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Necesitamos fortalecer y poner en valor la Formación Profesional

Por CAROLINA PALENCIA

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A lo largo de la historia de la educación, la Formación Profesional (FP) ha sido tradicionalmente entendida como una etapa educativa destinada a la formación de trabajadores de baja cualificación y rango en la jerarquía laboral, lo que ha llevado a que la misma sea asociada con niveles socioeconómicos bajos.

Sin embargo, la continua transformación que está sufriendo la sociedad y el mercado de trabajo, hace necesario un cambio en el planteamiento de la formación postobligatoria en nuestro país. Ejemplo de ello es la situación que viven muchos titulados universitarios, que tras terminar sus estudios e introducirse en el mercado laboral, comienzan a sufrir dificultades en la búsqueda de empleo, y toman la decisión de volver a formarse en el nivel formativo de la FP. Este hecho es de conocimiento público, y por esta razón la FP ha ido tomando importancia en los últimos años, ya que la oferta laboral para técnicos ha superado con creces las ofertas dirigidas a graduados universitarios. Hasta un 30 % de los titulados universitarios toman la vía de FP como forma de mejorar sus posibilidades de inserción laboral. Para evitar este fenómeno, es decir, para que titulados universitarios no tengan que aumentar su tiempo de formación para poder acceder a un mercado laboral asegurado, sería necesaria una mejor orientación e información a los estudiantes de últimos cursos de la E.S.O. y Bachillerato, para poner en valor el tipo de enseñanzas y capacidades adquiridas en la FP.

De esta manera, el Ministerio de Educación y Formación Profesional, en su Plan de Modernización de la Formación Profesional, estima que será necesario que el 49 % de trabajadores cualificados en el sistema laboral español tengan una cualificación media (equivalente a la FP). Actualmente, casi la mitad de los trabajadores activos en el país tienen un nivel formativo que no les capacita profesionalmente, mientras que la otra mitad poseen una acreditación que les permite el ejercicio de una profesión. Para llegar al objetivo marcado, se implementó desde finales de 2018 un plan de fortalecimiento de la FP, para alcanzar las tasas de técnicos titulados de otros países del entorno.

Además de este plan de fortalecimiento de la FP, se propone la puesta en marcha de planes de acreditación de competencias profesionales para trabajadores con experiencia en diferentes sectores. De esta forma, se promueve que trabajadores no cualificados oficialmente, pero que desempeñan puestos de trabajo que requieren una cualificación, puedan demostrar con su experiencia profesional diferentes unidades de competencia a través de un proceso de acreditación. Con este proceso, los trabajadores podrán obtener Certificados Profesionales de diferentes niveles, que les permitirán mejorar su currículo y sus expectativas laborales en el futuro, pudiendo acceder a puestos mejor valorados.

La puesta en valor de la FP, así como los planes para la cualificación de trabajadores, harán posible que se alcancen los objetivos del mercado laboral en el futuro próximo y lejano, en el que, como asumen los informes, será necesario un número muy elevado de técnicos y menor de titulados con estudios universitarios.