Sniace, un laberinto sin salida
Existe una gerencia blindada con un sueldo de 376.000 euros al año (un presidente del Gobierno, por ejemplo, cobra 78.000), apoyado por dos guardabarreras con unos 85.000 euros cada uno (todo contrastado por la CNMV).


POR MANOLO HARO
El tiempo pasa. Las gentes, también. Y cada delegación política que se acerca para ofrecer alternativas, no hace mas que generar mayores dudas de las que de por sí anidan en el entorno de la factoría.
Ahora mismo puede estimarse en poco más de dos centenares la presencia de empleados en edad laboral los que esperan en medio ya de la desesperación acceder a un futuro mejor, pero en una empresa inactiva, ya que otros han optado por buscarse la vida en otros trabajos, además de los que en edad adecuada han dejado de pertenecer a un cambio.
Recientemente se produjo la visita del Presidente de Cantabria para aportar posibles soluciones. Que si una recalificación de terrenos. Que si un polígono industrial. Que si fué, que si vino, que si Pérez del Molino.
Pero nada. Aquello de la construcción de viviendas no se le ocurre ni al que asó la manteca, por tratarse de un terreno muy contaminado. Un pseudoproyecto de "Gran Centro Logístico del Norte", fué retirado ante el eufemismo de su propuesta. En definitiva, seguir mareando la perdíz, pero la solución no llega.
Mientras tanto, una gerencia blindada con un sueldo de 376.000 euros al año (un presidente del Gobierno, por ejemplo, cobra 78.000), apoyado por dos guardabarreras con unos 85.000 euros cada uno (todo
contrastado por la CNMV), deja en evidencia cuales son los intereses de quienes da la impresión de que están tomando el pelo a los cántabros.
¡Ay, Sniace. Quién te há visto y quién te vé!. Desde luego, políticamente hablar de esperanzas es una utopía. El tiempo alarga una agonía que, pese a tantas promesas -todas incumplidas-, es caer en la inevitable conclusión de que quienes no ven la realidad son quienes pese a estar en ruina laboral, no están privados de una posición que, coloquialmente habria que decir que "se están forrando"... si no lo están ya. Y, lo que es peor, a cuenta de los trabajadores en situación desesperada que ven como los dias, las semanas, los meses... ¡los años! pasan esperando el autobús de la parada sin final.