Tres puentes de principios del siglo XX en Valderredible
La carretera desde el Puerto de Pozazal (989 metros), límite entre los municipios de Campoo de Enmedio, Valdeolea y Valdeprado del Río, hacia Polientes, capital de Valderredible, se planteó por el Estado a finales del siglo XIX.


Por LUIS VILLEGAS CABREDO
La carretera desde el Puerto de Pozazal (989 metros), límite entre los municipios de Campoo de Enmedio, Valdeolea y Valdeprado del Río, hacia Polientes, capital de Valderredible, se planteó por el Estado a finales del siglo XIX. Esta vía es la actual carretera autonómica secundaria CA-272, de 29 kilómetros. Sus primeros diez kilómetros discurren por el municipio de Valdeprado del Río, siguiendo gran parte de ellos junto al río Polla hasta que, poco después de Reocín de los Molinos, entrega sus aguas al Ebro junto a Bárcena, donde comienza el municipio de Valderredible. Esta vía se enmarcaba dentro de un plan más amplio, de 1910, que buscaba enlazar todas las poblaciones junto al río Ebro desde Arroyo, en el municipio de Las Rozas de Valdearroyo, siguiendo los términos de Valdeprado del Río y Valderredible, hasta alcanzar Escalada (Burgos) en la carretera nacional entre Santander y Burgos. En lo que sigue se describen dos puentes de la primera vía citada, en la zona de Bárcena y de Cubillo de Ebro, y un tercero que se encuentra próximo al primero de ellos; los mismos fueron construidos al tiempo que la carretera, al principio del siglo XX.
Esta vía ha tenido importantes mejoras a principios del siglo XXI, y los dos puentes centenarios que la servían, han sido reemplazados por otros más capaces situados junto a ellos; por lo que los primigenios han quedado como testigos del modo de construir en la fecha que se levantaron y como lugares de paseo, reposo y miradores desde donde disfrutar del paso del agua.
Puente de Bárcena de Ebro sobre el río Polla. En el magnífico mapa de 1900 de la Diputación de Santander, que es una ampliación y actualización del famoso mapa de la provincia de Santander de Francisco Coello de 1861, esta vía aparece señalada como en fase de construcción entre este lugar y Pozazal. De esta época es el puente pétreo que se encuentra sobre el mencionado río, poco antes de la mencionada confluencia en el río principal que da nombre al gran valle de Valderredible. Se trata de una bóveda escarzana de unos 7 metros de vano, hecha con fábrica de piedra arenisca muy bien ejecutada en sus diferentes elementos: dovelas de sus arcos de embocadura, tímpanos, imposta, pretiles de protección y albardillas. Se trata de un buen ejemplo de los puentes que se hacían a finales del Ochocientos. Junto a la entrada oeste de esta estructura se encuentra el antiguo miriámetro pétreo de 10 kilómetros de la carretera, la distancia que media hasta Pozazal. Puente en Bárcena de Ebro sobre el río homónimo. Desde la carretera principal que nos ocupa, se construyó a principios del siglo XX un puente que cruzando el río Ebro daba servicio a dos carreteras locales que conducían a Loma Somera y Bustillo del Monte. Se trata de un llamativo puente de tres vanos, resueltos con bóvedas escarzanas y losa de hormigón armado, que se apoyan en sendos estribos y pilas del mismo material. La proporción estética de la obra es muy agradable el rebajamiento de su vano central es acusado; o sea, posee una pequeña relación de flecha a luz. En los arcos de embocadura de las bóvedas se han marcado unas líneas que recuerdan las dovelas de un puente pétreo, lo mismo se ha hecho en los cuatro elementos portantes de apoyo del puente, marcando en sus superficies unas líneas horizontales y verticales que recuerdan los tendeles y llagas de las obras de cantería pétrea. Las barandillas del puente, de hormigón armado, son las habituales en estas estructuras de principios del siglo XX.
El puente entre Villanueva de la Nía y Cubillo de Ebro. Se trata de una bella e importante estructura pétrea que permite a la carretera el paso del Ebro. Se ubica en un bonito y singular paraje donde el río que trae la dirección norte-sur gira hacia levante. Su obra de cantería conforma un puente de tres bóvedas escarzanas, de 18 metros de luz y 2,57 metros de flecha; su proyecto, de 1909, es del ingeniero de caminos José Pardo y fue finalizado en 1914 (Vega 1997). Su ejecución se produce en una época en que estos puentes de piedra eran ya una excepción, pues el uso del hormigón armado mostraba ya sus amplias posibilidades resistentes y su relativa economía. El plano de 1914 de la provincia de Santander, de la Jefatura de Obras Públicas, muestra que esta nueva carretera ya ha superado el río Ebro en esta zona y llegaba hasta aquí.
El vano central de este puente fue destruido durante la Guerra Civil, en 1937, y fue reconstruido con una bóveda de hormigón, ejecutando los arcos de embocadura y tímpanos con obra de cantería, de modo que encajara estéticamente con el resto de la fábrica del puente. También, se ensanchó con voladizos de hormigón armado, y en la parte superior de sus tímpanos pueden verse unos huecos o mechinales que se hicieron para ubicar la estructura temporal que sujetó el encofrado para construir tales vuelos. Este es uno de los grandes puentes de piedra con los que cuenta Cantabria y su visión impacta por el volumen global de la obra estructural y de sus terraplenes de acceso bordeados con árboles caducifolios, de modo que, al recorrer este tramo de carretera, ahora como un ramal secundario y casi sin tráfico, una vez hecha una variante de la carretera CA-272 en este lugar, la mente nos lleva a las atractivas y tranquilas vías de comienzos de la pasada centuria.
En suma, una buena oportunidad para disfrutar de tres interesantes puentes y de los pueblos y patrimonio natural, paisajístico y cultural del impar Valderredible.
Para más información, puede consultarse el libro “Un viaje por los caminos y puentes de las comarcas centrales de Cantabria” de Luis Villegas Cabredo (2020): https://bit.ly/3nuhd4m