos utilicemos libremente nuestro dinero y sobre todo, que escapemos a su control.
Están decididos a eliminar su manejo para que toda la actividad económica se realice a través de medios electrónicos y así tenernos controlados con la comodidad que otorgan los apuntes contables con los cual se evitan respaldar el dinero en circulación, que esta es otra y no menor. Esto se ejecuta con la complicidad de todos los partidos, nadie se opone a este camino de servidumbre.
Mientras tanto lo mas descorazonador es observar cómo los ciudadanos permanecen silentes e inanes, ninguna reacción ante otro abuso más de un Estado que acabará metiendo las narices hasta en nuestras alcobas.